Ciudad

Aniversario negro

El reencuentro de Anahí con el bombero que le salvó la vida

La sobreviviente que graficó desde la ventana la desesperación contó cómo fue rescatada desde el quinto piso.


La imagen de Anahí Salvatore recorrió el mundo cuando fue rescatada por Néstor Villagra, el bombero zapador que logró contenerla y darle un poco de agua hasta que llegó la escalera y pudieron salvarla. Anahí sacaba su pierna por la ventana y pedía auxilio a gritos desde el quinto piso de la primera torre de Salta 2141, mientras todo era caos alrededor.

Hoy se cumple un año de aquella trágica mañana del pasado 6 de agosto, cuando una incontrolable fuga de gas hizo explotar un cuerpo completo del complejo de tres torres en el que perdieron la vida veintidós personas.

“Estaba en el departamento a punto de salir de mi dormitorio y se destruyó todo. No entendía nada. Me pude asomar a la ventana y mirar en busca de quién me pudiera ayudar. El fuego era muy intenso, el humo era terrible y el calor se hacía cada vez más insoportable. Pensaba que en diez minutos me iban a sacar, pero pasaron más de dos horas. Cuando Néstor se acercó no entendía el riesgo que él corría también. Mi mirada era distinta a lo que estaba sucediendo en realidad”, contó Anahí con su mirada color cielo.

La mujer relató las secuelas que le dejó la tragedia: tiene afecciones en los oídos, pérdida de equilibrio, no soporta ciertos ruidos, padece cambios de humor, perdió cierta capacidad de concentración y lamentablemente no pudo retomar sus actividades laborales.

“Nos asiste un grupo de psicólogos y psiquiatras que la provincia nos proveyó. La escuela de Psicología Social armó un grupo para hacer terapia. En conjunto las cosas se alivian, se van comparando las dolencias de cada uno y no se siente tan mal. Tengo memoria de lo de atrás y no de lo actual, me lo tengo que anotar”, explicó la sobreviviente.

Anahí tiene un hablar pausado. Café de por medio rememora, junto a su salvador, que la ciudad estuvo a la altura de las circunstancias; tanto los sanatorios como los servicios de emergencias y sobre todo la unión que mantuvo la sociedad.

“Este día tiene que recordarse y no tiene que volver a suceder. Que la Justicia no sea tan lenta, por las víctimas, que merecen un recuerdo permanente. Hay muchas cosas que resuenan y no son como dicen. Hay que rescatar la solidaridad, la unión, la ayuda, y los valores que se pusieron en juego ese día. Agradezco a mucha gente anónima que se arriesgó sin medir consecuencias y evitó que se complejizaran ciertas situaciones”, concluye Anahí, que ya hizo las paces con la vida.

Parecía Gaza

“Cuando llegué parecía Gaza, como está hoy. En pocos minutos había que evaluar y estabilizar a las personas. Anahí me decía que estaba sangrando en una pierna. Hay que estar preparado ante tanto caos, y estar fresco y entero. Cualquiera hubiera hecho lo mismo en mi lugar. Por el edificio de al lado pudimos llegar hasta donde estaba Anahí, y logramos sacarla. Salió todo bien gracias a que se trabajó en equipo, con profesionalismo, con muchas ganas y amor al prójimo. Hay que recalcar que las personas que estaban vivas salieron con vida”, cuenta Néstor Villagra, el bombero que rescató a la mujer en la ventana, símbolo del después de la explosión.

“El 6 de agosto tiene que ser recordado como un día que todos aprendimos, no solamente a ser solidarios sino a ser fuertes y capaces”, añade.

“«Todos Somos Rosario» va a perdurar, no va a ser sólo un eslogan. Y ese «Gracias, Bomberos» me lo voy a llevar a la tumba”.

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