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Información "peligrosa"

Entre Ríos: sobreseyeron a acusado por dar talleres sobre cannabis

Fue procesado en diciembre por dar instrucciones de cosecha y usos en tres jornadas en la capital de la vecina provincia. Sin embargo, irá a juicio por tenencia simple, cultivo y guarda de semilla de marihuana


Este miércoles la Justicia de Paraná sobreseyó a Iván Malajovich por el delito de dar públicamente instrucciones para producir droga cuando dictó tres talleres sobre autocultivo y compartió ideas básicas del cannabis medicinal. Había sido procesado en diciembre, pero apeló. Los jueces entendieron que no fue un acto público porque quienes fueron a los talleres tuvieron que inscribirse. Tampoco lo encontraron culpable de compartir en redes sociales una serie de artículos de otros medios de comunicación y portales de información sobre los usos de la planta. El abogado de Malajovich dijo que la Policía no esperó la orden de un juez para identificar la computadora del joven violando su privacidad.

Sin embargo, el militante cannábico y dueño de un local especializado en cultivo irá a juicio oral y público. Los investigadores no encontraron pruebas de que vendiera droga. Si le hallaron una cantidad de droga y plantas que los jueces de Paraná entendieron no era ni para comercializar ni para un consumo personal. Esa figura en la ley 23.737 se llama tenencia simple y es la segunda mayor calificación de las causas de drogas en Entre Ríos en los últimos seis años. “La ley no define qué cantidad de gramos son para consumo personal, pero no hay un vacío legal. Hay muchísimos fallos, incluso de este mismo tribunal, que habilitó tener y cultivar plantas”, explicó el defensor de Malajovich, Andrés Bacigalupo a El Ciudadano.

Lo público y lo privado

Esta semana Malajovich evitó entrar en la historia reciente de Entre Ríos como uno de los pocos, quizás el único hombre en ser enjuiciado por dar instrucciones públicas para la producción de estupefacientes. Ese delito es definido por el artículo 28 de la ley de drogas con penas de entre 2 a 8 años de prisión. Según los datos de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), entre 2011 y 2017 no hubo ninguna causa por dar instrucciones. La Fiscalía había pedido procesar a Malajovich por dictar tres talleres de autocultivo entre 2017 y 2018. Antes había difundido esos encuentros desde las redes sociales de la Agrupación Paranaense de Agricultores de Cannabicos (Apac), un colectivo de usuarios similar a los que hay en el resto del país, incluido Rosario, donde enseñan cómo cultivar y hacer el aceite de uso medicinal. En sus descargos frente a la Justicia Malajovich explicó que la información compartida estaba en revistas de acceso público y portales de internet. Igual lo procesaron y después de la apelación pasó a la Cámara Federal de Paraná.

El tribunal compuesto por Cintia Gómez, Beatriz Aranguren y Mateo Busaniche entendió que tenían que llevarlo a juicio por los talleres. “El acceso a la información presuntamente brindada por el imputado a través de los tres talleres que habría impartido no era indiscriminada, sino sólo posible previa voluntad de un tercero de adquirir dicha información. La información se hallaba al círculo de personas que asistieron al taller”, señaló la jueza Aranguren en el fallo.

Al banquillo

Según explicó el abogado de Malajovich, el juicio por el resto de los cargos contra el militante cannábico será en 2020. Aun cuando revisaron su teléfono, los investigadores no encontraron indicios de que vendiera, por lo que la Justicia lo llevará al banquillo por tenencia simple, una figura gris en la ley de drogas entre la tenencia para consumo personal y la de comercialización. También responderá por cultivar y guardar semillas de la planta. Es que en los allanamientos al local de cultivo que maneja Malajovich la Policía encontró 20 gramos de marihuana en una lata metálica y semillas. De su casa se llevaron 33 macetas con plantas de distintos tamaños adentro de dos gacebos con cierre eléctrico, ventilación e iluminación. La estructura es conocida como un “indoor” o cultivo de interior. De ahí también incautaron 13 frascos con flores de cannabis y otros 270 gramos entre plantas que se secaban y algunas picaduras, más 9 troqueles de LSD. Por último, tomaron como pruebas papelillos, picadores, filtros de agua, reguladores de humedad, pipas, insecticidas, entre otros elementos para el cultivo y consumo.

“Iremos a juicio y denunciaremos la irregularidad en la investigación. Insistiremos con la aplicación del fallo Arriola (que declaró inconstitucional el artículo 14 de la ley de drogas) y lo mismo para el cultivo y guarda de las semillas. Eran para consumo personal”, explicó el abogado Bacigalupo. El defensor aclaró que en noviembre el mismo tribunal desestimó una causa similar donde la persona imputada tenía más de 10 plantas de marihuana. De nuevo, no hubo pruebas de que fuera para vender. Solo para consumir.

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