Política

Los ex 6-7-8, sin pantalla

“Hay una lista negra, tienen prohibido contratarnos”

Sandra Russo, ex panelista del ciclo que se emitía en la TV Pública, dijo que Macri intenta “imponer un pensamiento único” y su gobierno "vino a destruir el sistema democrático". Consideró a internet y las redes sociales como la herramienta del futuro para combarit la censura


El programa 6-7-8 marcó una época. Amado y odiado en la misma medida, durante 2009 y 2015 se encargó de cuestionar el rol de los medios opositores al gobierno de Cristina Kirchner, principalmente al Grupo Clarín. Sandra Russo fue una de las principales panelistas del ciclo producido por Diego Gvirtz, que se emitía por la TV Pública. En diálogo con El Ciudadano contó la difícil situación laboral que atraviesan los ex integrantes de 6-7-8 porque “los medios tienen prohibido” contratarlos.

“Desde que asumió (el presidente, Mauricio) Macri que estoy en una lista negra sin poder trabajar. Los medios tienen prohibido contratarnos. Con 40 años de trayectoria, encontrarme sin poder trabajar como periodista es un golpe fuerte e inesperado que sólo es posible que venga de un gobierno fascista”, señaló Russo.

Por otro lado, cuestionó el rol de reconocidos periodistas que cuestionaban el rol de 6-7-8 y ahora son férreos defensores del gobierno de Cambiemos. También dijo que el macrismo tiene “una política de destrucción de la opinión crítica e imposición de un pensamiento oficialista único”.

—¿Hay libertad de expresión con este gobierno?

—No. Hace desde que asumió Macri que estoy en una lista negra sin poder trabajar. Ninguno de los que trabajó en 6-7-8 está en algún medio de comunicación porque tienen prohibido contratarnos. Cambiemos maneja la pauta de Capital Federal, de la provincia de Buenos Aires y de la Nación. Decidió que nuestros nombres no pueden estar en ninguna programación, sino les quita la pauta. También tienen una política de destrucción de la opinión crítica e imposición de un pensamiento oficialista único. Cuando hay libertad de expresión, la misma se debate. Cuando hay totalitarismo y censura, ese debate no existe en la agenda.

—¿Qué papel juega internet y las redes a la hora de sortear esa censura?

—Es el periodismo del futuro. En mi página web voy a transmitir un programa de radio. El público es el que está demandando escuchar a sus referentes y por eso hay sitios que tienen suscriptores. Es un fenómeno que se da en todo el mundo porque la concentración de la riqueza es un fenómeno global y, para que exista, debe haber concentración de medios. Pero también hay censura en las redes. Facebook no es una plataforma inocente. Bloquea páginas opositoras y hay mentiras que siguen circulando sin problemas.

—¿Alguna vez en 6-7-8 tuvo que defender algo con lo que no estabas totalmente de acuerdo?

—No. Lo que me pasó muchas veces es no coincidir con la agenda. Reclamaba que se incluya más información internacional. Enfrente teníamos un periodismo de guerra, como lo dijo el mismo Julio Blanck. Además era un programa de televisión que sólo se dedicaba a desmontar las operaciones de ese día de Clarín.  Esa era la tarea nuestra, no la de investigar al kirchnerismo, para eso había 450 medios buscando la mugre.

—¿El periodismo que antes era opositor ahora el oficialista?

—Los que nos acusaban a nosotros de cobrar 90 mil pesos por mes, cuando cobrábamos 8 mil, hoy reciben dinero del gobierno. Como Silvia Mercado y todos los que durante muchos años nos injuriaron, quitándonos nuestra identidad de periodistas profesionales. No es lo mismo ser oficialista en este gobierno que en el anterior. Estoy contenta conmigo misma por haber defendido un Estado inclusivo que le ha dado felicidad a la gente. Ser oficialista ahora es callar muchos delitos que se cometen cotidianamente.

 —Pero ellos se presentan como periodistas independientes…

—Todos sabemos quiénes son (Luis) Majul o Jorge (Lanata), que fue bancado por Paul Singer y (Héctor) Magnetto le transfirió millones de dólares. Todos sabemos que Mónica Gutiérrez cobra 500.000 pesos por mes de pauta para una página web que no ve nadie.

—¿Cree que Clarín puede soltarle la mano a Macri en algún momento?

—No, porque el de Cambiemos no es un gobierno político. Macri no es la política, son las finanzas. Clarín primero apoyó y luego desgastó a gobiernos democráticos y a este no lo inscribo en la saga democrática. Es el gobierno que vino a destruir el sistema democrático y es socio de Clarín. Si no lo sostiene hasta el final, lo ayudará a que se vaya del país sin problemas y que venga el que Clarín elija; seguramente Sergio Massa.

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