Fantástico y ciencia ficción: géneros que bien dominan los surcoreanos

La agenda de estrenos de series para 2022, por el momento, no se divisa como muy promisoria. Enero comenzó a paso lento, con escasas novedades y sin grandes títulos. Nada, hasta ahora, destacable. Las apuestas que se dejan caer a futuro por las grandes cadenas, además de la continuidad de algunas series interesantes, como Raised by wolves (y con suerte, acá sí, el final de la maravillosa Better call Saul), se focalizan en el anuncio de otra adaptación de El señor de los anillos y en el spin-off de Juego de tronos (y ni hablar de más superhéroes…). Por ahí irá, para algunxs, la expectativa.

Por su parte, resulta interesante la jugada de HBO de reponer, durante este mes, las 5 temporadas de la serie Fringe, una serie en apariencia menor pero muy destacable estrenada por Fox allá por el 2008. Habrá que ver como se sostiene años después de aquella emisión originaria, pero cabe atender, para quien no la haya visto en su momento, a esta idea ingeniosa que lograba jugar con muchos clichés y estereotipos de la ciencia ficción y el policial procedimental para desbaratarlos paso a paso, construyendo una fascinante lógica narrativa en el choque de universos paralelos.

Si enero 2022 aún no propone grandes sorpresas (aunque ante esto siempre hay que estar atentxs, ya que muchas propuestas destacables pasan en principio desapercibidas frente a la maquinaria de las grandes producciones), el cierre de 2021 dejó un par de series que se presentaron, cuanto menos, atendibles. Y en este caso, ambas pertenecen a la avanzada surcoreana en la producción de plataforma. El fantástico y la ciencia ficción vienen ganando espacio en el campo de las series, y Corea del Sur, si bien en cierto sentido no hace más que reciclar remanidas fórmulas hollywoodenses, suele hacerlo, al menos, con cierta pericia.

Alien y fantasmas orientales

El 24 diciembre de 2021 Netflix lanzó The Silent Sea, mientras que Apple TV+ estrenaba, días antes, Dr.Brain. Ambas producciones surcoreanas de ciencia ficción, la primera más atada a los códigos habituales y ya conocidos del género, y la segunda, de la mano de Ji-woon Kim, un poco más libre e irreverente en su aproximación, entrecruzando la investigación policial con la especulación científica en un dispositivo delirante.

Es cierto que The Silent Sea no propone nada nuevo, y que evidencia el procedimiento basado en un cruce fácil (habitual en la producción de Netflix) de tópicos diversos, como si se tomasen rasgos considerados eficaces de otros relatos y se los metiera en una coctelera, y a ver qué resulta. Un poco de esto, un poco de aquello, todo ya visto y probado. De algún modo tendría que funcionar. La lógica del pastiche, se puede ver, es lo que prima en la producción de esta plataforma.

The Silent Sea toma de diversos lados: un poco a Alien, un poco de fantasmas orientales, un poco de relato apocalíptico, algún vacuo sesgo ambientalista, lógica conspirativa, y varias otras puntas diversas y reconocibles. El pastiche es evidente, pero en ciertos momentos, curiosamente, funciona, y, en general, logra capturar el interés a pesar de los lugares comunes por los que no teme transitar. En este caso se trata de un grupo de astronautas que viaja a la luna en una misión que hasta ellxs desconocen en sus detalles. Como contexto, en la tierra la catástrofe ambiental ya estalló y no hay agua, o sólo la hay para lxs privilegiadxs.

El aterrizaje lunar es un desastre y el equipo queda varado allí, en una abandonada estación espacial en la que sus antiguos moradores han muerto de forma incomprensible: con signos de ahogamiento en un planeta totalmente seco. Desde allí, The Silent Sea pone en juego una premisa cuanto menos interesante: el agua es un organismo vivo que actúa como un virus. En torno a ese punto girará la intriga, pero acoplando situaciones y elementos algo insospechados que, por arbitrarios, terminan quizás por resultar simpáticos. Como la irrupción de esa extraña mezcla entre la criatura de Alien y el típico fantasma oriental encarnado en una niña con pelo negro cubriéndole el rostro. En algunos puntos, The Silent Sea juega relativamente bien las cartas del pastiche y el reciclaje calculado. La coctelera resulta en un brebaje que no es del todo rico ni nada saludable, pero que sorprende y produce un fugaz efecto narcotizante.

Un ser dotado de extrañas capacidades

Por su parte Dr.Brain, un proyecto algo más personal llevado adelante por Kim Ji-woon (Historia de dos hermanas, El bueno, el malo y el feo –remake–, y El imperio de las sombras) pone en forma un thriller con sesgos fantásticos que, sin alcanzar los puntos más elevados de la obra de este director coreano, da como resultado un relato en el que lo absurdo irrumpe estrepitosamente construyendo un universo coherente y, (sólo) por momentos, fascinante. Dr.Brain es un thriller, pero también es una historia de ciencia ficción, y, por qué no, el posible relato de origen de una suerte de extraño superhéroe dotado de diversos poderes.

Básicamente, la serie narra la historia de Sewon, un neurólogo brillante afectado por el trastorno del espectro autista que investiga la sincronización cerebral, un procedimiento a través del cual se puede obtener la memoria ajena. Tras la muerte de su esposa e hijo, Sewon emprende la investigación utilizando el prototipo de su desarrollo. Es decir, se va “haciendo” de memorias ajenas, sobre todo de personas recientemente fallecida, incluso (!), la de un gato. El tema allí es que mientras se sincroniza con otras memorias, poco a poco va adquiriendo capacidades y sentimientos ajenos (como las destrezas gatunas o la posibilidad de experimentar sentimientos que antes no podía por su trastorno). Poco a poco, mientras se acerca a descubrir la verdad del caso, Sewon se va transformando en un ser dotado de extrañas capacidades.

Dr.Brain, sin llegar a ser brillante sorprende sin embargo con su juego algo desquiciado entre el policial, el fantástico, y el drama familiar. Sewon, el extraño protagonista, es un personaje con ribetes atractivos, una suerte de Dr. Frankestein, experimentando con cadáveres, volviéndolos “a la vida” en su memoria (como espectros con los que convive), y adquiriendo de paso capacidades cercanas a súper poderes. Sin olvidar incluso que la serie es una producción de Apple TV+, que suele estar por encima de la oferta habitual de otras plataformas.

Ambas series, The Silent Sea y Dr.Brain, cerraban 2021. Queda por ver, sin embargo, que depara este año en este terreno, más allá de los superhéroes de rigor y los pastiches usuales. La gran promesa del año, claro debería estar, es el cierre de la enorme Better call Saul. Quedamos a la espera.