El Ciudadano
Un gendarme mató de un balazo a un adolescente de 18 años que cayó tendido en la esquina de la casa del uniformado, en zona noroeste. Según la versión oficial, la noche del sábado el cabo Sergio Alberto Martínez, de 34 años, se encontraba dentro de su vivienda de barrio Ludueña cuando notó que dos muchachos habían saltado por los techos con intenciones de robarle la bicicleta y disparó.
Uno de los balazos le dio en el pecho a uno de los jóvenes provocándole la muerte casi inmediata. El otro muchacho huyó del lugar. El fiscal de homicidios dolosos Miguel Moreno le tomó declaración al gendarme, le secuestró el arma reglamentaria y lo dejó en libertad.
La víctima fue identificada como Ezequiel Fusto. Su muerte ocurrió alrededor de las ocho y media de la noche del sábado en Saavedra Lamas al 6000 de barrio Ludueña. El muchacho cayó tendido en la esquina de ese domicilio por la herida que le provocó un balazo que le entró por el tórax y le salió por la espalda, informaron fuentes del caso.
El joven que lo acompañaba huyó del lugar y no fue identificado, dijeron los voceros.
Agregaron que el gendarme Martínez, quien brinda servicios en Seguridad Vial de Arroyo Seco, le dijo a la Policía de Investigaciones (PDI) que disparó varias veces con su arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, luego de advertir que habían entrado a su casa por los techos con intenciones de robarle una bicicleta. Y agregó que el joven, una vez herido, logró llegar a la esquina, donde se desvaneció y murió.
Según esa versión, la bicicleta quedó tirada al lado del joven asesinado y también tenía un impacto de bala.
Luego de pasar algunas horas demorado mientras el gabinete criminalístico de la PDI realizaba pericias en el lugar, el gendarme fue liberado. La Fiscalía no adelantó si imputará al gendarme por exceso en la legítima defensa, ya que no se mencionó que el joven asesinado haya estado armado.
El fiscal Moreno envió al Gabinete de Criminalística de la Policía de Investigaciones (PDI) a relevar las cámaras y tomar testimonios.
Además, las vainas servidas y el arma secuestrada fueron enviadas a pericias balísticas.
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