Ciudad

En tres meses, sólo un caso positivo de alcohol en el río

Es el resultado tras haberse efectuado 400 controles. Este fin de semana ya rigen multas de hasta $ 4.500.

Por: Pablo Moscatello

A dos meses de que comenzaran a regir en el río Paraná frente a las costas de la ciudad los controles de alcoholemia a navegantes, sólo una de las 400 intervenciones realizadas arrojó resultados positivos. “Es un dato muy alentador”, se alegró el titular de Prefectura en Rosario, Claudio Mazziotta. Y adjudicó el éxito de la medida a “la campaña de concientización” que se lanzó cuando comenzaron a subir las temperaturas y con ello a poblar de nuevo el Paraná. La fuerte difusión tenía además una lógica concreta: este fin de semana por primera vez ya no hubo más advertencias, ya que comenzaron a regir multas de hasta 4.500 pesos para quien conduzca una embarcación en estado de ebriedad. Hasta el 1º de mes los controles sólo habían sido preventivos e informativos.

Desde el primer día septiembre, y tal como lo había anunciado a su turno este medio, Prefectura comenzó a llevar a cabo en el marco de una campaña a nivel nacional que no había tenido antecedentes, controles de alcoholemia en el río frente a las costas de la ciudad.

En todo el país los operativos se efectúan sobre ríos, lagos y todo el litoral marítimo. Mazziotta explicó que para las embarcaciones deportivas el límite de tolerancia de alcoholemia en el Paraná es de 0,5 (500 miligramos de alcohol por litro de sangre) y para los conductores de motos acuáticas de 0,2. Si bien entran en juego un sinfín de parámetros, estos niveles se alcanzan en general con, por citar algunos ejemplos, tres vasos de cerveza, dos de vino o uno de whisky momentos antes de timonear.

En cuanto a las embarcaciones comerciales, el prefecto subrayó que el nivel de tolerancia “es cero”. Es decir que quien esté al mando de una lancha de pasajeros o algún tipo de buque menor de carga –lanchones jaula o de venta de alimentos, por ejemplo– no podrá haber consumido antes ninguna bebida con graduación alcohólica.

En sus patrullajes, la Prefectura seguirá solicitando los papeles de la embarcación y los elementos de seguridad obligatorios, como lo hacía hasta ahora. La única diferencia es que desde septiembre quienes circulen por el río no podrán negarse a que se les practiquen además controles de alcohol en sangre.

Desde la fuerza ya habían indicado que hasta el 30 de noviembre pasado las intervenciones tendrían carácter “preventivo”. En las últimas horas, en contacto con este medio, Mazziotta explicó que sólo una de las 400 intervenciones realizadas en estos dos meses arrojó resultado positivo. El jefe de Prefectura destacó el dato y lo adjudicó a “la campaña de concientización” que se llevó a cabo. “Contribuyó mucho la difusión del tema”, indicó. Las tareas en ese sentido incluyeron un fuerte despliegue, con charlas en clubes náuticos, información entregada a los medios para que éstos la trasmitan y mucha entrega de folletería a los mismos navegantes y en guarderías.

Lo cierto es que desde el miércoles 1º ya comenzaron formalmente a regir las multas y castigos. Las sanciones irán creciendo en función de la cantidad de infracciones: en primera instancia serán económicas; luego seguirá la suspensión de la licencia de timonel y, finalmente, la inhabilitación.

Según el grado de alcoholemia que tenga el timonel, se esperará a que baje el nivel en sangre o se intentará que lo reemplace otro conductor habilitado, explicó el prefecto Mazziotta.

“Y si esto no es posible habrá que remolcar la embarcación hasta la guardería”, indicó luego. En todos los casos los infractores tienen 48 horas para presentarse en Prefectura a realizar el descargo y pagar las multas, que van de 200 a 4.500 pesos. Y en caso de no hacerlo, hay sanciones por suspensión o rebeldía, que son distintas, pero en ambas circunstancias no podrá navegar.

Comentarios