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Greenpeace llamó la atención

La organización ambientalista Greenpeace se solidarizó ayer con los familiares de las víctimas y los afectados de las inundaciones que azotaron en las últimas horas a la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires, al tiempo que reclamó a las autoridades que tomen en serio el cambio climático.

La organización ambientalista Greenpeace se solidarizó ayer con los familiares de las víctimas y los afectados de las inundaciones que azotaron en las últimas horas a la Capital Federal y parte de la provincia de Buenos Aires, al tiempo que reclamó a las autoridades que tomen en serio el cambio climático.

“La cuestión ambiental en la Argentina nunca ha sido prioritaria para las autoridades, menos aún el cambio climático. Es necesario que los gobiernos, todos, se den cuenta que el marketing ambiental destinado sólo a ganar elecciones no sirve”, señaló la entidad en un comunicado de prensa.

La organización ambientalista sostuvo que “el temporal que cobró víctimas humanas y arrasó con los bienes de miles de familias, tiene como causa principal la irresponsabilidad con la que las autoridades han venido tomado el cambio climático”.

Los ambientalistas remarcaron que sólo políticas certeras en materia ambiental permitirán hacer frente a los nuevos fenómenos extremos a los que se está sometido por el cambio climático.

“El primer paso para hacer frente al cambio climático es reconocerlo como problema y no como excusa, y eso aún no pasó en la Argentina a nivel político”, manifestó la entidad.

Además, la organización ambientalista expresó: “No sólo es necesario estar prevenidos para este tipo de fenómenos cada vez menos excepcionales, también se debe actuar políticamente para mitigar el cambio climático, y en este punto el país aún está en pañales”.

La ciudad de Buenos Aires se inundó en varias oportunidades en los últimos años. La falta de obras y de mantenimiento es una causa importante, pero también lo son la construcción en alza, la expansión de los barrios privados y los cambios en los modos de cultivo que no permiten a los suelos absorber el agua de la lluvia. Sumado a esto, la gran deforestación aumenta la cantidad pluvial en la región que en el último tiempo registra niveles récord de lluvia caída. La sanción de la ley de Bosques le puso un freno a la deforestación ya que suspendió la emisión de nuevos permisos de desmonte hasta tanto cada provincia realice, de manera participativa, un Ordenamiento Territorial de sus bosques nativos. Dada la situación de emergencia en la que se encuentra nuestro país, Greenpeace reclamó a los gobiernos provinciales que los mismos no otorguen nuevas zonas para ser desmontadas.

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