Ciudad

El software santafesino pica alto en la industria nacional

Por: Agustín Aranda.- Casi un tercio de las empresas del país pertenece a la provincia, crean cada vez más empleo y crece su facturación.


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Pocos ámbitos de la vida escapan a la presencia de la informática. No importa la extracción socioeconómica, la tecnología de la información está casi siempre presente. Y detrás de cada aplicación de celular, cada software para facturar en un restaurante, cada programa para liquidar cuentas en un centro municipal de distrito, hay una persona que, a partir de una necesidad, creó una solución a partir de bytes. No necesariamente esa persona está lejos. Durante la última década, el país mostró un crecimiento superlativo de la industria del software local. Según las estadísticas del gobierno nacional y organizaciones que nuclean a empresas del rubro, en la última década la actividad se expandió un 75 por ciento en términos de empleo, facturación y exportación. Rosario y la provincia de Santa Fe fueron protagonistas de este crecimiento y no sólo, como publicó El Ciudadano tiempo atrás, en materia de videojuegos. Con poco menos de un tercio de las 900 empresas que están asociadas a la cámara nacional,  Santa Fe mantiene una alta participación en la industria argentina. Y si bien, como ocurre en otros países, pese a que las firmas de software se arman y se desarman por año, el número se mantiene: 250 productoras y encargadas de mantener software estatal y privado. Para este año buscan exportar y vender su software al segmento productivo más grande de la región: el de los agronegocios. Una radiografía de la actividad arroja que el crecimiento se apoya en políticas nacionales y organismos intermedios público-privados como los clusters y el Polo Tecnológico de Rosario.

Polo sur

Gran parte del software que se desarrolla en la ciudad está ligado al Polo Tecnológico Rosario. La organización público-privada, próxima a mudarse al predio que ocupara en zona sur el ex Batallón 121, aglutina unas 100 empresas-socio entre grandes y pequeñas. Un 60 por ciento de ellas se dedican al desarrollo de software. El resto se reparte entre productos y servicios ligados a la biotecnología e ingeniería y la automatización. Entre un 25 y un 30 por ciento de estas firmas exportan, tienen presencia internacional e incluso oficinas en el exterior.

El Polo es el organismo que vincula a las empresas con las universidades (UNR y UTN), desde donde surge la mano de obra especializada y se ponen en marcha proyectos de investigación.

A su vez, articula a las empresas con la demanda que muchas veces proviene de los gobiernos municipal y provincial. “Son casas de estudio muy importantes para que la región tenga este crecimiento. Lo mismo corre para el Polo Tecnológico, que permite a las empresas con problemas comunes poder pelear entre todos. El principal es la capacitación y, en algunos casos, la certificación de calidad de los productos. El hecho de que sea (por el Polo) un organismo público-privado nos permite también tener una mejor conexión con los gobiernos con quienes se encaran misiones al exterior, por ejemplo”, indicó a este diario Ricardo Marra, representante de Nucleus, empresa local que emplea 20 personas entre administrativos y comerciales.

Desde 2006 sólo elaboran un producto: el Nucleus RH, un sistema de gestión integral de recursos humanos. El programa posee distintos módulos –liquidación de haberes, gestión de talentos e historia del empleado– que son actualizados según las exigencias de las empresas que lo adquieren. Su cartera de empresas es abundante y de primera línea: Ilolay, Sancor Seguros, Grupo Gamma, Transatlántica, Torneos y Competencias (TyC), entre otras.

Si bien evalúan exportar el producto, su nicho de mercado es valioso. La mayoría de sus desarrolladores tiene entre 25 y 30 años: son estudiantes avanzados de carreras ligadas a la programación. Esto se replica en el resto de las empresas locales.

Según indicaron desde Nucleus, prevén incorporarse al predio del ex Batallón 121 durante la segunda o tercera ampliación del predio asignado al Polo. “Estamos preparándonos para un nuevo llamado con el que buscamos más empresas para ocupar las otras dos naves proyectadas”, agregó sobre lo anterior el gerente del Polo Tecnológico, Guillermo Civetta.

Las empresas de software que trabajan allí apuntan a distintos mercados y generan productos para las áreas de Recursos Humanos o la gestión en telecomunicaciones. “Hay una variedad amplia y se incluyen las tareas de consultoría. Muchas veces los clientes buscan a estas empresas para rediseñar su software”, detalló Civetta.

“Tenemos firmas que desarrollan programas para empresas del agro que necesitan indicadores para la toma de decisiones. Esto lleva el nombre de Agricultura de Precisión, donde al productor se le procura información exacta desde el sembrado. También se desarrolla software para las acopiadoras de cereales”, agregó.

La mayor parte de las empresa trabajan software propietario pero hay desarrollo libre. Por ejemplo, hubo una empresa que desarrolló un proyecto para la administración tributaria de la Municipalidad de Rosario: una plataforma libre para generar la Tasa General de Inmuebles (TGI). Las empresas incorporan a su producción los productos libres porque el Estado (municipal, provincial y nacional) lo requiere. De igual modo, libre no significa gratuito. “Tiene un costo, al igual que el mantenimiento y servicio. Lo que se comparte es el código”, explicó.

