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Hablan de calamidad en Filipinas

Autoridades del país asiático decretaron estado de máxima destrucción tras el paso del tifón Yolanda, el mayor registrado. Estiman 10.000 muertos.


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El gobierno de Filipinas decretó el estado de “calamidad nacional” tras el paso del tifón Yolanda el pasado viernes, que causó más de 10.000 muertes, miles de desaparecidos y daños millonarios en infraestructura, lo que dificulta llegar con ayuda a las poblaciones más castigadas. En tanto, más de 190 países iniciaron ayer dos semanas de negociaciones en Varsovia sobre el cambio climático para pergeñar un acuerdo para 2015 y en el que la delegada de Filipinas, Alicia Ilaga, recordó temas que se vienen soslayando.

Unos 4,5 millones de personas de 36 provincias, en especial en el centro del país, se vieron afectadas y unas 330.000 están en los centros de evacuados tras el paso del tifón, que con ráfagas de hasta 380 kilómetros por hora es el más fuerte registrado hasta ahora. El ministro de Interior admitió anteayer dificultades para contar los cadáveres y los daños, después de que numerosas líneas de comunicación terminaron destrozadas.

Antes de la llegada de este último tifón a Filipinas, el vigésimo cuarto del año, los meteorólogos habían advertido que podría tener un efecto devastador mayor que Bopha, que en 2012 dejó cerca de mil muertos.

En Tacloban, capital de la provincia de Leyte, el ciclón dejó un paisaje de destrucción total, tras golpear la ciudad con ráfagas de hasta 315 kilómetros por hora y una crecida del nivel del mar de más de 2 metros.

El superintendente Elmer Soria dijo que la destrucción alcanza al 80 por ciento de la estructura de la ciudad, donde las autoridades desplegaron tropas del Ejército y policías en las zonas más afectadas para garantizar la seguridad y prevenir los saqueos, en general de gente desesperada que busca cómo sobrevivir.  Unicef estimó que unos 4 millones de niños necesitan asistencia y ya prepara en el terreno la distribución de alimento terapéutico, equipos sanitarios y kits de agua e higiene para unas 3.000 familias en las zonas más castigadas de la ciudad de Tacloban, la más afectada, tan pronto como sea posible el acceso.

Medios periodísticos que cubren el desastre causado por el ciclón divulgaron relatos de sobrevivientes, como el de la joven que con un embarazo a término estuvo dos horas aferrada a un poste para que no se la llevara la corriente y nadó con su esposo hasta ponerse a salvo y dar a luz.

El papa Francisco convocó a rezar y ofrecer ayuda “concreta” y “generosa” a los damnificados, asistencia que comprometieron y comenzaron a enviar gobiernos de muchos países y otros organismos. El presidente filipino, Benigno Aquino, declaró ayer “el estado de calamidad nacional para agilizar las labores de emergencia y la entrega de ayuda en las provincias devastadas por Yolanda”.

El tema fue tratado en la Conferencia de cambio climático de Naciones Unidas en Varsovia donde la delegada de Filipinas, Alicia Ilaga, recordó que durante la conferencia anterior, su país ya se había visto afectado por otro tifón.

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