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Elección ibérica

España cerró campaña electoral

Las dos fuerzas tradicionales, el PP de Mariano Rajoy y el Psoe de Pedro Sánchez, lucharon cuerpo a cuerpo con las dos emergentes, Podemos, de Pablo Iglesias, y Ciudadanos, de Albert Rivera, por hacerse con los votos para poder gobernar.


La campaña para las elecciones generales de mañana en España terminó a la medianoche de ayer. Los candidatos aprovecharon hasta el último minuto para presentar sus propuestas en un escenario marcado por la escasa distancia en intención de voto entre las principales formaciones y un alto número de indecisos, un 42 por ciento, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). El conservador jefe de gobierno, Mariano Rajoy, cerró con un acto en Madrid en el intento de frenar el auge de los partidos emergentes, lo que podría costarle la reelección, aunque esté primero en intención de votos, según los sondeos.

Los líderes del Partido Popular (PP), el Partido Socialista Obrero Español (Psoe) y Ciudadanos cerraron su campaña en Madrid; el de Podemos en Valencia y el de Izquierda Unida-Unidad Popular, en Getafe.

Por primera vez son cuatro y no dos los partidos con capacidad de llegar al gobierno.

Las dos fuerzas tradicionales, el PP de Mariano Rajoy y el Psoe de Pedro Sánchez, han luchado cuerpo a cuerpo con las dos emergentes,  Podemos, de Pablo Iglesias, y Ciudadanos, de Albert Rivera, por hacerse con los votos.

El combate ha sido cruzado: de los viejos partidos que se alternaron en el poder desde los años 80 (PP y Psoe) con los nuevos que llegan aupados por los jóvenes y la indignación (Ciudadanos y Podemos); de los partidos de la derecha (PP y Ciudadanos) con los de la izquierda (Psoe y Podemos); de los tradicionales entre sí y de los nuevos, uno contra otro.

Sin posibilidad de mayorías absolutas, ninguno podrá gobernar por sí mismo. Todo está abierto y sólo hay una certeza: el próximo gobierno de España tendrá que nacer fruto del pacto.

Las opciones son varias. Puede ser un gobierno de coalición con dos o más partidos, puede ser un gobierno en minoría apoyado por pactos puntuales en el Parlamento o puede ser un gobierno en minoría al que la abstención de otros facilite el gobierno.

El PP “intentará ganar las elecciones y luego conformar un gobierno estable”, dijo ayer Mariano Rajoy, que tras cuatro años en La Moncloa apuesta su reelección a la recuperación económica que hay en marcha en España tras la peor crisis de su historia.

Su partido mantiene el liderazgo en las encuestas que maneja, pero el temor a que una coalición de izquierdas con Psoe, Podemos y pequeños partidos nacionalistas de izquierda arrebate a Rajoy el Ejecutivo ha crecido al final de la campaña.

De ahí el globo sonda que lanzaron el jueves pasado fuentes de su partido sobre una posible gran coalición a la alemana con los socialistas, siempre y cuando su actual líder, Pedro Sánchez, quede fuera.

Rajoy jugó en la última jornada al desmentido que no desmiente. “Un pacto con el Psoe cambiando a su secretario general no está encima de la mesa”, dijo. “Yo no lo he propuesto y soy el presidente del partido. Nadie ha propuesto en el PP esa coalición y esa noticia la doy por no leída”, señaló a la radio pública española. Rechazo expreso no hubo.

De pactos no se hablará hasta el lunes. Ya lo había dicho el jueves en Barcelona: “Con absoluta franqueza, mi intención es empezar a hablar de ese asunto el día 21”.

A las elucubraciones del PP respondió directamente Pedro Sánchez: “Lo que queremos es echarle el 20 de diciembre. Vamos a ganar las elecciones los socialistas”, aseguró.

Repuntada de Podemos

Expertos apuntaron a la agencia DPA una recuperación de Podemos, el partido heredero de los indignados, en la recta final y una caída de Ciudadanos, que se mueve en el mismo lado del espectro ideológico que el PP y que había arrancado con fuerza la campaña.

“La remontada se ha producido”, dijo el líder de Podemos, Pablo Iglesias. “Si ya lo reconoce hasta el propio Rajoy, es obvio que la posibilidad está muy cerca”.

El partido ha sufrido fuertes oscilaciones el último año. Subió como la espuma en sus inicios, hasta colocarse en enero en las encuestas como segunda fuerza tras el PP. Luego empezó a caer y acabó iniciando la campaña electoral en cuarta posición. Ahora no se descarta que acabe superando al Psoe y se coloque segundo.

Rajoy ha agitado de hecho en el final de la campaña el temor a un pacto entre socialistas y Podemos.

Ciudadanos árbitros

Ciudadanos, entre tanto, dejó abierta la puerta a permitir un gobierno de Rajoy o de Sánchez, tras una campaña asegurando que no apoyaría a ninguno. “Si ganamos el 20D pido que PP y Psoe se abstengan y nos dejen gobernar. Si gana uno de ellos, nosotros lo haremos y estaremos en la oposición”, manifestó su líder, Albert Rivera.

En el cierre de campaña, el enemigo al que atizó fue el otro partido emergente. Si se trata de votar a un gobierno con Podemos en el Parlamento, no habrá abstención, sino voto en contra, aseguró.

“No apoyaremos un Gobierno de Rajoy o Sánchez. Nos abstendremos y votaremos no a tripartitos de perdedores o en coalición con independentistas o antisistema”, explicaron desde el equipo de Rivera, en una clara alusión a una coalición de izquierdas con Podemos para intentar desalojar al PP.

“Entendemos que si nosotros gobernamos, los demás harán lo mismo”. Este planteamiento que maneja el equipo más cercano a Rivera deberá ser ratificado por la Ejecutiva del partido, que se celebrará el lunes día 21 por la mañana.

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