Estaba claro que el aspecto psicológico sería tan importante en la serie final entre Caova y Echesortu como el físico o el basquetbolístico. Casi una verdad de Perogrullo. Aunque haya corrido agua bajo el puente, la duda pasaba en saber si Echesortu iba a canalizar el fantasma de la final perdida a su favor, con bronca acumulada y ansias de revancha, o le iba a jugar en contra. Y se despejó la incógnita. Caova se impuso 89 a 78 en el primer duelo de la eliminatoria, en Sportivo América, y esta noche desde las 21.30 volverán a enfrentarse en el segundo encuentro de la serie pactada al mejor de cinco.
En el partido del miércoles, Eche comenzó mejor, más incisivo en ataque y con una buena defensa colectiva que incomodó a Caova. Pero el Funebrero hizo pie cerca del cierre con la aparición de Maggi y bomba de Domínguez.
Desde el segundo cuarto en adelante se inició el tira y afloje. El azul y negro tuvo un arranque sólido con gran ingreso de Leal para irse 30 a 19, pero los de Claudio González respondieron con defensa zonal y sacaron rédito de una antideportiva para que Sbarra meta ráfaga de 5 a 0 y el partido se empareje. No duró demasiado, porque Domínguez tuvo otro cierre de cuarto soñado. El tercer parcial fue de contrastes, porque cuando parecía que Caova lo quebraba, apareció Topino para acumular juego y atacar la defensa rival hasta acercarse a dos puntos. Y allí, en un momento determinante, Domínguez salió al rescate para llevar tranquilidad, y apareció la zona, aquella que tanto rédito le trajo al Funebrero en la final 2014. El resultado fue contundente a favor de Caova, que volvió a escaparse y generó un mar de dudas en Echesortu, que besó la lona con 10 minutos por jugar.
Sin Topino (22) en cancha no hubo gol, y el golpe a golpe era negocio para Caova, que lo decoró con Domínguez (26 puntos) en estado de gracia.
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