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Transformación

Era un basural y ahora se convirtió en una plaza

En Día de los Jardines fue la excusa para mejorar barrio Francetti e inaugurar un espacio público.


Cientos de niños y niñas, madres, padres y vecinos coparon ayer el terreno ubicado en Guatemala y pasaje Aguilar, en la zona sudoeste. Fue la ocasión perfecta para rebautizar el espacio verde, que hasta hace pocos meses era un basural y ahora se llama “Elena”, en homenaje a una luchadora que dio el barrio y que falleció hace un mes. La Semana de los Jardines de Infantes y la campaña de Acciones Solidarias por la Paz y los Derechos Humanos enmarcaron la jornada de recuperación del espacio público, impulsada por el Distrito Oeste y que juntó, en un mismo predio, a decenas de instituciones que trabajan en barrio Francetti.

La actividad de ayer se denomina, formalmente, “Intervención barrial y recuperación del espacio público”. Es, sin embargo, algo mucho más divertido e interesante. Una actividad de este tipo implica, aunque no parezca, que haya juegos y cumbia. Que se pinte un mural, se labre una huerta, se encuentren madres y padres con la reposera y el mate. La esquina de Guatemala y Aguilar fue ayer el escenario para eso. Se colgaron banderines, las calles se cortaron con castillos inflables y todos los alumnos del jardín Arco Iris fueron a festejar su día. Alternaron entre baile, tumbalatas y peloteros y disfrutaron en otro ámbito a su familia, amigos y docentes, quienes además aprovecharon la ocasión para tomar un poco del sol otoñal que ofrecía la jornada.

El 8 de marzo de este año se celebró la recuperación de esa esquina. Hasta ese momento era un basural. Los vecinos organizados, acompañados por el Estado y las decenas de instituciones que trabajan en el barrio, lo recuperaron. El Día de la Mujer fue el día elegido para jugar un partidito de chicas y establecer presencia en el lugar.

Ese día estuvo Elena Sánchez, una de las tantas personas que tenía una victoria por celebrar. “Le gustaba jugar al fútbol, pero ese día se quedó sentada porque le dolían las piernas”, recuerda Mariel, amiga y compañera suya. Y la describe como una mujer comprometida y allegada emocionalmente al barrio.

Elena tenía 47 años, trabajaba en la cooperativa 7 de Agosto y hace un mes falleció.

“Siempre estaba”, resume Liliana, su pareja. Dice que no puede decir más de ella. A su lado estaban los familiares de Elena y repiten: “Estaba”. Todo lo que hizo impactó en su barrio hasta las lágrimas, se veía a medida que la noticia del bautismo iba de boca en boca.

Ayer fue su momento y la gente, su familia y amigos decidieron llamar a ese lugar como ella.

Educar y convivir

La jornada de ayer fue impulsada por el programa Educar Para Convivir, proyecto votado en el Presupuesto Participativo para promover el trabajo colectivo con los vecinos y solucionar los problemas referidos a la higiene urbana y el cuidado del medio ambiente.

Educar para Convivir depende de la Secretaría de Servicios Públicos y busca recuperar los espacios abandonados en todos sus sentidos, o sea, estructural y socialmente, para que sean lugares que puedan compartirse y usarse por todos sus actores.

Ayer estaban muchos de esos destinatarios junto a agentes de dependencias oficiales que tienen que ver con el proyecto: el Área de Deporte Comunitario, la Escuela de Diseño de Indumentaria que funciona en el Centro de Convivencia Barrial (CCB) Belgrano, el Área de Servicios Urbanos Oeste, los CCB Belgrano y el Santa Lucía, Agricultura Urbana, el Imusa, la Oficina de Derechos Humanos de la Municipalidad, el Club 14 de junio, la ONG Unidos por la Igualdad y el Centro Comunitario Niño Feliz.

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