Guillermo Ferretti
Frustración total. Cuando todavía falta una fecha para el final, Central ya no tiene chances de seguir participando en ningún certamen continental, ya que además de la Copa Libertadores, con la igualdad 1-1 ante Universidad Católica, también dejó escapar la chance de jugar la Sudamericana.
Fue un cierre acorde a la importancia que desde el Canalla le dieron al torneo de clubes más relevante de América: en varios cotejos puso un equipo mixto y cuando necesitaba un triunfo para seguir con vida, apenas empató. En cinco partidos todavía no pudo ganar y está realizando su peor campaña en la historia de la Libertadores.
La visita le impidió a Central salir jugando desde el fondo. Adelantó a sus hombres de ofensiva sobre los defensores auriazules y los obligó, varias veces, a sacar la pelota larga. Eso incomodó al local, ya que dividiendo el balón el equipo de Diego Cocca no logró imponer condiciones, sino que hizo todo lo contrario.
Para colmo, sobre los 23 minutos y en la primera llegada a fondo, Católica lastimó. Fue en una acción con pelota detenida tras un tiro libre frontal: Caruzzo falló en el despeje y Fuentes aprovechó el rebote dentro del área para abrir el marcador. En la jugada más importante de ataque del primer tiempo, único disparo certero al arco de Ledesma, los trasandinos rompieron el cero en el Gigante.
Antes y después de ese gol, a Central le costó generar situaciones. Fue demasiado “Lovera-dependiente”. Y no tuvo profundidad. Hubo circulación de pelota prolija hasta tres cuartos de cancha. Pero con eso no alcanzó para desarticular la estructura defensiva del equipo chileno. Es más, los primeros 45 se diluyeron sin que los auriazules consiguieran conectar un remate neto al arco rival.
Para colmo, a los 27, Aguirre dejó la cancha con un problema físico y lo reemplazó Zampedri. El Toro se plantó en ataque junto a Riaño y Lovera se corrió a la izquierda para cubrir la salida de Aguirre. El equipo perdió fisonomía y se desordenó, especialmente en el medio. Y eso también atentó contra la generación de juego auriazul.
En la segunda parte, Central se adelantó en el terreno y la Católica se replegó para jugar de contra. Esa postura de los equipos se fue acentuando con el correr de los minutos. Y llegó a tal punto la situación que los chilenos se metieron muy cerca de su área y resignaron opciones de ataque.
Así, aunque sin claridad, Central empezó golpear a las puertas del empate. Y lo consiguió en un tiro de esquina, aunque llegó por un despeje imperfecto de Fuenzalida que marcó en contra de su arco.
En el final, Central fue a buscar el gol salvador con más coraje que fútbol, y no lo consiguió. El empate lo condenó a lo que se preveía, a desperdiciar la última esperanza que quedaba, la de meterse en segunda fase de la Sudamericana.
Pagó caro el Canalla su falta de decisión de afrontar la Libertadores con lo mejor. Dos puntos ganados sobre 15 en juego dejan en evidencia esa situación.
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