El documental de Mat Whitecross sobre Oasis tuvo su estreno el jueves en el Festival de Cine de Mar del Plata con una cinta plagada de música, videos, fotos y relatos de los hermanos Noel y Liam Gallagher, en lo que fue una de las proyecciones más destacadas de la edición 31 que termina hoy. “Tenemos que sacar a Sting y a toda esa música que suena en McDonald’s”, dice el guitarrista y compositor Noel Gallagher en un audio de archivo, a lo que el vocalista Liam agrega: “Quiero tener la cabeza de Phil Collins en mi freezer”.
En 1996, Oasis se convirtió en el grupo más convocante de la historia del rock británico al presentarse ante 500 mil personas en las dos fechas en Knebworth Park, pocos años después de haberse formado en un sótano de Manchester sin tener mucha idea de cómo hacer música. “Es increíble que toda esta gente cante una canción que escribí a las apuradas en la madrugada”, comenta Noel sobre el megaéxito que le da nombre al documental, que contó con la producción ejecutiva de él y su hermano, peleados a muerte desde la separación del grupo en 2009.
El acierto de Whitecross para la realización va por partida cuádruple: tiene mucho archivo, cuenta con los testimonios, siempre en off, de todas las personas vinculadas a la banda, se mete en la intimidad de sus miembros y, además, apuesta por buenos segmentos musicales que dieron marco a los testimonios.
Sus comienzos en los barrios humildes de Manchester, la creación de clásicos como “Wonderwall” o “Live Forever”, el descontrol en las giras, los excesos y las declaraciones más polémicas pasan por la pantalla con esa cuota de humor ácido que caracterizó a los Gallagher. Pero también queda expuesto ese origen en las barriadas populares, cuando afirman: “Los únicos premios que nos importan son los de los fans. Lo que nos den los cretinos de la industria no nos importa para nada”. El film arranca como termina, con ellos y sus familias llegando en helicóptero al recital, sin poder creer que en tres años lograron lo que nadie pudo y sin siquiera proponérselo: “No llegamos porque fuera nuestro objetivo. Llegamos porque todo nos chupó un huevo”.
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