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Entre nuevos mandatos y el sillón de Rivadavia

Scioli apuntala su voluntad de suceder a Cristina y arma con otros gobernadores a los que avala en su pelea por renovar mandato.


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A la sombra de la pelea estrella por la sucesión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, dos gobernadores justicialistas –la catamarqueña Lucía Corpacci y el chubutense Martín Buzzi– confirmaron en las últimas horas que batallarán su reelección en 2015.
“Por supuesto que aspiro a la reelección, pero esto lo va a decidir el conjunto del peronismo”, afirmó Corpacci, además de precisar que se presentará en las primarias –deben aún implementarse– y que “el que gane va a ser el candidato”.
Por su parte, Buzzi sostuvo que su postulación “es algo natural” que “se va dando de la mano con las acciones” que despliegan “para dar respuestas a la gente”. En la arena chubutense ya se anotaron además en la misma carrera el peronista disidente Mario Das Neves (que la semana pasada recibió al líder del Frente Renovador, Sergio Massa) y el vicegobernador Gustavo Mac Karthy.
Por separado, tanto Corpacci el miércoles último, como Buzzi el día siguiente, tuvieron su foto con el bonaerense Daniel Scioli, con el que ambos sintonizan en el marco de su carrera presidencial.
“Sabe que cuenta con todo mi apoyo en lo personal y político”, dijo el gobernador Scioli respecto de su par catamarqueña Corpacci.
La gobernadora busca que las Paso la fortalezcan, en medio de la interna justicialista con los sectores que comandan el intendente capitalino Raúl Jalil –alineado con Massa– y el movedizo vicegobernador Dalmacio Mera.
Un potencial juego del massismo por fuera de la interna peronista terminaría favoreciendo las chances del frente que lidera el radicalismo y que ansía retornar al poder. Por eso, algunos caciques justicialistas pretenden que también el sector del sindicalista Luis Barrionuevo se bata en la primaria.
Por de pronto, Corpacci y Buzzi se sumaron al grupo de mandatarios que con mayor o menor énfasis público anticiparon que buscarán el año que viene el pase para otra gestión (en rigor, son nueve los que están en condiciones de hacerlo).
Aspiración federal

Por esa senda ya transitan otros dos peronistas: el salteño Juan Manuel Urtubey y el santacruceño Daniel Peralta. Urtubey pretende un tercer mandato consecutivo aunque sin abandonar su sueño presidencial, y Peralta trazó contactos con Massa, aunque luego suavizó su relación con la Casa Rosada y se muestra expectante en materia de alineamientos nacionales.
Un perfil más bajo sobre su futuro –también tienen la posibilidad de ser reelectos– asumieron los justicialistas Eduardo Fellner (Jujuy) y Gildo Insfrán (Formosa), además de Alberto Weretilneck (Río Negro, Frente Grande). Insfrán gobierna a los formoseños desde 1995, vía la reelección indefinida.
Por su parte, desde el peronismo crítico, el cordobés José Manuel de la Sota coquetea entre la disputa por Balcarce 50 y la puja mediterránea, y el sanluiseño Claudio Poggi no se lanzó, pero se especula con que buscará otro mandato, aún sin definición en el plano nacional.
En tanto, por el desfasaje generado por intervenciones federales, no se votará gobernador en 2014 en Santiago del Estero y en Corrientes.

Sin renovación

En cambio, otros líderes de Ejecutivos provinciales tienen vedado el sueño de perpetuarse otro mandato en el poder, por vallas constitucionales. El corralito alcanza a los justicialistas Scioli, Sergio Urribarri (Entre Ríos), Jorge Capitanich (Chaco, en uso de licencia), José Luis Gioja (San Juan), Francisco Pérez (Mendoza), Oscar Jorge (La Pampa), José Alperovich (Tucumán) y Luis Beder Herrera (La Rioja), además del renovador Maurice Closs (Misiones), el socialista Antonio Bonfatti (Santa Fe), la ex arista Fabiana Ríos (Tierra del Fuego), el neuquino Jorge Sapag (MPN) y el porteño Mauricio Macri (PRO).
Scioli, Urribarri y Macri se metieron de lleno en la carrera presidencial, mientras que Capitanich mantiene su perfil de gestión como jefe de Gabinete. Por su parte, Pérez y Bonfatti no cuentan con la figura siquiera de una única reelección, y los intentos de reformas constitucionales que se agitan no auguran cambios en ese presente. Las compuertas cerradas llevaron a varios de los caciques peronistas a intentar potenciar su rol puertas adentro del PJ, y a poner en su radar la pretensión de acceder a una banca en el Congreso nacional.

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