Préval, de 67 años, y que también fuera presidente de Haití desde 1996 hasta 2001, dijo que «lo más imporante es la coordinación entre todos: el Gobierno, los estadounidenses, la ONU, las agencias de entrega de alimentos».
«Hemos sufrido una catástrofe mayúscula, que sería mayúscula en cualquier país del mundo, y nosotros ya partíamos de una situación muy debilitada», reconoció el mandatario y agregó: «es verdad que se hundió el palacio presidencial, la sede del Parlamento, la del palacio de justicia, todos los ministerios salvo el de Servicios Sociales; la inmensa mayoría de los edificios oficiales, con la documentación dentro… Pero estamos comenzando a recuperar el control».
Consultado sobre si anima a la gente a irse de la capital, Puerto Príncipe, el presidente fue muy explicíto al asegurar que ayudarán a que se vaya «la gente que quiera».
Por otra parte, dijo que su gobierno está trabajando en brindar las mínimas condiciones de vida necesarias a la población.
«Estamos trabajando en ello. Hemos enterrado ya más de 70.000 cadáveres. Las gasolineras ya cuentan con más gasolina que los días anteriores. Algunos bancos ya abrieron y ya tienen clientes. Y eso no es obra de ningún milagro. Eso es el resultado de nuestro trabajo», señaló.