Observatorio

Educación crítica

“Hay un proyecto de destrucción de la Universidad pública”

“A la lucha de los docentes universitarios la veo con una enorme preocupación como no puede ser de otra manera. Creo que hay un proyecto muy claro de destrucción de la Universidad pública”, afirmó Atilio Borón el politólogo, sociólogo, catedrático y escritor argentino.


“A la lucha de los docentes universitarios la veo con una enorme preocupación como no puede ser de otra manera. Creo que hay un proyecto muy claro de destrucción de la Universidad pública”, afirmó Atilio Borón el politólogo, sociólogo, catedrático y escritor argentino. El profesor llegó a Rosario con una cargada agenda de actividades académicas que lo llevó el último martes a brindar una conferencia en la Universidad abierta además de visitar y solidarizarse con los trabajadores de La Toma, y dar una clase pública en la plaza Montenegro en el marco de la marcha en defensa de la educación y la universidad pública. En esa hoja de ruta, Borón dialogó con El Ciudadano.

Lucha universitaria

En referencia a la lucha universitaria por salarios dignos y presupuesto, Borón explicó:

“La veo con preocupación porque están destruyendo a la Universidad pública. Tal vez suene muy pomposo esto que estoy diciendo, pero la realidad es que cuando se ve la política que están siguiendo con los salarios y con los recortes presupuestarios, todo es muy alarmante. Por ejemplo, expropiaron los terrenos que pertenecen a la Universidad Nacional de San Martín, y hay ataques al presupuesto del Consejo Nacional de Investigaciones en Ciencia y Técnica (Conicet) y al Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt). Todo ese conjunto de políticas tiene por objetivo destruir el sistema científico argentino, reducir nuestra capacidad en materia de educación superior y revertir la situación de la Argentina para llevarla a convertirse en un país neocolonial. . El ahogo financiero de la Universidad pública tiene como objetivo el arancelamiento de la educación superior en la Argentina”.

Privatización educativa

Acerca de cómo denominaría a la política llevada a cabo por este gobierno para el tema educativo, el politólogo dijo: “El modelo que tiene el gobierno de Mauricio Macri es Chile y allí existió la Universidad pública y gratuita durante larguísimas décadas del siglo XX hasta que fue privatizada por la dictadura de Pinochet en 1973. Ahora los chicos que estudian en las universidades chilenas tienen que pagar una matrícula que es carísima y no está al alcance de cualquiera. Incluso, a veces lo que tienen que pagar es superior a la educación privada como la Universidad Católica. Por eso me opongo a este proyecto porque es un paso más hacia un país más desigual, más asimétrico, más injusto”.

Cuestión de presupuesto

Tampoco en la gestión anterior había podido cambiarse a fondo, aunque hubo importantes medidas para iniciar ese cambio, como fueron las retenciones a los agroexportadores,  que sirvió para distintos fines, entre ellos el de financiamiento a las investigaciones científicas. “Hubo durante el gobierno anterior más dinero para las universidades. Para el sistema científico hubo mucho más y eso  forma parte también del sistema universitario. La carrera de investigador científico apuntada a los jóvenes que recibieron muchas becas fue muy importante. Que no se hicieron más reformas y cambios positivos en el sistema universitario es cierto, pero en un contexto de incertidumbre económica, en el que no se sabía qué iba a pasar con otros gobiernos, era difícil de implementar. Es como cuando querés hacer una reforma en tu casa y no sabés si vas a tener trabajo el mes siguiente. No contratás al mejor arquitecto, sino que te arreglás con un albañil conocido”.

Concepto ideológico

El también docente en la actualidad dio su punto de vista sobre la perspectiva de la Universidad en estos tiempos. “Soy docente en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) y dirijo un programa de estudios. Allí tenemos una matrícula creciente porque en oposición a lo que plantea la gobernadora María Eugenia Vidal, los pobres sí quieren estudiar y sí pueden llegar a la universidad. Lo que necesitamos es crear las facilidades, construir aulas, edificios nuevos. Tenemos un programa interesante y muy ambicioso en cuanto a los criterios tradicionales y que reconoce las carencias que tenían todo este conjunto de chicas y chicos de la zona sur del Gran Buenos Aires. Nos tenemos que manejar con el mismo presupuesto que antes cuando cada año se incorporan entre mil y mil quinientos estudiantes más. Tenemos que contratar a nuevos profesores y hay carreras que van subiendo. Los estudiantes están llegando a quinto año y no tenemos el cuerpo docente para ellos porque no nos aumentan el presupuesto. Me parece que es evidente que buscan hacer que la Universidad pública se caiga en el medio de un desprestigio fenomenal porque no hay clases, porque hay huelgas, porque los chicos supuestamente no quieren estudiar. Para el neoliberalismo la educación no es un derecho sino que es un privilegio. Pero también dicen que el trabajo es un privilegio. Eso es un concepto ideológico. Para nosotros, en cambio, la Universidad no es un gasto sino que es una inversión que mejora nuestras vidas”.

Fuga de cerebros

El periodista y dramaturgo Florencio Sánchez escribió una obra paradigmática: M’hijo el dotor, donde establecía los parámetros en los que se movían las clases bajas y más desprestigiadas en cuanto a sus aspiraciones educativas. “Ese paradigma de M’hijo el dotor es propio de la Argentina de las tres primeras décadas del siglo XX. Hoy en día eso cambió y debemos hacer un gran esfuerzo para atraer a los jóvenes a la universidad. Eso quiere decir llevarlos a que terminen la educación secundaria porque la mayoría de los jóvenes del Conurbano bonaerense desertan del secundario. El hecho de que tengas una universidad en la ciudad de Avellaneda es un gran estímulo para que terminen y sigan estudiando algo. El Conurbano es un mundo aparte de la ciudad de Buenos Aires. No se trata de generar un ascenso social al estilo M’hijo el dotor, sino la idea es capacitarnos todos los argentinos, no sólo los que viven en Avellaneda. Este país se está quedando sin científicos después de los avances que tuvimos en los últimos años. Mucha gente joven está yéndose porque no encuentra oportunidades de trabajo calificado en Argentina. La mayoría de los chicos que yo formé están enseñando en otros países. Aquí apenas pagaban el alquiler. Yo los ayudé con un dolor enorme porque me hubiera gustado que se queden. La fuga de cerebros que tenemos en la Argentina actual es dramática”.

Fuera de la Argentina

La situación argentina según Borón podría verse de esta forma: “Este gobierno está al borde del abismo y están dando un paso hacia una crisis. Lo de 2001 va a ser un poroto comparado con lo que se viene. Hubo un endeudamiento alocado que no sirvió para nada. Se fugaron más de 52 mil millones de dólares desde que llegó Macri. Con el PRO, aunque no hay cifras finales, nos hemos endeudado en 150 mil millones de dólares. Todo eso para financiar la fuga. El tema es cómo afrontar este desastre, creo que vamos hacia un rumbo apocalíptico y lo digo con pesar porque no soy de la idea de cuanto peor mejor, sino todo lo contrario, cuanto peor peor para todos, en especial para los trabajadores. Mi pronóstico es que esta gente del gobierno se irá a países como Luxemburgo a disfrutar con lo que lucraron en estos años porque no se van a quedar acá para dar la cara. No les importa la situación nacional, ya tienen listos sus pasaportes para instalarse fuera de la Argentina”.

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