Policiales

Fallo de la Cámara Federal de Casación Penal

El represor Etchecolatz debe volver a cárcel común

Tras conseguir la domiciliaria, Etchecolatz se instaló en una casa del bosque Peralta Ramos en Mar del Plata. El genocida fue objeto de diversos escraches.


La Cámara Federal de Casación Penal revocó la prisión domiciliaria del represor condenado a prisión perpetua Miguel Etchecolatz, por lo que dejará su casa de Mar del Plata y volverá a una cárcel común.

La Sala IV del Tribunal revocó lo decidido a fines de diciembre pasado por los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, del Tribunal Oral Federal 6, quienes entendieron que los 88 años del represor y su estado de salud eran suficientes otorgarle el beneficio.

La Cámara Federal, por mayoría con los votos de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, decidió que el represor debe volver a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF).

“No se advierte impedimento alguno para que el nombrado permanezca en un establecimiento penintenciario, recibiendo la atención médica, el tratamiento y los controles que sean necesarios para atender sus patologías”, consideró Borinsky.

Al explicar su voto, evaluó que “el tribunal de la instancia anterior omitió referirse a la circunstancia invocada por el Ministerio Público Fiscal en su recurso de casación referida a la revocación, con fecha 24 de octubre de 2006, del anterior arresto domiciliario de que gozaba Etchecolatz luego de verificarse que poseía armas de fuego en su domicilio en su vivienda de la ciudad de Mar del Plata”.

Por su parte, Hornos sostuvo que los estudios médicos “evidencian las posibilidades con las que cuenta Etchecolatz para permanecer detenido dentro de un establecimiento penitenciario, recibiendo la debida atención, tratamientos y controles que sean resultan necesarios para sus patologías”.

En disidencia, el camarista Juan Carlos Gemignani se expresó a favor de confirmar la prisión domiciliaria del ex policía bonaerense en base a nuevos informes médicos que señalaron que los padecimientos “se mantienen incólumes, pero con un alta posibilidad de agravamiento”.

Con este fallo, los magistrados revocaron lo dispuesto por el TOF 6 el 27 de diciembre último, cuando hicieron lugar al pedido del defensor oficial de Etchecolatz, Carlos Ranuschio, quien ya había conseguido ese beneficio para su cliente en otras causas.

La solicitud del abogado se había basado en “la existencia de un delicado cuadro de salud por parte de Etchecolatz que ameritaba el otorgamiento del beneficio solicitado, ya que resulta claro que, más allá de la cronicidad de las patologías que padece el nombrado, con el transcurso del tiempo se ha venido presentando una situación de progresivo deterioro de su salud y estado clínico general”.

Tras conseguir la domiciliaria, Etchecolatz se instaló en una casa del bosque Peralta Ramos en Mar del Plata. El genocida fue objeto de diversos escraches por parte de organismos de derechos humanos y los propios vecinos, que repudiaron su presencia.

El ex jefe de la Brigada de Investigaciones de la Bonaerense fue condenado en seis oportunidades por crímenes de lesa humanidad: en 1986, a 23 años de prisión en la denominada causa “Camps”; en 2004, a 7 años de prisión (reducida luego a 4), por la apropiación de una hija de desaparecidos; en 2006, a reclusión perpetua en la conocida como “causa Etchecolatz”; en 2012, a prisión perpetua por el “Circuito Camps”; en 2014, a perpetua por un doble homicidio en el marco de la causa “La Cacha”, y en 2016, a 25 años de prisión por el secuestro y las torturas a una pareja desaparecida.

Ahora enfrenta otro juicio oral por hechos que se produjeron en las dependencias de la Comisaria 1º de la localidad de Monte Grande y en la ex División Cuatrerismo de la Bonaerense, del partido de La Matanza, en las inmediaciones de la intersección de la Autopista Ricchieri y Camino de Cintura.