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Reflexiones

Festival de bancas: en 2015 elegirán 43 mercodiputados

El gobierno lanzó el jueves el primer misil con ojiva explosiva de la campaña electoral 2015: habilitó a que la Cámara de Diputados trate en comisión y apruebe esta semana un proyecto para que se elijan el año que viene 43 diputados para representar el país en el Mercosur.

El gobierno lanzó el jueves el primer misil con ojiva explosiva de la campaña electoral 2015: habilitó a que la Cámara de Diputados trate en comisión y apruebe esta semana un proyecto para que se elijan el año que viene 43 diputados para representar el país en el Mercosur. La intención es que tenga trámite apurado en el Senado y quede convertido en ley.

La decisión de Cristina de Kirchner de destrabar un proyecto del diputado Jorge Landau que ingresó en la cámara el 5 de marzo pasado descendió sobre el plenario de comisiones que le aprobó el proyecto de reforma del Código Procesal Penal. La reunión de legisladores de todos los partidos sirvió para que Landau y otros promotores de la iniciativa, como Andrés Larroque, recojan impresiones de las tribus legislativas.

El primer balance fue alentador para el kirchnerismo, porque todos los partidos saludaron que se ampliase la oferta de cargos, con el agregado que los diputados tendrán funciones en Montevideo, con lo cual habrá dietas, viáticos y gastos en dólares.

Según el proyecto, los mercodiputados serán elegidos el mismo día de las elecciones presidenciales, que es cuando los comicios se hacen en un distrito único nacional. El mecanismo electoral es novedoso y se parece al que rige en algunas provincias: se elegirán de forma directa, por mayoría simple de votos, un mercodiputado por cada una de las 24 provincias. Los 19 restantes se harán en representación proporcional en un distrito nacional único.

La letra del proyecto presentado por Landau en marzo sufrirá alguna modificación con aportes de otros diputados. Al ser un proyecto de materia electoral, necesita una mayoría especial de votos para ser aprobada. En este caso, son 129 votos positivos, la mitad más uno de los integrantes del cuerpo.

En especulaciones del oficialismo para las elecciones del año que viene figura en primer lugar la duda sobre si Cristina de Kirchner será candidata a algo. El ingenio de los opinólogos, que no descansa nunca, ha imaginado que podría ser candidata a mercodiputada porque al tratarse de un distrito único podría encabezar una lista en todos los distritos en el mismo nivel de la de los otros candidatos presidenciales.

Este artefacto de marketing sigue la hipótesis de que el peronismo no puede desechar el activo electoral que implica la figura de la presidenta. Eso mismo ha inspirado fantasías sobre que podría ser candidata a diputada por Buenos Aires, escalar a la presidencia de la Cámara y colocarse en la línea de sucesión de su sucesor.

Quienes suelen hablar con ella nunca han escuchado nada que indique que figure entre sus proyectos ser candidata a nada.

Si esto es así, igual el proyecto es una herramienta poderosa para el oficialismo y por eso quiere tenerla disponible para cuando se resuelvan las candidaturas antes de las Paso.

Que vayan al mercado 43 bancas más, y además “premium”, es una forma de contener dentro del peronismo a dirigentes de todo el país que entran el año que viene en disponibilidad porque dejan gobernaciones y cargos legislativos sin posibilidad legal o política de retenerlos. Ofrecerles el paracaídas de oro de una banca offshore es el mejor mecanismo de fidelización en un peronismo que pelea por todos los medios por frenar las migraciones de quienes quedan fuera de juego. Esa fue la intención de las Paso, que no es un mecanismo de elección de candidatos sino de validación de éstos, que les cierra a los perdedores el recurso de irse a otra lista alternativa.

El recurso de que haya una elección nacional en distrito único quiso usarlo ya el año pasado el gobierno cuando hizo la frustrada reforma judicial que implicaba la elección directa en todo el país de los representantes del Consejo de la Magistratura. En ese proyecto, que aplastó la Justicia sin tomar rehenes, quedaba abierto el problema de la representación de mayorías y minorías. El proyecto preveía que quien ganase se llevaba todos los cargos, algo difícil de aceptar si se trata de legisladores. Eso se lo resuelve ahora aplicando el d’Hondt para 19 de las 43 bancas, mayorías especiales que exige la Constitución para toda reforma del Código Electoral.

Para la oposición es más sencillo: son más cargos y pelear en el distrito nacional por bancas y no por una presidencia de la Nación alienta también fantasías. Alguna de las estrellas de la oposición que hoy son presidenciables y se quedasen afuera del ticket mayor –un Julio Cobos, un Pino Solanas, una Elisa Carrió, un Hermes Binner, un Ernesto Sanz–, ¿se perderá la oportunidad de encabezar la lista nacional de mercodiputados y pelearse a la estrella que pondrá el peronismo enfrente, que podría ser Cristina de Kirchner o algunos de los presidenciales? Una tentación irresistible porque esa campaña nacional, en distrito único, implica una movilización que abarca todo el país, algo que es fácil para el peronismo y el radicalismo, pero no a los demás partidos.

El 16 de diciembre, con la sanción de los Diputados en la mano, la presidente tiene la intención de llevarles el texto del proyecto a los otros presidentes del Mercosur. Que se eligieran mercodiputados ha sido uno de los proyectos más viejos de los dirigentes de la región. En diciembre de 2002, Lula da Silva, entonces presidente electo del Brasil, se lo planteó a los mandatarios del Mercosur en la gira previa a la asunción.

El proyecto se demoró hasta la creación formal en mayo de 2006 y se resolvió que Montevideo fuera la sede, frente a la presión argentina para que estuviera en la Triple Frontera. Pero hasta ahora sólo Paraguay ha elegido representantes por el voto directo. Los demás países tienen representantes designados entre sus legisladores nacionales y por eso el Parlasur no tiene aún mandato para sancionar leyes. El cuerpo sesiona y ya tiene además su sede en el palacio reciclado de Parque Rodó, en la capital de Uruguay, pero en sus reuniones sólo se aprueban “recomendaciones”.

La demora en esa elección tiene nombre y apellido: Hugo Chávez. La vigencia del chavismo expansivo, que terminó con la muerte del bolivariano, le hizo temer a todos los gobiernos de la región –y eso que Venezuela no había entrado aún en el Mercosur– que si se habilitaban elecciones de mercodiputados aparecerían partidos chavistas en cada país que le disputarían bancas a los partidos locales. Chávez, en esa etapa de despliegue territorial subsidiaba en todo el continente la acción de partidos chicos que juraban por él y sus proyectos y que hubieran entrado en el sistema político recibiendo dinero y órdenes de Venezuela.

Los presidentes de la región estaban dispuestos a que se generalizase la elección directa de los mercodiputados desde este año, pero eso hubiera obligado a que se hiciesen en Brasil, junto a la elección presidencial. Dilma Rousseff pidió explícitamente que no la pusieran en ese compromiso, porque hubiera podido restarse chances ganadoras. Por eso el proyecto se postergó para la reunión que además se suspendió por enfermedad de Cristina de Kirchner.

 

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