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Entre los nombres propios y el diálogo con la oposición

Panorama político, por David Narciso. El gobernador electo enfría expectativas sobre su gabinete, mientras espera señales desde la Nación.

A pesar de que está a las corridas, que ya va por el tercer acto institucional de la primaveral mañana del viernes y se está yendo hacia un cuarto, Antonio Bonfatti hace gala de la deferencia que ese día no tiene otro encumbrado socialista y, al pasar, responde: “Todavía no nos sentamos a hablar; tenemos que sentarnos a hablar”. El apuro lo obliga a sintetizar, y su síntesis va directo al grano, sin rodeos, a pesar de que la pregunta iba dirigida a la fecha de oficialización del gabinete y no a las negociaciones con los radicales.

Lo referido a continuidad del gabinete provincial está en gran parte definido y casi no es novedad, a pesar de que el gobernador electo se niega a soltar nombres, ni siquiera de quienes son número puesto: Rubén Galassi será el ministro de Gobierno (es probable que lo secunde otro socialista, que hoy revista en otra área, con el fin de sumar gestión política) y no habrá cambios significativos en Cultura, Salud, Hacienda, y Aguas y Servicios Públicos.

En Educación Rasino se va a la Cámara de Diputados pero una de sus subsecretarias garantizará la continuidad.

Mientras esperaba que se cierre el proceso electoral nacional, Bonfatti trabajó puertas adentro del socialismo para asegurar que el mínimo bloque de cuatro diputados socialistas puros no quede marcado por las internas. Esa tarea era imprescindible, no por una cuestión númerica, sino porque dentro del interbloque del Frente Progresista los socialistas y sus aliados deberán también establecer negociaciones con los socios del radicalismo.

El complejo mapa político que quedó en Santa Fe tras el largo 2011 de elecciones impide visualizar con claridad dónde y con quiénes el futuro gobierno definirá los temas centrales de la gestión. Las dos cámaras controladas por el justicialismo y la Casa Rosada conformarán un espinel que Bonfatti deberá recorrer en búsqueda de encontrar el interlocutor adecuado ante cada circunstancia. Diputados y senadores del PJ demandarán una negociación en sí misma para cada uno ya que, a pesar del mensaje de unidad de la conducción partidaria, la misma no sintetiza a esa complejidad de representaciones que es el PJ santafesino en la oposición.

Con respecto al gobierno nacional, nadie puede adelantar nada. Los socialistas hicieron un primer gesto horas después de la elección presidencial, a través de Hermes Binner, quien adelantó que votarán el presupuesto nacional 2012 en general. Ahora aguardan que el paso del tiempo les muestre si la Casa Rosada acepta ese código de convivencia desde las diferencias –cada uno desde su identidad y defendiendo sus intereses–, o si se perpetuará la confrontación electoral.

La semana que pasó fue trascendental para el proyecto de Radio y Televisión Santafesina, que implica constituir una sociedad del Estado que administrará una señal de TV y otra de radio a través de repetidoras que le darán alcance a todo el territorio provincial. Increíblemente, los habitantes de Reconquista, Santa Fe, Rafaela, Venado Tuerto y Rosario jamás vieron o escucharon una misma señal de radio desde su aparición en la década del 20 o de TV en la del 60. Eso profundizó históricas rivalidades y desconfianzas, muy útiles a los intereses de los patricios santafesinos y la burguesía rosarina, amén de otros actores que sacaron tajada de esa fragmentación regional sin identidad provincial, base sobre la cual se constituyeron núcleos de poder político, económico y mediático a lo largo del siglo XX.

En 2007, cuando el gobierno del FPCyS empezó a hablar de la posibilidad de que Santa Fe tuviera un canal y una radio de alcance nacional, el PJ se opuso ciegamente a esa posibilidad. Se clamaba que el gobierno quería hacer “Binner TV” y se sacaba a relucir el viejo manual del ajuste permanente argumentando que se trataba de un “gasto” superfluo que iba a engrosar “la fiesta socialista”.

