Guadalupe Carmona
Gonzalo Saglione es Licenciado en Economía. Realizó sus estudios en la Universidad Nacional de Rosario, donde hoy también es docente. En el año 2001 ingresó como pasante en el municipio de la ciudad y de allí en adelante su desarrollo profesional fue en ascenso. Formó parte de los equipos de Hermes Binner y Miguel Lifschitz en Rosario. En los últimos tres períodos de gobierno socialista a nivel provincial participó en el Ministerio de Economía en los cargos de secretario y subsecretario, y finalmente asumió la responsabilidad de conducir la cartera en el gobierno provincial de Lifschitz. En las próximas elecciones del 12 de septiembre se postula como precandidato a diputado nacional en la lista de Mónica Fein, por el Frente Amplio Progresista y en esta charla con El Ciudadano enumera sus propuestas.
—Vos venís del ámbito más técnico de una gestión, como es ser Ministro de Economía ¿Cómo se da la incursión en una campaña electoral? ¿Cómo se da esa combinación de lo técnico del palo de la economía con ocupar un cargo político?
—Si, yo siempre ocupé espacios con roles más técnicos en una gestión política. En esta oportunidad es la primera vez que soy candidato y participo en forma personal de un proceso electoral. Creo que las políticas públicas para ser llevadas a cabo necesitan recursos, se necesita administrar debidamente los recursos públicos para que se puedan implementar políticas de salud, seguridad, educación, culturales, productivas, por citar solo algunas de las que tiene bajo su órbita un gobierno provincial. En ese sentido, durante mis períodos en el Ministerio siempre entendimos de esa manera las finanzas públicas, al servicio de una gestión de gobierno que definía objetivos de políticas públicas. Estábamos convencidos que la administración de los recursos con responsabilidad fiscal era la mejor contribución que podíamos hacerle a la sostenibilidad de una política pública a lo largo del tiempo, sin preocuparnos por si en un ejercicio el resultado era superavitario o deficitario pero garantizando la sustentabilidad fiscal en el largo plazo. Porque las políticas para lograr resultados tienen que sostenerse en el tiempo, y para eso necesitas recursos y en ese sentido entendemos, y hablo en plural porque todo el equipo del Ministerio de Economía siempre lo entendimos así, que nuestro rol permitía precisamente apuntalar desde los recursos financieros definiciones de política pública de un gobierno de cual nos sentíamos parte y orgullosos.
—¿Cómo ves a Santa Fe hoy?
—Santa Fe, lo hemos dicho siempre, forma parte de un país, no es una isla, no estamos ajenos a lo que pasa en la macroeconomía nacional. En consecuencia, todas las definiciones de la macro que nos vienen dadas no podemos modificarlas en una provincia, digo el tipo de cambio, el precio del dólar, el nivel inflacionario, el nivel de apertura hacia el comercio exterior. Ahora, Santa Fe es una provincia con una economía muy diversificada, con un perfil muy productivo. Excepto en minería y petróleo, todas las demás cosas que se producen en Argentina se producen en Santa Fe. Eso nos da algunas características que nos posicionan muy bien en el conjunto nacional. Hay provincias argentinas cuya actividad económica depende crucialmente de lo que pasa con una actividad, dependen de lo que pasa en la minería, en el petróleo, de lo que pasa con el turismo, por citar algunas de las más emblemáticas. En Santa Fe tenemos una buena combinación. Un sector primario, agropecuario muy pujante, pero no excluyente. Tenemos un sector industrial muy fuerte, y en las grandes ciudades una actividad comercial y de servicio con un gran empuje. En ese sentido, tenemos una buena matriz diversificada. Y tenemos una provincia muy exportadora. Casi 1 de cada 4 dólares que Argentina exporta, se exportan desde Santa Fe. No desde los puertos de Santa Fe, sino producidos en la provincia. Siendo que Santa Fe es el 8% del país en población, pero representamos casi el 25% en exportaciones. Ahora bien, en esta coyuntura macroeconómica, que arranca con la caída en la actividad ya por el 2018, 2019, y que se profundizó de la mano de la pandemia durante el 2020, Santa Fe no pudo escapar de esa situación y también sintió muy fuerte el impacto de esa recesión. En este 2021 nos encontramos con algunos sectores productivos que empiezan a recuperarse, algunos con un poco más de fuerza que otros. La economía vinculada a la actividad urbana todavía está muy rezagada en ese proceso de recuperación, con lo cual hay mucha heterogeneidad en los ritmos a los cuales se vienen desempeñando los diferentes sectores de actividad. Si nosotros focalizamos en una variable que me parece clave, que es el salario real, vemos que la recuperación todavía está muy atrasada. Porque en 2020 los trabajadores de todos los sectores de actividad perdieron fuerte contra la inflación, concretamente tienen menos capacidad de compra. Y en 2021 casi ningún sector de actividad logró que su salario le gane a la inflación, con lo cual no ha recuperado poder adquisitivo. Eso conspira contra una sostenibilidad en la recuperación, porque si no logramos que haya más cantidad de trabajadores -no hay generación de empleo privado-, y que los trabajadores tengan mayor capacidad de compra, no hay forma de dinamizar al mercado interno.
