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Atentado

Francia sigue bajo conmoción

Un despliegue frenético de fuerzas de seguridad intenta dar con los terroristas que perpetraron la masacre de la revista Charlie Hebdo, en medio de temores a nuevos atentados, una policía baleada y una mezquita incendiada.


Un día después del atentado a la revista satírica Charlie Hebdo en París, que dejó 12 muertos y once heridos, Francia comenzó a desandar ayer una jornada entre la angustia, el temor y la impotencia. Por la tarde, unidades de élite francesas se desplegaron cerca de Villers-Cotterêts (80 kilómetros al noreste de la capital), donde dos de los tres sospechosos del ataque –que la Policía ya tiene identificados– habrían sido vistos. Hasta anoche no los habían podido capturar. A la vez, una sensación de paranoia se instaló durante todo el día por el temor a nuevos atentados mientras se registraban algunos hechos de violencia como el asesinato de una agente de policía y una mezquita era atacada con granadas.

De movida, el presidente francés, el socialista Francois Hollande, recibió a su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, en el palacio presidencial del Elíseo, mientras que el primer ministro francés, Manuel Valls, dijo que la posibilidad de un nuevo atentado era la “principal preocupación” del gobierno.

Durante la tarde, el ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, brindó detalles del atentado de anteayer en París contra las oficinas de Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos, y de la historia personal de dos de los tres sospechosos –los hermanos Cherif y Said Kouachi, de 34 y 32 años –, y aseguró que se “encontrarían” en la zona de Villers-Cotteret, un pueblo rural de la región de Picardie.

Cazeneuve dijo que nueve personas fueron detenidas en el marco de la investigación y afirmó que “el cerco se reduce”.

Entre los que se encuentran bajo arresto, se encuentra el que se presentó como el posible tercer hombre del atentado, Mourad Hamy, un joven de 18 años, cuñado de los hermanos Kouachi, que al saberse buscado se entregó el miércoles pasado por la noche en una comisaría de Charleville Mézières, en el noreste de París.

Además, el ministro confirmó versiones periodísticas de que, a bordo de un Renault Clio de color gris, los hombres buscados fueron indentificados cuando robaron combustible y alimentos en una estación de servicio.

Por otro lado, el anunció una reunión en París el próximo domingo de los responsables de Interior de los países europeos más amenazados por el islamismo y de Estados Unidos.

La paranoia se echó a rodar

La jornada se pobló de rumores sobre supuestos atentados recientes que se expandían por las redes sociales y de noticias sin confirmar que eran replicadas por algunos medios de comunicación, lo que generó una sensación de paranoia en toda Francia.

El Ministerio del Interior elevó el plan antiterrorista Vigipirate a su nivel más alto (“alerta atentado”) con 800 militares, 3.000 policías y 1.000 gendarmes suplementarios.

Así todo, un hombre que fue detenido por una infracción de tránsito bajó armado con una ametralladora Kalashnikov y portando un chaleco antibalas y disparó contra dos policías en Montrouge, barrio situado a metros del límite sur de París, informaron fuentes policiales. El atacante hirió de gravedad a una agente, que falleció dos horas después e hirió de gravedad a otro.

Cazeneuve calificó el hecho de “atentado terrorista” pero remarcó que “por el momento no hay lazos con el atentado de ayer”.

En medio de la tensión reinante, a media mañana en la ciudad de Le Mans, al suroeste de París, una mezquita fue blanco de un confuso ataque al ser baleado su frente y recibir el impacto de una granada.

Una situación similar se produjo en los Alpes franceses, donde un auto de una familia musulmana fue baleado por desconocidos.

Uno de los dos hermanos “era un yihadista conocido”

El francés Cherif Kouachi, de 32 años, buscado tras el atentado contra el semanario Charlie Hebdo, “es un yihadista conocido por los servicios antiterroristas franceses, condenado por integrar una red de captación de combatientes para Irak”, mientras que su hermano Said, de 34 años, “pasaba inadvertido”, sostuvo la agencia francesa AFP.

Ambos estuvieron bajo el cuidado de los servicios sociales entre 1994 y 2000 en un centro educativo del centro de Francia. “Los servicios sociales de París nos confiaron a estos hermanos en 1994 porque vivían en una familia vulnerable”, explicó al periódico La Montagne el jefe del servicio educativo del centro Patrick Fournier, quien afirmó que estaban “perfectamente integrados” y “nunca tuvieron problemas de conducta”. “Said aprobó (un diploma) en hotelería cuando estaba aquí”, y Cherif “hizo un curso de electrotecnia”, agregó.

Nacido el 28 de noviembre de 1982 en París,, apodado Abu Isen, Cherif Kouachi forma parte de la llamada “red de Buttes-Chaumont”, por el nombre de ese barrio de París.

Bajo la autoridad de un “emir”, Farid Benyettu, esta red permitía mandar yihadistas a Irak para incorporarlos a la rama iraquí de Al Qaeda, dirigida entonces por Abu Musab al Zarkaui, reseñó la AFP.

Detenido poco antes de volar a Siria y de allí a Irak, fue juzgado en 2008 y condenado a tres años de cárcel, con 18 meses de pena condicional. También pesaba la sospecha sobre todo de ser un allegado de otra figura del Islam radical francés, Djamel Beghal.

Para el investigador Jean-Pierre Filiu, Cherif Kouachi tiene vínculos con la organización yihadista Estado Islámico (EI) o Isis (por su sigla en inglés), que controla parte de Siria e Irak. Ayer, en una emisión de su radio por Internet, el EI calificó de “combatientes heroicos” a los autores del ataque, aunque no llegó a reivindicarlo en nombre del grupo.

Con cabeza de forma ovalada afeitada y perilla rala en la foto difundida la noche del miércoles pasado por la policía, Cherif era un fan de rap.

Su hermano Said, nacido el 7 de septiembre de 1980 en París, siempre pasó inadvertido. Aparece en la foto policial con ojos marrones, cabello corto de color castaño y una barbita.

El presunto cómplice de los dos hermanos, que se presentó a la Policía por la noche en el noreste de Francia, Mourad Hamyd, de 18 años, es cuñado de Cherif. Fue a ka dependencia “al ver que su nombre circulaba en las redes sociales”, explicó a la AFP una fuente cercana al caso.

Internautas que se presentaban como compañeros tuitearon que Mourad Hamyd se encontraba en clase con ellos en el instituto en el momento del ataque.

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