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El último regreso a su tierra

El frío, el viento y la desolación habitual de la Patagonia contrastaron con la multitud que acompañó en todo momento el lento paso de la cureña con los restos de Néstor Kirchner hacia su Río Gallegos natal.

Una multitud, bajo un intenso frío, se agolpó ayer a la vera de la autopista 17 de Octubre de Río Gallegos para saludar el paso del cortejo que trasladó los restos del ex presidente Néstor Kirchner que llegaron al cementerio de la capital Santacruceña para ser inhumados. El cortejo se desplazó lentamente en las cercanías del Cementerio Municipal y cuando llegó a su entrada una multitud rodeó el coche fúnebre arrojando flores, en tanto que cientos de personas rodearon también el auto en el que iba la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para brindarle su apoyo. Con las últimas luces de la tarde en la provincia, cuyos días se van haciendo más largos a medida que se acerca el verano, la multitud permaneció incólume mientras una ceremonia privada y familiar transcurría puertas adentro, en la capilla del cementerio. Sólo unos pocos amigos –y entre ellos el presidente de Venezuela, Hugo Chávez–ingresaron también al cementerio tras integrar la caravana que acompañó los restos del ex jefe del Estado.

Con banderas en las que predominó la frase “Gracias Lupo”, como se lo conocía en su ciudad natal, los habitantes de Río Gallegos y de otras ciudades de la Patagonia dieron el presente a lo largo de la autopista que une el aeropuerto con la ciudad capital de Santa Cruz.

La comitiva, que encabezó la presidenta Cristina Fernández, llegó poco después de las 17.40 al aeropuerto local, y poco antes lo había hecho el presidente Chávez.

De inmediato se inició el recorrido por la autopista 17 de Octubre, que desde temprano mostraba la movilización de familias, militantes y grupos de trabajadores, muchos de ellos con cascos: entre quienes aguardaban el paso del cortejo, además de petroleros de Caleta Olivia, se destacaba una numerosa delegación de los mineros de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio.

Unos 40 gendarmes custodiaron la cureña que trasladó el féretro del ex presidente desde el aeropuerto hasta el cementerio de Río Gallegos por la autopista 17 de Octubre.

Según informaron integrantes de la fuerza de fronteras, la autopista –que en todo momento estuvo colmada de vecinos y militantes que se agolparon a la vera del camino– fue cortada al tránsito en cuanto se inició la caravana.

El cortejo recorrió lentamente el trayecto de unos 12 kilómetros, y desembocó directamente en el Cementerio Municipal, donde los restos del ex presidente descansarán en una bóveda familiar.

Por la mañana, en la sede de la gobernación, el mandatario local, Daniel Peralta, había encabezado un oficio religioso en el salón central, adonde concurrieron numerosos vecinos para expresar su dolor y su congoja por la muerte de quien fue intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz, presidente de la Nación y diputado nacional.

“Mi pueblo está de luto y se ha quedado mudo por la muerte de Néstor”, dijo en ese lugar el padre Mario Soto, antiguo conocido de Kirchner, durante el oficio religioso. “Tenemos fe y esperanza y vamos a seguir adelante con la fuerza que Néstor nos daba a todos”, añadió.

En horas del mediodía, también en la gobernación, fue incesante la llegada de habitantes de Río Gallegos que seguían con atención y por televisión las alternativas del cortejo que se desarrollaba en Capital.

Mientras tanto, en las puertas del cementerio municipal un numeroso grupo de legisladores, dirigentes sociales y artistas esperaron la llegada de los restos de Kirchner, rodeados por una multitud que aguantó las bajas temperaturas y el viento característicos de esta ciudad.

Entre los presentes, se encontraban, entre otros, el ministro de Planificación, Julio De Vido; el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y el titular del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi.

También estaban los legisladores oficialistas José María Díaz Bancalari, Mariano West, Carlos Kunkel, Teresa García, así como el socialista Ariel Basteiro y el cooperativista Carlos Heller, entre otros.

Asimismo, asistieron el titular del Movimiento Evita, Emilio Pérsico; el subsecretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Edgardo Depetri; el filósofo Ricardo Forster; el designado embajador en Uruguay, Dante Dóvena, y los intendentes de Quilmes, Francisco Barba Gutiérrez, y de José C. Paz, Mario Ishii.

Además, estaban en el lugar el titular de la Afip, Ricardo Echegaray, y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde; además de personalidades del ambiente artístico como Andrea del Boca y Gastón Pauls.

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