—¿Cuáles creés que son los principales problemas de los santafesinos y santafesinas?
—En las ciudades intermedias a grandes el principal problema es la inseguridad. Aparece como la primera problemática que se expone en la conversación con cualquier ciudadano, empresario, trabajador, gremialista, intendente o presidente de comunal. En las localidades más pequeñas quizás las preocupaciones van un poco más hacia la falta de generación de empleo, la dificultad para que los jóvenes consigan trabajo en sus propios lugares de origen, para no tener la necesidad de ir a buscar crecimientos personales fuera de su ciudad o pueblo. La inflación, es un problema que atraviesa sin distinción de tamaño de localidades. Pasan por ahí los tres o cuatro principales problemas. Inseguridad, inflación, desempleo, y obviamente pobreza que es la consecuencia de todo lo que decía anteriormente.
—¿Cuáles son los proyectos o propuestas en caso de llegar al Congreso?
—Estamos convencidos de que es una oportunidad que tenemos para definir representantes de Santa Fe en el Congreso de la Nación. Tres senadores que van a tener mandato por 6 años, hasta el 2027, y 9 diputados que van a tener mandato por 4 años, hasta el 2025. En el Congreso de la Nación, que es donde se desempeña y ejerce su labor un senador o un diputado nacional, se votan leyes que por ahí el ciudadano las siente muy alejadas de su día a día, pero que en realidad cuando empezamos a analizar los vasos comunicantes que hay entre las diferentes actividades económicas, le terminan impactando a muchos más de los que creen. Nosotros queremos ir con un conjunto de propuestas muy concretas, que entendemos que al santafesino lo beneficiaría de una u otra manera.
Primero, la Ley Anual de Presupuesto. A partir del 2022 en adelante tiene que incluir si o si los fondos para que Nación le pague la deuda a Santa Fe por los fallos de la Corte del año 2015. Eso no es una deuda que tenía Macri con Lifschitz, no es una deuda que tiene Fernández con Perotti, es una deuda del gobierno nacional con los 3 millones y medio de santafesinos. La deuda es de 110 mil millones de pesos, que si llegan a Santa Fe no es que se va a beneficiar el gobernador o el intendente de una ciudad. Nos vamos a beneficiar todos. Nosotros como espacio político nos comprometemos a no aprobar una ley de presupuesto que no tenga esos fondos para Santa Fe. Mucho más aún cuando en este 2021 San Luis, que es la otra provincia del país que tenía un fallo idéntico al de Santa Fe, ya cobró.
—¿A qué se debe eso?
A nosotros nos preocupa el silencio oficial porque el que debe, que es el gobierno nacional, no explica por qué no paga, y aquel que debería estar interesado en cobrar, que es el gobierno provincial, no lo está reclamando activamente en ningún lado desde hace casi dos años.
Segundo tema, el reparto de la obra pública nacional. Nación ejecuta obras de dos maneras en las diferentes partes del país: contratando obras importantes de alcance nacional, como una autopista, una ruta nacional, obras en aeropuertos, en puertos; y después transfiriendo recursos a los gobiernos provinciales, municipales, comunales para que hagan obras locales. En una y otra variante Santa Fe viene quedando muy relegada. No desde ahora sino desde hace largo tiempo. Dónde se debate eso, en la Ley Anual de Presupuesto. Nosotros queremos ir a buscar, no que Santa Fe tenga una posición de privilegio respecto de las demás, sino que deje de perjudicarse. Yo decía hace unos minutos, Santa Fe es el 8% de la población del país, es casi el 10% de lo que se produce en Argentina, sin embargo, cuando miramos los últimos 6 o 7 años, nunca recibimos más del 4% de lo que Nación gasta en obra pública. Queremos ir al Congreso primero para que los valores que se asignen a Santa Fe sean más altos, y después para que durante el año generemos un observatorio con los intendentes, presidentes de comuna, funcionarios provinciales, representantes de entidades de la sociedad civil, para que hagamos un seguimiento muy minucioso de cómo se cumple lo que se ha presupuestado. No tiene sentido que quede un número en un papel, queremos que se cumpla.
