El debate por la legalización del aborto generó una inesperada grieta en el gabinete del gobernador Miguel Lifschitz. Después de las duras críticas de la ministra de la Producción, Alicia Ciciliani, contra el diputado nacional Luis Contigiani por ratificar que votará en contra, el vicegobernador Carlos Fascendini salió a respaldar al legislador y cuestionó a la funcionaria con la que comparte gabinete pero no posturas sobre el tema.
“Lo de Ciciliani entra en el plano de la confusión que tienen muchos militantes del Partido Socialista”, sostuvo Fascendini, que coincide con el ex ministro de la Producción en su postura contraria a la ley que se trata esta semana en el Congreso. “El Frente Progresista no es sinónimo de socialismo; es sinónimo de un conjunto de partidos que lo integran y que, en algunos puntos, tenemos diferencias”.
En clave política, la grieta que generó el debate del aborto tiene divididos a los socialistas –que apoyan la despenalización– y a algunos dirigentes de origen radical que hoy conforman la coalición, como el vicegobernador Fascendini y el diputado Contigiani. El lunes, después de que Ciciliani pidiera en público su renuncia, Contigiani decidió cambiarle el nombre a su monobloque que ya no se llamará Socialista sino Frente Progresista.
Las críticas de Ciciliani cayeron mal en algunos dirigentes frentistas. El vicegobernador le sugirió a la ministra: “Debería tener más respeto por el gabinete que integra”. Y agregó: “Ella sabe bien que estoy en contra de la ley y estoy sentado en el gabinete. Considero una falta de respeto exigirle la renuncia a alguien que piensa como piensan también otros integrantes del gabinete u otros integrantes del Frente Progresista, cuando como coalición no hemos tomado una decisión sobre el tema”.
En declaraciones a El Litoral, Fascendini dijo que la ministra de la Producción “no ha tenido la actitud que debería tener como funcionaria pública, una postura de respeto, ecuanimidad y prudencia. A mí me cayó muy mal esto, hay muchos integrantes del gabinete a los que esto les cayó también muy mal. Hay cosas que no deben hacerse. El fervor de la militancia uno lo entiende, pero los funcionarios deben ser mucho más prudentes”.
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