Dueños y trabajadores de las estaciones de servicio de la ciudad parecen haber encontrado algo de calma en esto últimos meses, luego de haber permanecido por largo tiempo en el radar de los asaltantes y ser blanco recurrente de atracos. Tanto desde la patronal como desde el gremio que representa a los trabajadores del sector, aseguraron que el patrullaje de las fuerzas de seguridad federales, la poca circulación de dinero de efectivo en horario nocturno y la profundización de controles en materia vial conformaron un cóctel promisorio que hizo disminuir la cantidad de robos en esos comercios. No obstante, desde el sector se pronunciaron en contra del proyecto que será votado en la Legislatura provincial que apunta a imponer un impuesto al combustible para aumentar la recaudación y destinar más dinero a obras en rutas.
La ola de asaltos comenzó a disminuir con notoriedad con la llegada del otoño, cuando las estaciones de servicio de la ciudad se apoyaron con más fuerza sobre las tarjetas de crédito o débito para sacar de circulación el efectivo de las billeteras de los playeros en horario nocturno.
Desde la Cámara de Estaciones de Servicio Rosario reconocieron que esta modalidad de pago, sumada a la llegada de las fuerzas de seguridad nacionales, condujo a que estos locales “dejaran de ser atractivos para los delincuentes”, aportando además mayor seguridad y tranquilidad para los propios clientes.
“Con la seguridad se viene haciendo un trabajo importante, teniendo en cuenta la exposición de nuestros negocios. Sacar el efectivo en las horas más críticas ha disminuido considerablemente los arrebatos en las estaciones de servicio. También hay que decir que no es menor el apoyo de Gendarmería y otras fuerzas”, evaluó el presidente de la entidad Marcelo Herrero.
Combinación de medidas
En consonancia con esta postura, el secretario general del Sindicato de Empleados de Estaciones de Servicio (Soesgpyla), Ismael Marcón, “el aumento de la presencia policial funcionó como un efecto disuasivo” que permitió disminuir considerablemente la cantidad de asaltos. “Cuando empezó este tema de la inseguridad en las estaciones teníamos dos robos por día y ahora tenemos esa cantidad en un mes”, graficó.
Otra de las iniciativas que surtió efecto para desalentar el nivel de delitos es el rechazo de expendio de nafta a motociclistas que circulan sin casco. De acuerdo a lo señalado por Herrero, esa es una modalidad que dio resultado combinada con las otras medidas.
“Es una mezcla de factores, no hay recetas mágicas. Sabemos que hay muchos operativos y eso se ve en la cantidad de vehículos que se llevan al corralón. Desde las estaciones solamente podemos hacer un ligero aporte porque tranquilamente (aquel que no lleva casco) podría cargar en un bidón. Pero vemos que es más fácil y tranquilo ir con todo en regla, lo que deja mucho más expuestos a los que no lo están”, estimó.
En tanto, Marcón consideró que el de no venderle combustible a quienes no usan casco “es un tema complicado” porque en muchas ocasiones generó más conflictos que soluciones, ya que se registraron algunos casos de agresión a playeros fuera de los horarios pico de atención.
En contra del impuesto al combustible
El proyecto impulsado por el gobierno provincial para imponer un impuesto al combustible recibió críticas por parte de los representantes de trabajadores y empresarios de las estaciones de servicio. La idea apunta al encarecimiento de un 32 por ciento de las naftas, de acuerdo a las proyecciones elaboradas por el mismo Ejecutivo, permitirá recaudar alrededor de 55 millones de pesos mensuales que se utilizarían para el mejoramiento y mantenimiento de las rutas de la región.
Según consideró el presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio Rosario, Marcelo Herrero, la aprobación de la iniciativa, actualmente en votación en la Legislatura provincial, supondrá una “competencia con las provincias linderas que no lo están cobrando”, perjudicando ampliamente al sector.
“En un par de horas ya estás en Buenos Aires o Entre Ríos y hoy los camiones cuentan con ‘mochilas’ que le permiten almacenar el producto, lo que nos hace pensar en una migración de volumen hacia esas zonas”, analizó al tiempo que remarcó que “ya hubo varios aumentos considerables del producto” por lo que el proyecto “no aportaría demasiado”.
En igual sentido, el titular Sindicato de Empleados de Estaciones de Servicio, Ismael Marcón, observó que el proyecto de ley “será nocivo desde el punto de vista económico”.
Para fundamentar su postura citó el caso de empresas de camiones que, a fin de evitar “la alta carga impositiva en materia de patentes”, alquilan una oficina en una provincia vecina e inscriben sus rodados en ese domicilio. “Hay que tener en cuenta lo que son 32 centavos más por litro para un camión que consume 200 o 300 litros por día…”, concluyó.
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