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Reclamo

Francisco llegó a Corea del Sur y pidió por la paz

El Papa realizó un histórico viaje al país asiático y católico pero con la mirada puesta en China.


El papa Francisco instó ayer a las dos Coreas a “buscar la paz” y poner fin a las demostraciones de fuerza “inútiles”, en una ceremonia en el palacio presidencial de Seúl, donde llegó ayer en una visita oficial de cinco días.

“La paz requiere amor y respeto mutuo”, dijo Francisco en inglés en su comparecencia conjunta con la presidenta surcoreana, Park Geun-hyea, al tiempo que destacó el papel de la diplomacia para fomentar el diálogo por encima de “recriminaciones mutuas, críticas y demostraciones de fuerza inútiles”.

Poco antes del discurso del Papa, Corea del Norte lanzó al mar misiles de corto alcance, en otra de sus habituales pruebas de cohetes.

El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, restó importancia al episodio, al recordar que no es una situación “excepcional”, informó la agencia de noticias EFE.

El lanzamiento se produjo en dos etapas: tres misiles fueron disparados antes de la llegada de Francisco y otros dos poco después de su arribo en un Airbus A330 a las 10.15.

En el pasado, Corea del Norte procedió con similares pruebas misilísticas en respuesta a ejercicios militares conjuntos que anualmente realizan Corea del Sur y Estados Unidos y que son considerados por Pyongyang como los preparativos para una invasión.

En este caso, sin embargo, el lanzamiento pareció una forma de llamar la atención en coincidencia con la llegada del Papa, según analistas.

El diálogo entre Francisco y Park estuvo marcado por el conflicto entre el Norte comunista y el Sur capitalista, países que siguen técnicamente en guerra desde que un enfrentamiento bélico de tres años terminó en 1953 con un armisticio pero no con un tratado de paz.

“Hay que derribar los muros de la desconfianza y del odio promoviendo una cultura de reconciliación y solidaridad”, sentenció Francisco.

La visita de Jorge Bergoglio incluye un encuentro hoy con jóvenes del continente que celebrarán la VI Jornada de la Juventud Asiática (JJA) católica.

El sábado tendrá lugar su mayor baño de masas en la ceremonia de beatificación de 124 mártires surcoreanos en la emblemática plaza de Gwanghwamun de la capital, que implicará el mayor despliegue de seguridad.

El gigantesco dispositivo policial de la visita estará condicionado por la habitual tendencia a la improvisación del Papa, que además ha elegido para su recorrido por el país un modesto vehículo Kia sin blindaje antibalas.

El pontífice insistió en que quería “el más pequeño” de los coches fabricados en Corea del Sur y rechazó otros vehículos de alta gama que podrían ser más fácilmente blindados, informaron fuentes diplomáticas y religiosas citadas por la agencia de noticias local Yonhap.

Desde que el año pasado asumió el papado, Francisco descartó el uso del denominado Papamóvil, un auto completamente cerrado y hecho a medida al que calificó como una “lata de sardinas”, y utiliza para sus traslados vehículos más sencillos.

Se espera que hasta un millón de personas se acerquen al centro de Seúl a ver a Francisco, cuya primera visita a Corea del Sur ha generado una fuerte expectativa en un país que no recibía a un pontífice desde Juan Pablo II, en 1989.

Corea del Sur es, después de Filipinas, el país de Asia en el que más ha calado el catolicismo con 5,4 millones de fieles, más del 10 por ciento de la población.

Durante el vuelo, Francisco hizo llegar un mensaje al presidente chino, Xi Jinping, en un gesto inusual ya que Pekín y la Santa Sede no tienen relaciones diplomáticas.

“Al ingresar al espacio aéreo chino, extiendo mis mejores deseos a su excelencia y sus conciudadanos, e invoco las bendiciones divinas de paz y bienestar sobre la nación”, decía el mensaje enviado por Francisco.

Si bien el protocolo del Vaticano contempla que cada vez que el Papa sobrevuela algún país envía un mensaje de este tipo, el de ayer sorprendió porque la última vez que un Papa quiso volar sobre China, en 1989, Pekín se lo prohibió.

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