A ninguno de esos dirigentes y legisladores de la oposición que hoy están terminando mandato se le cruzaría por la cabeza repetir esa línea discursiva. RTS es un mérito del gobierno del FPCyS (que una vez más demostró que en muchos aspectos adelantaba al PJ santafesino), pero que por la debilidad legislativa del mismo sólo puede hacerla realidad gracias al cambio de cabeza que propició, tanto en la dirigencia política como en mayorías sociales, el debate por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que contó con el valiente voto a favor de la bancada socialista y el rechazo del Peronismo Federal. Aún cuando quedan dudas sobre algún artículo, como el referido a la relación jurídica de los trabajadores que revistarán en RTS que preocupa a las organizaciones gremiales de prensa, era impensable hace dos o tres años que esa misma oposición santafesina iba a estar hoy sentada, ya no frenando “la vocación hegemónica del gobierno socialista”, sino discutiendo su cuota de participación en el directorio de la empresa de medios públicos.

A lo grande

Miguel Lifschitz se quiere despedir a lo grande, en medio de inauguraciones y resultados electorales satisfactorios. Tan a lo grande que pretende el 60% de aumento para todos de la Tasa General de Inmuebles para compensar tres años sin aumentos y cubrir el impacto inflacionario en los costos de los servicios que comprende la tasa. De aprobarse en el Concejo Municipal, se sumaría a casi un 30% del aumento del pasaje del transporte público, todo a las puertas de un año en el que los ingresos de los sectores de los trabajadores se prevén menores que en años anteriores, con paritarias que se negociarán, según las pautas que empiezan a circular, entre el 15 y 18% para 2012. En tanto, el intendente dejará herencia en lugares clave del gabinete de Mónica Fein. Fernando Asegurado, Horacio Ríos y Jorge Elder tienen continuidad asegurada, mientras que todo indica que Verónica Irízar ascenderá a secretaria de Hacienda.

Diferencias entre confluencia y convivencia

La semana que pasó estuvieron funcionarios menores de Aerolíneas Argentinas intentando convencer a autoridades locales y al complejo económico que vive del turismo sobre las bondades de disponer un avión diario gratuito de Aerolíneas Argentinas para los pasajeros rosarinos que quieran volar al exterior, ante la decisión de prohibir los servicios de LAN desde el aeropuerto Islas Malvinas.
Aerolíneas propone una solución china a un problema que es perjudicial para Rosario y la región. El problema no es que haya lobby a favor de LAN, como se suele descalificar la movida de instituciones y sectores económicos en defensa de la actividad en el aeropuerto de Rosario, sino que la solución para Rosario y la región la esté representando LAN y no el Estado a través de su línea de bandera.
Rosario se ha convertido en el principal mercado emisivo del interior, lo cual implica no tener que hacerse cargo de un muerto sino de un negocio que reditúa. Si Rosario es rentable para LAN, ¿por qué no puede serlo para Aerolíneas? Si 80 por ciento de los pasajeros de LAN usan Lima para hacer trasbordo a destinos que Aerolíneas cubre desde Ezeiza, ¿no es hora de buscar otras soluciones con LAN o hacer que Aerolíneas opere servicios externos desde el Islas Malvinas, en cambio de matar al aeropuerto local?
Es aquí donde no cierra la decisión de los funcionarios de Anac. Se suponía que no era para esto que el Estado avanzó en dos medidas extraordinarias, como recuperar la línea de bandera y poner en manos civiles el control de la aviación comercial.
El Estado santafesino tiene hace 20 años una política de Estado para sus aeropuertos, que fundó Jorge Obeid cuando decidió no privatizarlos. Probablemente sea este el motivo de fondo de la decisión de la Anac, más que la supuesta competencia desleal (que se puede resolver por otros caminos) contra Aerolíneas Argentinas.
Cabe destacar que todos los aeropuertos del país, a excepción de Santa Fe, están en manos de Aeropuertos Argentina 2000. Seguramente la concesionaria del empresario Eduardo Eurnekian está muy interesada en “competir” (a través de Ezeiza o Pajas Blancas) por los 900 mil dólares de facturación que los vuelos de LAN dejaron al Islas Malvinas desde que se iniciaron hace 10 meses.
Quizás estas dudas puedan aclararse si la presidenta acepta, o al menos deriva con alguno de sus ministros, la audiencia pedida por “el vil lobby” rosarino y escucha una versión diferente a la que le cuentan funcionarios de su gobierno.

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