Edición Impresa

Reflexiones

Gobierno se entusiasma con IPC cercano al 1,5%

Y, en todo caso, con una negociación de un muy prudente bonus de fin de año por parte de los privados los sueldos de este ejercicio empatarían o ganarían (uno a cero con un penal polémico) contra la inflación.


El gobierno analiza los datos, por ahora preliminares, de la inflación de septiembre y se entusiasma. Fuera de la distorsión de agosto (donde por la suspensión de la aplicación de los aumentos de gas el alza del IPC fue de 0,2%) el mes pasado el aumento de los precios habría sido el menor del año. Incluso se ubicaría cerca del 1,5% (el número final se conocerá el jueves 13), la meta que desde el macrismo se fijaron como faro inamovible para el último trimestre del año. Lo importante de los resultados de septiembre es que la baja en la presión inflacionaria que mide el Indec se da en un mes clave para el gobierno: debe convencer al triunvirato cegetista que no tiene sentido negociar una reapertura de las paritarias, ya que la diferencia entre el promedio de las alzas salariales de este año y de la inflación final esperada para 2016 no sería importante. Y, en todo caso, con una negociación de un muy prudente bonus de fin de año por parte de los privados los sueldos de este ejercicio empatarían o ganarían (uno a cero con un penal polémico) contra la inflación.

Los números del gobierno hablan de un alza de precios final de no más de 37% para este año. Incluso ya hay funcionarios que se atreven a pronósticos más aventureros. Por caso, el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, ya deslizó esta semana que el número final podría ubicarse en el 35% anual. Para convencer a los sindicatos sobre la veracidad del pronóstico, aseguran, habrá que esperar que se confirme la baja sustancial de la inflación de septiembre, el primer mes donde se podría medir la evolución de los precios con una reducción visible del efecto “núcleo” en los precios. El 1,5% (aproximado), y fuera del distorsionado de agosto, sería el dato más bajo del año desde que el Indec volvió a medir el IPC desde mayo. Ese mes el incremento había sido de 4,2%, seguido del 3,1% de junio y el 2% de julio. El organismo que dirige Jorge Todesca no midió meses anteriores. Pero tomando los resultados de la Ciudad de Buenos Aires, que no discontinuó las mediciones con resultados muy similares a los nacionales, el alza de los precios fue de 4,1% en enero, 4% en febrero, 3,3% en marzo, 6,5% en abril, 5% en mayo, 3,2% en junio, 2,2% en julio y deflación de 0,8% en agosto. Para septiembre, en la ciudad, se espera una inflación también similar al 1,5%. O al menos también especulan así desde el gobierno nacional.

Tarifas

La tendencia bajista podría suspenderse este mes. En octubre nuevamente habrá que aplicar las alzas de las tarifas de gas suspendidas en agosto por el fallo de la Corte Suprema y que la Justicia habilitó previa realización de la audiencia pública del mes pasado. Confía el Gobierno que luego, entre noviembre y diciembre, la situación volvería a controlarse; y, otra vez, los incrementos se ubicarían en torno del 1,5%. El año terminaría así con un alza total menor al 40% y, eventualmente, más cercana al 35%.

El dato sería inmediatamente utilizado tanto por el Ejecutivo nacional como por la mayoría de las provincias, que consideran la presión por un bono compensatorio entre los aumentos de paritarias para los salarios públicos y la inflación como una especie de nube negra que empieza amenazar la paz fiscal de las cuentas de las gobernaciones. Es el caso de María Eugenia Vidal, que está esperando los primeros datos confiables, y a la baja, del IPC para volver a llamar a los gremios docentes a discutir el reclamo de la reapertura de las paritarias del sector. Había sido una promesa de la gobernadora bonaerense a principios de año, que había dado su palabra que si el alza del IPC superaba sustancialmente los aumentos salariales (35% anual para este año), ella misma llamaría para una reapertura de paritarias. Sin embargo, los datos anuales que ahora espera el gobierno nacional, cercanos a un incremento de 37%, casi empardan a los aumentos de sueldos de docentes. Y, en todo caso, habría que negociar un bono similar al que tiene pensado Mauricio Macri para los empleados públicos nacionales, de no más de 700 pesos. Con esto, confía Vidal, se cerraría el año y se comenzaría a pensar en el 2017. Desde el gabinete económico hay otra perspectiva positiva que se engancha con la posible inflación de menos de 40% para este año.

Pronósticos

La posibilidad de lograr un alza de precios inferior al 20% para el año próximo es posible. Se entusiasma el Gobierno nacional con un dato incluso cercano al 17%. Se arrebatan además a cuenta muchos funcionarios que esperan el 2017 para poder enfrentar a los economistas privados, muchos de ellos ortodoxos, y ahora también al FMI que pronosticaron un inevitable aumento del IPC de 25% para el año próximo. Los que más aguardan este dato son en realidad los políticos de Cambiemos que esperan resultados positivos de la economía (por ahora más que austeros, por no decir negativos), para poder comenzar a armar la estrategia electoral para el próximo año. Y siguiendo con la línea optimista, profetiza el gobierno que para 2018 el índice final estaría más cerca del 10 que del 15% y que para el último año de gestión macrista el nivel se ubique en un dígito.

Comentarios