Edición Impresa

Gran recupero literario

Se recopilaron los textos completos del autor alemán Thomas Mann en una edición en castellano. Nobel de Literatura en 1929, es considerado uno de los máximos exponentes de la cultura germana.

El libro Cuentos completos de Thomas Mann (1875-1955), recopila por primera vez, traducidos al castellano, todos los cuentos y novelas cortas que el Nobel alemán escribió durante 60 años de prolífica producción, uno de los talentos literarios europeos más destacados de su generación.

La producción literaria que acuñó Mann entre 1893 y 1953 es recuperada en esta cuidada edición de Edhasa, partiendo de su brevísima “Visión” a su último cuento corto, “La engañada”; 32 obras revisadas y eventualmente vueltas a traducir que incluyen hitos de su carrera literaria y “nouvelles” como “Las cabezas trocadas” y “El camino al cementerio”.

“Thomas Mann escribió novelas cortas a lo largo de toda su vida. Acompañaban la escritura de las grandes novelas que cimentaron su fama (y que con «Los Buddenbrook» le valieron el premio Nobel de Literatura 1929) y algunas de ellas son tan famosas como las obras de mayor envergadura o incluso más”, señala en el prólogo la catedrática Marisa Siguán.

Tal es el caso de La muerte en Venecia, uno de los íconos de su obra que inspiró la emblemática versión cinematográfica de Luchino Visconti, además de la ópera de Benjamin Britten; Tonio Kröger, una miniatura de las vivencias burguesas de los Buddeenbrook; o Mario y el mago, considerado un adelanto a la fascinación diabólica del fascismo en Europa.

Cuando el autor murió en Zurich había alcanzado la cima de todos los honores, como Goethe, se había convertido en el representante oficial de lo mejor de la cultura germana, en un clásico moderno cuya literatura “mantiene ambivalencias inquietantes” y “deja abiertos problemas que no hay manera de dar por concluidos sin banalizarlos”, define la académica.

Sus textos aparecen ordenados en este libro por fecha de creación, si bien en este libro se aclara la fecha de primera edición de cada una de las narraciones del autor que tuvo como ‘leitmotiv’ al ser humano y su conflicto con lo político, social, artístico e intelectual en una época convulsionada por grandes guerras mundiales, el exilio, la persecución y el genocidio.

Esta decisión editorial tiene que ver con evidenciar la evolución artística de Mann y “seguir la evolución de los temas” que va tratando a largo de su carrera literaria, un reflejo de “los problemas que se van planteando en el horizonte intelectual de la primera mitad del siglo XX”, señala Siguán al principio del libro.

Las contradicciones entre espíritu y política o cultura y civilización son algunas de esas cuestiones; así como el idilio, la melancolía y la intensidad que signan sus historias, muchas veces creadas a partir de anécdotas familiares y que, más allá del transcurrir histórico, dan cuenta de la vida personal del escritor.

Así surgen “Desorden y dolor precoz”, una sutil narración de un enamoramiento infantil que se basa en la experiencia de unos de los seis hijos del escritor, reseña Siguán; o “La engañada”, escrita al final de sus días en Suiza, lejos de su Alemania natal, una suerte de elogio de la vitalidad que pareciera burlar su propia muerte.

Mann, quien se definía a sí mismo como “un susurrante evocador del imperfecto”, fagocitaba personajes y elementos de su entorno para tejer las tramas que luego serían literatura y que más de un altercado le trajeron en su época, explica Siguán.

Y en ese paneo sobre la totalidad de su obra breve, la académica destaca el “cambio en la función de sus narraciones a lo largo de la vida”.

Así sus narraciones más tempranas reproducen el clima decadente y perverso de fin de siglo, como en “Tobías Mindernickel”; luego se convierten en satélites de obras mayores, hasta lograr gravitación propia en escritos como “La Ley” o “Señor y perro”, todos recopilados en este volumen.

Mann emigró en 1933 a Suiza, advertido sobre el avance del nacional socialismo, y luego se instaló en California, Estados Unidos, por lo que el régimen nazi le retiró la ciudadanía alemana, país al que no regresó ni siquiera cuando se acabó el exilio porque en tiempos de paz y post-guerra eligió Zurich para vivir.

En resumen, “lo fascinantemente novedoso de Mann era que hacía fracasar las formas narrativas tradicionales en su contacto con la realidad”, una fascinación que llega a nuestros días a través de una ironía que al final se convierte en consternación sobre “el transcurrir de la vida y los grandes temas que la mueven”, concluye la prologuista.

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