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Elecciones

Fallo del Tribunal Electoral rechazó abrir todas las urnas

Las autoridades electorales de la provincia no aceptaron los planteos del PRO, el justicialismo y el Frente de Izquierda.


Las autoridades electorales de la provincia –el presidente de la Corte Suprema, Roberto Falistocco y dos camaristas– rechazaron anoche los planteos del PRO, el justicialismo y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) para que se abran todas las urnas usadas en las elecciones generales del domingo pasado para contar voto por voto y determinar así el resultado.

De ese modo, el escrutinio definitivo se realizará con el método convencional, es decir, se abrirán urnas, a pedido de apoderados, sólo si el Tribunal detecta inconsistencias.

Además, según se supo, primero se contarán las urnas que no se pudieron sumar el domingo, correspondientes a 347 mesas sobre un total de 7.628. En ese punto coinciden los tres principales frentes políticos. Una vez sumados esos votos, se dará por terminado el escrutinio provisorio –interrumpido en el 95 por ciento del total de mesas– y recién ahí comenzará el escrutinio definitivo. Ya en esa etapa, se analizarán las actas de cada mesa –no los telegramas– y se irán cerrando los departamentos por orden alfabético: primero Belgrano, último Vera.

Ayer el abogado constitucionalista Domingo Rondina explicó que “las denuncias de fraude lastiman la credibilidad”, aunque agregó con respecto a los problemas del conteo de votos que “lo que importa son las actas de las mesas y no los telegramas: el 95 por ciento de las actas están bien confeccionadas”. El abogado dijo: “Lo que importa es lo que se hace en la mesa, no el telegrama. El único documento válido es el certificado que firman el presidente de mesa y los fiscales, que va a ser contabilizado en el escrutinio definitivo. El escrutinio provisorio no tiene ninguna validez, por lo tanto no se puede hacer un fraude allí. Los partidos tienen que estar tranquilos con las actas de los fiscales”.

“Errores humanos lógicos”

Desde el Frente Progresista indicaron ayer que hubo mesas en las que ganó Miguel Lifschitz cuyos telegramas le otorgan menos votos –incluso ninguno– al candidato oficialista. Como ejemplo, pusieron un caso, la mesa 3.641, en el que en el telegrama se leen 114 votos para el socialista pero en la página del Tribunal Electoral figuran 14.

“Hay otros casos –advirtió el diputado socialista Eduardo Di Pollina– donde ni siquiera se subió un voto y nuestro candidato quedó como si hubiese sacado cero”. Según Di Pollina, en total son diez los telegramas identificados hasta ayer que cuentan con algún error en ese sentido, algo a lo que de todos modos le restó importancia: “Ya lo dijo (el director nacional electoral, Alejandro) Tullio: esto es absolutamente normal, son errores humanos lógicos de una carga de miles de mesas”. Así, el oficialismo se dispone a esperar el escrutinio definitivo para confirmar los resultados favorables del domingo.

Escrito del Frente Progresista

Los apoderados del Frente Progresista presentaron ayer un escrito ante el Tribunal Electoral provincial para que “desestime” el pedido de Unión PRO Federal y el Frente Justicialista para la Victoria de abrir todas las urnas utilizadas en las elecciones. Dijeron que esa medida sería “ilegal”.

El escrito menciona las presentaciones de los otros frentes y señala que no se debe dar lugar a ese pedido “por no darse la causal extrema prevista en el artículo 118 del Código Electoral”.

En ese sentido, da cuenta que los argumentos se realizan “sobre la base que ha habido un recuento o escrutinio provisorio incompleto y que falta mucho tiempo para que asuman las autoridades que resulten electas”. En los fundamentos, se enumeran causales de aplicación del artículo 118 y entre ellos cita que “no hubiere acta de elección de la mesa o certificado de escrutinio firmado por las autoridades de los comicios y dos fiscales por lo menos”. También señala como causal que “hubiera sido maliciosamente alterada el acta o, a falta de ella, el certificado de escrutinio no contare con los recaudos mínimos preestablecidos” y que “el número de sufragantes consignados en el acta o en el certificado de escrutinio difiera en cinco sobres o más del número de sobres utilizados y remitidos por el presidente de mesa”.

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