Ciudad

Empalme aún espera

Por Luciana Sosa.- En noviembre comenzaron las obras de repavimentación, pero desde entonces no hubo avances significativos: el barrio sigue “roto” y los vecinos padeciendo innumerables inconvenientes.


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Pasaron ya nueve meses y la situación no cambió en la zona de Cullen y la República, en Empalme Graneros. No sólo las obras de pavimentación previstas no se terminaron (se cubrieron apenas 100 metros), sino que al estar “mal hechas comenzaron a romperse con el avance de las máquinas que la misma empresa utiliza”. Las zanjas están repletas de agua servida debido a la rotura de caños que hizo una empresa que, supuestamente, está trabajando en la zona para mejorar el sistema de desagüe. “Hay un señor que, supongo, debe ser el arquitecto: viene, da las órdenes y cuando se va los empleados se sientan a tomar mates”, denunció Jorge Roberto Sales Olivares, presidente del Círculo de Asambleas Populares y vecino del barrio que luce literalmente, “roto”.

El trabajo a realizar es de tal magnitud que fueron destinados unos 12 millones de pesos, que salieron de las arcas provinciales, según explicó Olivares. “Hay veinte camiones de hormigón en el barrio. La mitad se usó para el barrio y la otra mitad desapareció. No sabemos si se vendió ese hormigón a los vecinos o se fue para otro lado”, sospechan varios habitantes.

Olivares mencionó que después de la nota que publicó este diario hace unos meses, “vinieron unas máquinas más y durante 15 días se vio un movimiento importante, pensamos que por fin iban a cumplir con los trabajos prometidos, pero no fue así. Después de unos metros más de pavimentación volvieron a quedarse los camiones parados, los operarios vienen y no hacen nada, y encima se están rompiendo las calles recién hechas, porque las hicieron mal y las mismas máquinas son muy pesadas”.

El lunes, otro reclamo

“Acá nos están robando, nos están estafando”, se indignó Olivares. Y agregó: “Ya tengo listo en mi computadora el nuevo reclamo a las autoridades. Lo voy a presentar en los medios, en la intendencia y a la sede de gobierno. Cuando el gobernador Bonfatti vuelva de Estados Unidos se va a encontrar un con gran problema que deberá resolver”.

Desde noviembre hasta abril la zona había sido cercada por un extenso alambrado que impedía el ingreso o la salida de vehículos del sector de Cullen entre La República y Nicaragua. “Fue muy difícil vivir esos días porque tenemos muchos vecinos enfermos o que apenas se pueden mover y no sólo los taxis quedaban del otro lado del alambrado, las ambulancias también. Por suerte ahora nos corrieron uno de los alambrados y se puede transitar a medias”, informaron.

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