Datos muy concretos, para que esto no quede como una idea en el aire. A agosto del 2021, el gobierno nacional transfirió 14500 millones de pesos a municipios de Buenos Aires para que hagan obras de cordón cuneta, de alumbrado público. 2500 millones a municipios de Córdoba y 919 millones a municipios de Santa Fe. Santa Fe y Córdoba son muy parecidas en tamaño de población y de producción, ¿por qué casi 3 pesos a Córdoba por cada 1 que viene a Santa Fe? ¿Por qué 15 pesos a Buenos Aires por cada 1 que viene a Santa Fe? Cuando Buenos Aires es 5 veces Santa Fe, con lo cual lo lógico sería que fuera 5 veces el monto de nuestra provincia, no 15.
Y queremos sacar una ley que repare una injusticia que se generó el año pasado. Por el artículo 12 de la Ley 27561, que se sancionó en agosto del 2020, se creó el Programa de Emergencia de Infraestructura Municipal de la Provincia de Buenos Aires (PREIMBA). Todos los argentinos pagamos 5000 millones de pesos para que los municipios de Buenos Aires hagan obras públicas municipales. Desde el más pobre como La Matanza hasta el más rico como San Isidro. Y acá en Santa Fe cualquier municipio si quiere hacer obras las tiene que pagar con sus propios recursos. Esto no es justo. Saquemos una ley para que todos los municipios del interior tengamos en 2022 el mismo trato que en 2020 tuvieron los municipios de provincia de Buenos Aires.
—Con respecto al transporte, los subsidios son desiguales en Caba y en Santa Fe.
—Es Otro tema de discusión . ¿Por qué el boleto del colectivo es mucho más caro en Santa Fe, Rosario, Córdoba, en Paraná que en el Área Metropolitana de Buenos Aires? Por una simple razón: los argentinos subsidiamos mucho más fuerte con impuestos que pagamos en todo el país el servicio de transporte en esa zona de Argentina. Hay que equilibrarlo. No hay que castigar al que vive en Buenos Aires, hay que reconocer que los que somos del interior durante largos años hemos pagado mucho más caro porque recibimos menos subsidios que ellos. Queremos ponernos en igualdad de condiciones.
Cuarto tema, igual al anterior pero con otro servicio, agua potable y cloacas. Todos lo sabemos, si acá queremos agua y cloacas, tenemos que pagar la obra a través de impuestos y pagar el servicio a través de la tarifa de ASSA, o de una cooperativa en algunas localidades de la provincia. En el AMBA, ese servicio lo brinda AySA, una empresa del gobierno nacional que en el año 2020 recibió 53800 millones de pesos del presupuesto nacional para hacer obras de cloacas y aguas. Y recibió 14276 millones de pesos para cubrir gastos de funcionamiento, gastos operativos, corrientes, como pago de sueldo, insumos para potabilizar el agua. Casi 70 mil millones de pesos recibió AySA en un año, y claro, el agua la pagaron mucho más barata de lo que la pagamos en Rosario, Santa Fe, San Lorenzo. ¿Por qué? Porque los argentinos nos hicimos cargo con impuestos que pagamos de una parte del costo de esos servicios. Lo que decimos es, no quitarles los subsidios a los que viven allá sino equipararlos. Hicimos los cálculos: por la cantidad de usuarios que tiene AySA y la cantidad de usuarios que tiene ASSA, ésta última debería recibir en 2021, con igual criterio, 5 mil millones de pesos. ¿Cuál es el presupuesto que tiene ASSA en este ejercicio? ASSA de Santa Fe me refiero. 10 mil millones, entonces ASSA la mitad de su presupuesto lo podría obtener no vía tarifa, porque se la cobra a los santafesinos, sino vía ese subsidio, si nos dieran el mismo trato a los santafesinos que a quienes viven en el AMBA. Queremos discutir esto. Queremos que nos expliquen porque allá sí y acá no.
Lo mismo con las políticas sociales. Cuando uno ve el reparto de las tarjetas alimentar, la Asignación Universal, las Becas Progresar, y algunos otros programas sociales que hoy lleva adelante el gobierno de la nación, se encuentra con que el aporte per cápita en Buenos Aires es mucho más elevado que en el interior del país. La problemática de la vivienda. ¿Por qué los programas nacionales de vivienda invierten en Córdoba el triple de lo que invierten en Santa Fe?
—¿Esto ha sido históricamente así?
