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¿Otro salvavidas de plomo?

Grecia acordó con acreedores

Atenas comenzará la negociación con el Eurogrupo por un nuevo rescate que impondrá al país duras medidas. Surgen cuestionamientos internos al premier Tsipras, quien consideró que se consiguió lo mejor dentro de lo posible.


El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció ayer un acuerdo logrado con Grecia que implicará “serias reformas y apoyo financiero”. El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, admitió que hubo que hacer “concesiones difíciles”. El acuerdo –que incluye exhaustivos controles a la economía, privatizaciones y severos recortes sociales– deberá ser aprobado entre hoy mañana por el Parlamento griego. Advertido sobre el rechazo que habrá entre miembros de su propio partido, el ministro de Trabajo heleno, Panos Skourletis, planteó la necesidad de un gobierno de unidad nacional y la posibilidad de llamar a elecciones legislativas anticipadas. Así las cosas, el corralito se extendió hasta mañana, y los empleados estatales declararon una huelga.

Al cabo de 17 horas de difíciles negociaciones, marcadas por la desconfianza y las divisiones y la amenaza de una salida de Grecia de la unión monetaria, los 19 países llegaron ayer por la mañana a un acuerdo “por unanimidad”. “El Grexit (Grecia fuera del euro) desapareció”, dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker tras las maratónicas sesiones de negociación. La posibilidad de una salida de la zona euro había estado sobre la mesa hasta bien avanzada la madrugada.

Los mercados europeos recibieron la noticia con subidas, con la mayoría de las grandes bolsas operando al alza, aunque sin euforia desmedida.

Es que el parlamento griego deberá ahora aprobar las reformas acordadas con sus socios europeos, una serie de duras medidas de ajuste en materia de pensiones, subidas de impuestos y la ampliación del programa de privatizaciones. Luego de los griegos, el acuerdo deberá ser votado en el resto de los parlamentos nacionales en días siguientes.

El mandatario heleno cree que consiguió lo mejor para su país dentro de lo que era posible. “Hemos librado una batalla justa”, dijo Tsipras.

Este tercer rescate al país, que ya se benefició de otros dos en 2010 y 2012, está evaluado en entre 82.000 millones y 86.000 millones de euros durante tres años.

El documento final del acuerdo incluye varias de las líneas rojas que el gobierno de Tsipras quería evitar, como la participación del FMI en el rescate, nuevas privatizaciones y la creación de un fondo de 50.000 millones controlado por la UE que servirá para amortizar la deuda.

Sobre la deuda, el documento abre la vía a una reestructuración y alargar los plazos pero recuerda que no es posible una quita.

El acuerdo obliga además al gobierno griego a legislar rápidamente esta semana las nuevas medidas, entre ellas la reforma de las pensiones y la apertura a la competencia de sectores como el del transporte marítimo o de la energía, así como una “revisión y modernización” del mercado laboral.

No son pocos los que ven este acuerdo más que como un rescate financiero una cruenta imposición de Alemania para que el ejemplo griego no tenga réplicas entre otros países miembro.

Camino “largo y difícil”

En Bruselas, tras la larga noche de negociaciones, la canciller alemana Angela Merkel vaticinó un camino “largo y difícil” hacia el rescate.

Por su lado, el presidente francés, François Hollande, fue más optimista y celebró en cambio la “decisión histórica” de la Unión Europea y la “valiente decisión” del primer ministro griego Alexis Tsipras, que aseguró por su parte haber “luchado hasta el final” para lograr un acuerdo que sus socios de la zona euro quisieron “más duro”.

El jefe de gobierno español Mariano Rajoy se felicitó de un “acuerdo equilibrado” mientras que su ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró que aunque el Grexit no puede descartarse totalmente “estamos mucho mejor de lo que estábamos hace una semana”.

El corralito sigue

El gobierno griego decidió ayer prolongar nuevamente el cierre de los bancos “hasta el miércoles incluido”, indicó un comunicado del ministerio de Finanzas. Desde que se impuso el corralito el 29 de junio pasado, la economía griega está paralizada. Los bancos sobreviven únicamente gracias a la ayuda del Banco Central Europeo (BCE). Se mantiene en 60 euros el límite diario de retirada en cajeros, así como la prohibición de transacciones al extranjero, con excepción de pagos comerciales aprobados

Estatales decretan paro

El sindicato de empleados estatales griegos, Adedy, convocó a una huelga de 24 horas para mañana, día en que probablemente tenga lugar en el Parlamento la votación de las nuevas medidas de austeridad, decididas con los acreedores de Atenas en Bruselas a cambio de un nuevo préstamo a tres años para Grecia. “Llamamos a una huelga de 24 horas, durante la votación del acuerdo antipopular, y a manifestaciones en la plaza Syntagma” en Atenas, indicó en un comunicado el Adedy.

Temen que se desate otra crisis política griega

El ministro de Trabajo griego, Panos Skourletis, previó la necesidad de un gobierno de unidad nacional y la posibilidad de que se “celebren elecciones legislativas anticipadas antes de que concluya 2015”, a menos de un año después de las que llevaron al poder a Syriza. Es que la dureza del acuerdo pone al borde de la fractura interna a la fuerza de izquierda y sobre una cuerda floja al premier, Alexis Tsipras. Atenas necesita a más tardar el 20 de julio unos 7.000 millones de euros. De acuerdo con un documento de los ministros de Finanzas de la eurozona, a Grecia se le exige, además de la privatización de activos estatales, una reforma administrativa, entre otras demandas.

El Parlamento griego tiene la obligación de aprobar a más tardar mañana varios proyectos de ley fundamentales. Esas “acciones prioritarias” incluyen una suba del 13 al 23 por ciento del impuesto sobre el valor agregado, así como una restructuración del instituto de estadísticas de Grecia y del sistema de pensiones y reformas laborales que, por supuesto, padecerán los trabajadores.

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