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El último adiós a la centenaria Fanny Edelman

La naturaleza había sido pródiga con ella. Meses atrás había cumplido 100 años.

Por Jaskel Shapiro, especial para El Ciudadano.- El martes 1º de noviembre falleció Fanny Edelman. La naturaleza había sido pródiga con ella. Meses atrás había cumplido 100 años lo cual asume mayor relevancia porque también cumplía casi 80 años de una militancia sin pausa. Debe ser valorada como una de las más destacadas luchadoras, militante por los derechos de la mujer, antifascista, antiimperialista, con firmeza por la causa del socialismo.

El lugar de la mujer en la sociedad ha concitado la atención de muchas fuerzas progresistas. Es el problema de sus derechos, pero mucho más que eso, es una cuestión que califica a nuestra civilización. La discriminación, milenaria, por el género tiene una historia trágica y hasta dolorosa. La vida de Fanny Edelman estuvo dedicada a reivindicar los derechos, el trato justo, como elemento inseparable de la lucha por la libertad, la democracia, los derechos humanos en su más amplio sentido, en la brega por una sociedad más justa. “No hay desarrollo humano ni nuevo orden social sin las mujeres”. No resulta una sobrevaloración de su personalidad sostener que es una de las mujeres más destacadas en el país y en el orden internacional sobre esa reivindicación de lo cual fue precursora. Mucho se ha avanzado, pero tanto también queda por delante. Participó en sostener esa bandera de derechos enfrentando dictaduras que, por cierto, reprimían todas las que tuvieran que ver con los derechos y la libertad populares. Con una sólida formación cultural, ideológica y política contribuyó a elaborar programas y mantuvo viva la visión de lo nuevo. “La importante brecha cultural abierta por la segunda ola feminista al cuestionar las relaciones desiguales y jerárquicas entre los sexos encierra un trasfondo liberador”, supo escribir.

Su historia militante es intensa y múltiple. Con apenas poco más de veinte años integró esa enorme legión, decenas de miles, que de todo el mundo fueron voluntarios a participar de la lucha antifascista en España en la década de 1930, que, como es conocido, fue el prolegómeno del enfrentamiento a la agresión nazifascista. De regreso desarrolla formas de organización de las mujeres. Contribuye a fundar la Unión de Mujeres de la Argentina (UMA) en la que militó cincuenta años. Ocupó durante años la Secretaría de la Federación Democrática Internacional de Mujeres; desarrollaba, actualmente, la Cátedra Libre de Género y Clase con afiliadas al Partido y la Juventud Comunista. Deja mucho por estudiar y continuar, para lo que confiaba en las fuerzas nuevas que se incorporan pujantes. Visitó y contribuyó a su organización de mujeres que en distintos continentes sufrían o sufren la discriminación, la violencia, la miseria, el hambre.

A iniciativa de esa Federación (Fdim), las Naciones Unidas establecen en 1975 el Día Internacional de la Mujer que sirve siempre para hacer balance y propuestas.

Su personalidad fue valorada desde su primera participación en la lucha republicana en España, donde trabajó junto a Antonio Machado; allí conoció a “La Pasionaria”. Su actividad la llevó a ser recibida por Ho Chi Min, Fidel Castro, Raúl Castro, Salvador Allende y otros, y producto de esos encuentros con grandes surge el relato que transformó en un libro que es una virtual autobiografía: “Banderas, pasiones, camaradas”.

Siempre sostuvo con firmeza y lealtad inquebrantable su condición de militante comunista. Vio con entusiasmo los fenómenos nuevos que muestra la Argentina y América latina. Hace pocos años había sido designada presidenta de su Comité Central, cargo que ocupaba a su fallecimiento. Mantuvo la memoria querida para Bernardo Edelman, que fuera su compañero. La familia siempre ocupó su lugar pese a la intensa vida que transcurrió, cosas que dijo en marzo último, en el teatro Cervantes de Buenos Aires al recibir la Orden José Martí, máxima distinción que otorga el gobierno de Cuba.

Había nacido en la ciudad de San Francisco, provincia de Córdoba, en una casa que conoció las dificultades de una familia trabajadora.

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