Policiales

Tiros y misterio

Federales presos: maniobras y aprietes para ocultar el motivo de una balacera

Los desplazados jefes Mariano Valdés e Higinio Bellaggio fueron imputados por varios delitos tendientes a despistar a los investigadores sobre el ataque en la autopista Aramburu. Entre ellos, desaparecer el contenido de un bolso y presionar a una subalterna para que mienta. Seguirán presos


Gentileza Fabián Gómez (Diario El Sur)

Lo que pasó el lunes 9 de septiembre en el kilómetro 253 de la autopista Aramburu sigue siendo una incógnita para los investigadores ya que la única certeza que tienen es que esa noche el entonces jefe de la Policía Federal de la ciudad de Santa Fe recibió dos disparos. Según la Fiscalía, el misterio se debe a que el comisario herido, Mariano Valdés, y su subjefe, Higinio Bellaggio, realizaron “todo tipo de maniobras para desviar o impedir” que se conozca la verdad, entre ellas, presionar a la suboficial que viajaba al lado de su superior cuando ocurrió la balacera para que mintiera en su declaración. La joven, Roxana González (de 27 años), cambió su versión y entró a un programa de protección a testigos. Por esos delitos ambos policías fueron acusados este martes en los Tribunales de Villa Constitución durante una audiencia en la que no faltaron gritos, llantos y acusaciones cruzadas. Los ex federales dijeron que les “armaron una causa” y que la testigo “miente”, pero no respondieron las contradicciones surgidas de pericias balísticas y registros fílmicos planteadas en la acusación. Ambos seguirán presos por 90 días.

La Fiscalía separó el caso en dos partes. Por un lado investiga quiénes y por qué participaron de la balacera en la autopista Buenos Aires-Rosario en la que Valdés resultó herido, y  por otro, las maniobras que hizo el entonces comisario junto a Bellaggio para impedir que ese hecho se esclarezca.

En relación con esto último, el fiscal Matías Edery resaltó que los dichos de Valdés (quien declaró tres veces antes de la audiencia y ayer por cuarta vez corroboró la misma versión) es “inconsistente”. En principio, porque declaró que nunca bajó del auto cuando lo detuvo para cambiar la yerba del mate y fue atacado en un presunto robo al voleo por tres encapuchados. Edery dijo que la herida que tiene en la pierna fue provocada a menos de 30 centímetros, por su propia arma, y dentro del Ford Focus.

Esas inconsistencias se fortalecieron con la declaración ante la Fiscalía de Roxana González quien dijo que el comisario bajó del auto y mantuvo un diálogo con tres personas que descendieron de una pick up oscura, con las que luego discutió y se enfrentó a tiros.

Para Edery, esas personas le dispararon en el brazo y él se autolesionó por accidente en la ingle cuando desenfundó su arma. No obstante aclaró: “El que tiene que dar esas explicaciones es Valdés y él sigue sosteniendo la misma teoría”.

Misterio

En relación con el móvil de la balacera, el fiscal dijo que la investigación “recién comienza”. Una de las líneas a dilucidar es una parada previa, en la estación de servicio ubicada a la altura de la ciudad de Ramallo (separada por 60 kilómetros del ingreso a Villa Constitución, donde ocurrió el tiroteo), captada por las cámaras cerca de las 20 de esa noche.

Según se mostró en un video, el comisario se acerca a un baño pero se desvía y camina hasta un tanque alejado, el mismo lugar donde minutos más tarde se ve una pick up oscura que sale a la ruta en la misma dirección en la que había tomado el comisario.

Otro de los puntos sombríos que puede tener una clave es un bolso que Valdés llevaba en el auto y es ahí donde aparece Bellaggio, con quien mantuvo varias comunicaciones telefónicas luego del ataque. Según el fiscal, Valdés logró conducir herido hasta la YPF de Fighiera y de allí fue trasladado para ser atendido en el Samco de Arroyo Seco, donde Bellaggio recibió el bolso de manos de González.

“Se sustrajo un bolso de la escena del hecho, que estaba en el auto baleado, que a la postre termina en un allanamiento que se hace en la delegación Santa Fe de la PFA”, dijo Edery, y aclaró que cuando se secuestró el bolso, el viernes pasado (en paralelo con la detención de ambos federales), estaba vacío. De todas maneras, dijo que se harán pericias para intentar determinar qué contenía.

En su defensa, Bellaggio admitió en la audiencia de ayer que se llevó el bolso a Santa Fe, violando así la cadena de custodia, y que lo abrió la mañana siguiente. Según sus dichos, en su interior había un par de zapatos de vestir, dos paquetes de yerba, una caja de jugo en polvo, remeras, unos shorts y un perfume. Para entonces habían pasado casi 12 horas en las que sólo colegas del conductor tuvieron acceso al mismo sin notificar a la Justicia sobre su existencia, algo que sí ocurrió con todas las pertenencias de González.

“Quiero declarar”

Bellaggio, quien antes de entrar a Tribunales gritó ante las cámaras “quiero justicia”, “no tengo nada que esconder” y “quiero declarar”, arremetió en la audiencia contra la suboficial con comentarios sexistas relacionados con su vestimenta. Declaró que se encargó de “contenerla” desde que llegó a Arroyo Seco, y argumentó que presenció la declaración de la joven porque tenía una “crisis” nerviosa. “Roxana estaba vestida sexy y se le acercaban todos como moscas para interrogarla”, expresó el federal.

Sus dichos fueron respondidos por el fiscal Edery, quien le advirtió a la jueza Marisol Usandizaga: “Esto lo van a escuchar un montón, si esto dura, que provocaba a los compañeros”.

Así se refirió a una saga de episodios registrados en los últimos diez días en los que incluso los jefes de las delegaciones de Rosario y Córdoba de la Policía Federal  fueron a la casa de la muchacha en la ciudad bonaerense de San Antonio de Padua con dos móviles y una ambulancia. “Querían sacarle el arma después de que le entregaran otra”, aseguró el funcionario, como otro posible motivo, además de impedir que la policía testigo rectificara su primer relato, que coincidía con el de Valdés.

En ese punto, vale destacar que el comisario rectificó ayer por cuarta vez sus dichos y acusó a González de contar una “falaz mentira” a las autoridades. No sólo reiteró que nunca bajó del auto sino que confirmó sus hipótesis: que pudo ser víctima de un robo al voleo, o de un ataque vinculado con las investigaciones para combatir el narcotráfico o una interna policial, vinculada “con la docena de oficiales” que dijo haber separado de su cargo durante su corta gestión en Santa Fe, desde mayo pasado.

Testigo protegida: la suboficial recibió “mucha presión” antes de declarar

Luego se quebró cuando revivió la secuencia posterior a la balacera. “No tendría que estar con vida”, dijo entre sollozos sobre el balazo que atravesó su muslo derecho sin hacer ninguna mención sobre la pericia que señala que el disparo salió de su arma. A la hora de explicar por qué no llamó al 911 dijo que quería mantenerse con vida y “salvar a González”.

Delitos

Valdés fue imputado por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento agravado por su condición de funcionario público, retardo de justicia, sustracción o inutilización de objetos de material probatorio, falsedad ideológica de instrumento público y con falso testimonio. Y a Bellaggio le achacaron sustracción o inutilización de objetos de material probatorio, incumplimiento y omisión de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado por su calidad de funcionario público en calidad de autor. La jueza aceptó la prisión preventiva por 90 días que pidió la Fiscalía.

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