Región

En el centro de Santa Fe

Fuerte temporal levantó techos, tumbó árboles y dejó sin luz a Laguna Paiva

La ciudad está unos 40 kilómetros al norte de la capital santafesina. El viento comenzó a soplar con fuerza a las 10 de este sábado


La lluvia y las tormentas anunciadas para Rosario no llegaron este sábado, salvo por alguna precipitación aislada, pero el alerta fue certero para zonas del centro santafesino: la ciudad de Laguna Paiva, a unos 40 kilómetros al norte de la capital provincial sufrió a partir de media mañana un fuerte temporal que dejó a buena parte de sus habitantes sin energía eléctrica, casas dañadas, árboles y postes caídos.

Un fuerte viento se desató pasada las 10 y produjo varias voladuras de techos. El barrio más afectado fue el Oeste, donde personal municipal y de Bomberos Voluntarios debieron asistir a varias familias. Los daños materiales son importantes, pero no hubo heridos.

Dos casas en construcción sufrieron la voladura del techo. Otra vivienda, habitada por tres menores y dos mayores, además, también quedó sin la cubierta de chapa. Personal de Bomberos trasladó a los niños a otro domicilio mientras sus padres se quedaban a cuidar la casa por temor a un robo.

La circulación en la ciudad se vio afectada por la caída de grandes ramas sobre las calles. Operarios municipales debieron trabajar para despejarlas, junto a bomberos voluntarios provistos de motosierras.

Se colgó de los tirantes pero el techo se voló igual

Uno de los vecinos contactado por el portal Todosparauno relató la desesperación de su familia y los esfuerzos vanos para evitar que el viento se embolsara en la vivienda y la destruyera. “Estábamos adentro y sentí que llovía, pensé que era una tormenta leve, pero de repente comenzó a soplar un fuerte viento que hizo como un sifón en la parte de atrás”, describió Walter Remiro. “Con mi sobrina nos colgamos de los tirantes pero no hubo caso, entonces la agarré de la mano y nos metimos, pero cuando entramos ya no estaba el techo de la parte de adelante de la casa”, agregó. Pudieron refugiarse en una de las habitaciones, la única parte de la vivienda que soportó las ráfagas.

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