Lisandro Olearo
Antes de iniciar la pretemporada 2019, Alejo Fradua había decidido jugar un año más y colgar los botines tras veintidós años en el plantel superior del Jockey Club. Pero eso sí, sin la presión de estar en el primer equipo. Sólo disfrutar de jugar con amigos. Le tocó estar junto a otros históricos en el segundo equipo durante el Litoral y aportar desde su lugar.
Pero en el segundo semestre, como a otros jugadores, le llegó esa posibilidad de jugar en el Torneo del Interior y Nacional de Clubes. “Ya estaba hablado, pero jamás pensé en encontrarme con esto. En la segunda etapa del año seguí entrenándome como lo hice durante los veintidós años en el plantel superior, seguí metiéndole y se me dio una oportunidad. Le agradezco a Bernardo (Urdaneta) porque me dio un posibilidad de estar dentro del plantel”, expresó un exultante Fradua.
Y rápidamente agregó: “Estoy muy feliz, debute en 1997 jugando un Nacional de Clubes ganándole a Hindú, y hoy después de veintidós años soy un afortunado de poder ponerme esta camiseta y volver a jugar una final del Nacional ante el mismo rival de 1997, le agradezco a estos jugadores que son un infierno. Estoy muy feliz por pertenecer a este club, me emociona poder vivir esto y es un orgullo ser de Jockey”.
El pase a la final no fue fácil, Jockey tuvo que batallar para superar a Duendes. Alejo con muchos clásicos en el lomo analizó: “Son clásicos, Duendes es un gran equipo. Durante muchos años ganó muchos Nacionales, torneos del Litoral y del Interior, nosotros salimos a la cancha a hacer el ABC, tener un gran scrum, que lo tuvimos, y contar con una defensa contundente que nos permitió sostenerlo durante los ochenta minutos. Voy a tener la mejor semana de mi vida, después del nacimiento de mi hijo”.
Alejo no es uno más dentro del plantel. Es un histórico, un guerrero de mil batallas, un verdiblanco de pura cepa y un gran ejemplo para muchos de sus compañeros. Hoy tienen por delante una semana inolvidable y la chance de jugar la final del torneo de clubes más importante del rugby argentino.
“Que lo disfruten, que pertenecer al club es lo más grande que te puede pasar, la casa está feliz, ya estamos disfrutando, lo vamos a vivir con una intensidad tremenda, así que a mis jóvenes compañeros sólo les digo que lo disfruten, esto es algo único, y se lo ganaron”, expresó Alejo, al borde de las lágrimas.
“Alejo representa muchísimo”
La vigencia a través del tiempo, veintidós años en el plantel superior y siendo competitivo no es poca cosa. Varios de sus compañeros de equipo no habían nacido o tenían meses cuando Jockey se consagró en 1997. Facundo Ferrario, titular indiscutido como primer centro, es uno de esos, y además juega en el puesto de Fradua.
-¿Qué significa tener a Alejo Fradua en el plantel?
“Alejo representa muchísimo en el equipo, amor por el club, compromiso, dedicación, locura. En mí personalmente representa mucha admiración hacia él, lo veía jugar cuando era chiquito y poder compartir con él adentro de la cancha es una cosa hermosa, te trasmite muchísimo a la hora de entrenar y de jugar”.
-Comparten puesto y Alejo fue el número 12 de Jockey en el título del 1997, ¿Tuvieron o tienen charlas?
“Sí, totalmente. Hablamos todo el tiempo, desde consejos para el rugby como para la vida, tenemos una muy linda relación. Y ahora que llegamos a la final obviamente que hablamos de aquella final, cuando el recién estaba arrancando en primera y yo ni existía (risas)”.
Rosarinos en el classic
Con presencia rosarina Los Pumas Classic lograron el tercer título consecutivo en el World Rugby Classic, en Bermudas. El seleccionado senior dirigido por el histórico Eliseo “Chapa” Branca contó con la presencia de Román Miralles (Duendes) y de los ex Jockey Club: Federico Amelong y Manuel Carizza.
En la final Los Pumas Classic superaron a Sudáfrica Classic por 16 a 6.
Entre los más destacados del plantel estuvieron los ex Pumas: Eusebio Guiñazú, Julio Farías, Alejandro Campos, Rafael Carballo, Gonzalo Tiesi, Bernardo Stortoni y Federico Martín Aramburu.
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