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Intruso

Entró por ventiluz, revolvió todo y se escapó sin robar

El extraño suceso ocurrió en la sucursal Echesortu del banco Nación.


Fue, tal vez, el colmo del ladrón y el colmo del banquero. Todas las fantasías sobre robos a gran escala incluyen indefectiblemente un banco. Grandes planes de ingeniería criminal, toma de rehenes, lingotes de oro y helicópteros que permitan escapes epopéyicos hacia el extranjero son los condimentos que le han dado sabor a los relatos de estas características. A su vez, son sabidas las imponentes medidas de seguridad que poseen las entidades financieras, siempre utilizando tecnología de punta. Pero que un desconocido ingrese a un banco por una ventana, se mueva por el establecimiento con total libertad, no se lleve nada y desaparezca del lugar sin dejar rastro, es de un absurdo tal que se merece una crónica.

Según indicaron fuentes de la investigación, una persona ingresó durante la madrugada de ayer a la sede de Banco Nación de barrio Echesortu, ubicada en la esquina de Castellanos y Mendoza. El osado intruso se coló en la entidad financiera y logró tener acceso a las oficinas y la línea de cajas. Lo extraño: la alarma no se disparó.

De regreso a las ideas cinematográficas, el protagonista pudo haber intentado jaquear la clave de la bóveda o colocar un explosivo en su ingreso para llevarse millones que le permitieran vivir el resto de su vida en un país del Caribe. No fue lo que ocurrió.

Siempre de acuerdo con fuentes de la pesquisa, el intruso revolvió papeles, tiró sellos al piso alborotó la organización de recibos para luego salir del establecimiento sin llevarse nada. Que alguien había estado en la sucursal recién se descubrió cuando llegaron los primeros trabajadores, ayer por la mañana. “En los bancos no dejan ni el cambio chico en las cajas cuando se van. Todo se guarda en la caja del tesoro. A lo sumo se habrá llevado alguna birome” bromeó un pesquisa al ser entrevistado por El Ciudadano.

Pero, el ladrón de película, ¿cómo hizo para entrar? ¿Se tiró con un arnés desde el techo luego de congelar y cortar una claraboya?, ¿se quedó escondido dentro de un armario durante horas hasta que se fue todo el personal?, ¿descifró el algoritmo del sistema de seguridad? Nada de eso.

De acuerdo con los investigadores del caso, el que entró al Nación fue un jovencito, de contextura física pequeña, que se abrío paso por una ventana corrediza de aluminio ubicada a tres metros del piso, sobre Castellanos, que ni siquiera tenía puesta una traba.

Cuando El Ciudadano consultó a los pesquisas sobre la identidad del intruso, y si se trató de un intento de robo que se complicó, los sabuesos expusieron su hipótesis de los hechos: fue un grupo de adolescentes descuidistas, completamente improvisados.

Por ello, al cierre de esta edición, los encargados de esclarecer el hecho esperaban las imágenes de las cámaras de seguridad del lugar, para rastrear alguna posible cara conocida en el video, aunque se mostraban poco esperanzados del resultado que puedan obtener.

El caso es investigado por la Fiscalía de Flagrancia y Turno, con la colaboración del personal de la comisaría 6º, de barrio Echesortu.

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