Desde el polo apuntan a que las empresas encuentren un nicho de mercado y se especialicen. “Y muchas veces eso tiene que ver con elegir desarrollar software propietario. Nuestra idea es reforzar ese aspecto ya que de esa manera ingresan a los beneficios tributarios que propone el Ministerio de Industria nacional”, agregó el experto.

Nacida en los 90

Otra exponente rosarina es Neuralsoft, que desde principio de la década del 90 se dedica al mantenimiento de los sistemas corporativos. Lo particular es que permite al cliente deslindarse por completo del soporte y la actualización, pero mantiene el acceso al sistema de modo remoto desde cualquier conexión de internet. Con sedes en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, se presenta como una fábrica de software de gestión con 160 empleados, certificación ISO 9001 y que exporta a Uruguay. Además, cuenta con dos productos  para la gestión de las empresas: El Presea y el Rubiro.

Agrosoftware

En la actualidad, el Cluster TICs Rosario tiene 27 asociados cuyos productos y servicios van desde el desarrollo para el agro hasta programas de gestión para restaurantes. Hasta el año pasado el principal problema que resonaba en el racimo (tal la traducción de “Cluster”) era la escasez de mano de obra. Algunas empresas de capitales internacionales se desprendieron de los centros de costos (nombre políticamente correcto para denominar sectores de una empresa donde se recorta personal si baja la utilidad). Por consiguiente, esa mano de obra volvió al mercado local.

El presidente del cluster local, Oscar Niss, dirige la empresa de software Aliter SRL, dedicada a desarrollar un programa para que los corredores de cereales manejen sus respectivas empresas. De hecho, parte de las 250 pymes de software (productos y servicios) santafesinas buscan insertarse a los procesos de la agricultura de la región. Esto no es azaroso, sino fomentado por acciones políticas del Ministerio de Industria nacional.

Por el perfil productivo, los desarrollos locales estarían orientados a incorporarse a las cadenas de valor de las fábricas de agromaquinaria, por ejemplo. “En algunos casos se han incorporado pero los productores agrícolas todavía dependen de lo que envían las empresas de maquinaria”, apuntó Niss.

El cluster funciona desde 2007 en la ciudad, aunque recién un año después se confirmó como asociación civil. Esto le permitió avanzar en acciones asociativas con las empresas locales: misiones comerciales al exterior, rondas de negocios a nivel nacional y capacitaciones en cómo organizar su la empresa, cómo crear una estrategia de marketing, entre otros puntos. Entre los proyectos asociativos del racimo se destaca el consorcio de cinco empresas a las que dotaron de una plataforma comercial común para insertarse en el mercado externo. Por otro lado, y se constituye como preocupación general en la industria, la capacitación para la certificación de los productos bajo las normas ISO 9001.

A nivel nacional la Cámara de Empresas de Software & Servicios Informáticos de la República Argentina (Cessi) agrupa a 900 empresas y si se considera que habría más de 250 santafesinas, la participación de la provincia sería de las más altas. La afiliación a clusters o cámaras en Santa Fe sólo alcanza a 100 de las 250 empresas. Cabe destacar que, como ocurre en otros puntos del mundo, las empresas de software se arman y se desarman anualmente. Pero “en el balance, hace años que terminamos con la misma cantidad, se equilibra”, apuntó Niss.

Como en cualquier rama productiva, el cooperativismo también existe en el software local. Federico Sodo es representante de la Cooperativa de Trabajo Equality. Tiene 38 años y en 2011 junto a otros ingenieros en sistemas que trabajaban en mantenimiento del software bancario en la ciudad consiguió la matrícula para su proyecto asociativo.

En la actualidad, son 13 socios (sólo tres juniors) que se dedican al mantenimiento aunque evalúan diversificar y producir. Esperan que esto ocurra cuando se muden al predio del ex Batallón 121 ya que son una de las 17 empresas elegidas para ocupar el primer edificio. “Sin demasiada expectativa y conocimiento nos asociamos al Polo. Fuimos incluidos en el proyecto del Batallón y en algunas capacitaciones”, comentó Sodo.

Negocio

A nivel nacional la industria del software evidenció un crecimiento del 75 por ciento –empleo, facturación y exportación– en los últimos 10 años. Según la Cessi, en 2003 empleaba 19 mil personas, facturaba 830 millones de dólares, de los cuales 170 eran por exportación. El año pasado había 76 mil empleos gracias al software, industria que facturó 3.511 millones de dólares, de los cuales 905 estuvieron ligados a las exportaciones. El crecimiento estuvo alentado por decisiones del gobierno nacional.

Hace dos años el Ejecutivo nacional extendió hasta 2019, mediante una nueva ley, los beneficios fiscales para las empresas de la industria del software que certifiquen sus productos y/o exporten sus productos. En esa oportunidad, la ministra de Industria, Débora Giorgi, sostuvo que entre 2002 y 2011 se crearon más de 40 mil nuevos puestos de trabajo, hubo un aumento en las ventas de un 210 por ciento y las exportaciones sectoriales crecieron un 290 por ciento, “más del doble que el promedio de ventas argentinas al mundo”. En la actualidad, según los datos del Ministerio, hay 310 empresas de software en todo el país en el registro de productores de software y servicios informáticos.

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