—No siempre, viene una tendencia hacia varios años y no reconoce grieta. Desde el Frente Amplio Progresista, en la candidatura de Clara García en el senado y de Mónica Fein diputados, en la lista de la que formo parte, no nos definimos como anti-nadie. No queremos llegar al Congreso de la Nación para dejar atrás ni para hacerle daño a nadie. Queremos llegar al Congreso para discutir estas cosas en serio, convencidos que los problemas estructurales de la economía argentina como la inflación, la pobreza, el desempleo, la falta de generación de empleo privado, la inestabilidad cambiaria, es decir las fluctuaciones en el precio del dólar, no se van a resolver de un día para el otro. No hay recetas mágicas para abordarlas, y requieren políticas de estado. Políticas de largo plazo. Y que si en campaña agredimos al otro va a ser imposible que después, una vez terminada y siendo legisladores, nos podamos sentar a acordar políticas con el otro. Estamos convencidos de que lo que tenemos que debatir son ideas, y lograr consenso. Todos creemos que somos dueños de la verdad, que la tenemos re clara, pero acordar significa sentarse en una mesa y que cada cual ceda un poco lo que piensa que hay que hacer para que logremos políticas en las que todos estemos medianamente de acuerdo y vayamos con un horizonte de claridad.
En lo personal siempre digo que los problemas complejos exigen soluciones difíciles de ser adoptadas, y que poco favor le hacemos al ciudadano si le proponemos un slogan que luego se frustra con la realidad. En Santa Fe lo tenemos muy claro, y en Rosario particularmente en esta semana lo hemos vivido. Hoy tenemos un gobierno provincial que hizo un eje central de su campaña electoral en el 2019 la paz y el orden, atacando una problemática que nadie negaba, que era el de la inseguridad, y particularmente, el de las muertes en el marco de la inseguridad. Ese problema lejos de solucionarse se agravó, pero no porque lo digo yo sino porque lo dicen las estadísticas. Se ha incrementado fuertemente. Nosotros no somos de los que creemos que eso es culpa de un gobernador o culpa de su ministro de seguridad. Ahora, si tienen responsabilidades por haber prometido a la sociedad una respuesta a un problema que muy lejos estaba de poder solucionarlo, porque no se soluciona de un día para el otro. No se soluciona de un día para el otro la inflación, la pobreza. Estos problemas difíciles se solucionan con políticas de estado de largo alcance y ahí estamos convencidos que la grieta conspira contra la posibilidad de que esas políticas puedan acordarse, porque cada espacio se define no por lo que piensa hacer, sino “por ser contrario a”. Los debates hay que darlos con seriedad, no con slogans.
Y podría seguir. Digo, a Rosario particularmente se la castiga mucho por no haber actualizado el fondo del conurbano. En el 2017 provincia de Buenos Aires hizo mucha fuerza para que se le actualice el fondo del conurbano bonaerense, y probablemente muchos rosarinos conozcan que existe un fondo del conurbano bonaerense y no sepan que hay uno que es idéntico pero para Rosario y para Santa Fe ciudad, para el conurbano. Sus áreas metropolitanas. Ambos fondos vienen de la década del 90, de la época donde estaba en vigencia la ley de convertibilidad 1 dólar 1 peso. Era 650 millones de pesos dólares para Buenos Aires, y 30 millones de pesos dólares para Santa Fe, Rosario. Hoy, en el 2021, esos 650 millones de pesos de Buenos Aires son algo más de 78 mil millones de pesos. Buenos Aires recibe 319 millones de pesos por día hábil, hay 242 días hábiles en el año, recibe algo más de 78 mil en este 2021. Los 30 millones de pesos que Santa Fe y Rosario tenían en la década del 90 siguen siendo hoy 30 millones de pesos. Entonces, ¿por qué a provincia de Buenos Aires se le multiplicó por 120 y a nosotros se nos multiplicó por 1, es decir, sigue siendo igual? Se tendría que multiplicar por 120. No queremos que se multiplique por 200, queremos que se multiplique igual porque los recursos salen del mismo lado. Si así fuera, en lugar de ser 30 millones serían 3600 millones, y la municipalidad de Rosario, en lugar de estar recibiendo 20 millones, que es lo que más o menos recibe ahora, tendría que recibir más de 2 mil millones. Cuantas cosas se podrían hacer en Rosario que nos beneficiarían si ese fondo tuviera el mismo trato que tiene Buenos Aires. Esas cosas queremos discutir en el Congreso de la Nación, no pelearnos con nadie, pero si pelear de lo que a Santa Fe le haría bien.
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