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Heladero atrapó a un ladrón

Un joven armado entró a robar en un comercio de Rioja y bulevar Avellaneda y, en un momento de distracción, fue atrapado por uno de los empleados, quien tras forcejear lo redujo y lo entregó ala Policía.

Claudio, el empleado de una heladería ubicada en bulevar Avellaneda y Rioja, logró reducir a un ladrón que a punta derevólver se había alzado con la recaudación del comercio minutos antes de la medianoche de anteayer. Fue mientras el desconocido exigía más dinero a la cajera y bajo la mirada atónita de cuatro clientes y otras dos empleadas que Claudio entró en acción ayudado por la sirena de una ambulancia que distrajo la atención del asaltante, quien terminó desarmado y reducido en el suelo suplicando que lo dejaran ir. Toda la escena quedó registrada por  las cámaras de seguridad de la heladería.

El robo tuvo lugar cerca de las 23.45 de anteayer en una heladería ubicada en bulevar Avellaneda 898. Según relató Claudio, un empleado de 43 años que desde hace dos trabaja en el lugar, se encontraba en el depósito preparando el último delivery de la jornada cuando un muchacho ingresó al local con el casco de la moto puesto y un arma de fuego en la mano y apuntó a la cajera mientras le repetía: “Dame la plata”.

De acuerdo con Claudio, la mujer le entregó varios billetes de escaso valor (en su mayoría de dos pesos), botín que no conformó al ladrón, quien comenzó a exigir “los billetes de cien”.

Entretanto, según observaron más tarde los empleados de la firma en los registros fílmicos, dos chicas y una pareja de ancianos se encontraban dentro de la heladería, al igual que un cliente que estuvo sentado en la vereda y justo había ingresado al baño momentos antes que el asaltante.

“Nos llamó la atención que en pleno robo el anciano seguía comiendo el helado”, relató distendido Claudio luego de pasado el susto.

“Yo agarré la riñonera y los papeles de la moto para llevar un pedido. Y ahí lo vi en la caja. Me apuntó con el arma y me pidió la riñonera porque pensó que tenía el dinero más grande. Pero le dije que no y ahí fue cuando me preguntó si quería que me matara”, relató Claudio, que agregó: “Justo se escuchó el sonido de una sirena y el pibe se asustó y encaró para la puerta como para irse, pero cuando se dio cuenta que era una ambulancia volvió. Yo aproveché para meterme en el depósito y cuando me vino a buscar le salté encima”.

El heladero, un hombre morrudo que asegura no saber nada de artes marciales, logró reducir en pocos segundos al ladrón, un muchacho “delgadito” que apenas cayó al piso se le desarmó el revólver. Luego de recibir varios golpes de puño en la cara y quedar en manos de los enfurecidos empleados, el inexperto ladrón comenzó a suplicar que los dejaran: “Soltame que tengo hijos, dejame ir por favor. Te devuelvo la plata, pero dejame ir que si no me arruinás. Me van a llevar preso”, decía el muchacho, según recordó Claudio.

La Policíallegó pocos minutos después, ya que un móvil de la seccional 6ª, que tiene jurisdicción en la zona, se encontraba patrullando a metros del lugar.

“El patrullero estaba afectado al servicio de control de estaciones de servicios, bares, y comercios que tienen el horario nocturno. Casualmente patrullaba por calle Rioja y media cuadra antes de llegar a Avellaneda observé a varias personas que me hacían señas. Cuando entré a la heladería estaba el ladrón retenido y el empleado arriba”, dijo un jefe policial.

La misma fuente agregó que el muchacho, identificado como Gustavo G., de 23 años y con algunos antecedentes por robo, tenía en su poder 595 pesos de la recaudación sustraída y un arma calibre 32 con un solo proyectil. Además, en la puerta de la heladería se secuestró una motocicleta de110 centímetroscúbicos en la que llegó el imputado. El joven quedó a disposición del Juzgado de Instrucción en turno.

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