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El policía Angelito y dos mujeres fueron liberados

Siguen vinculados a la causa. También declaró la mujer de Gutiérrez y Barrionuevo, pero siguen presos.

Fue un día agitado en Tribunales. En el primer piso, lugar en el que se encuentra el despacho del juez Javier Beltramone, los policías parecían multiplicarse. La razón era simple, ante la versión de que varios de los prófugos en el caso por el crimen de “Pimpi” se iban a entregar, la Policía montó una guardia para evitar que los sospechosos se les escaparan en la puerta de los Tribunales. Es por eso que Adrián, el hombre de 37 años, conocido como el gordo Apio, intentó varias veces entregarse, pero desistió. Durante la tarde, la intervención del juez de la causa determinó que el hombre se entregara en Tribunales, casi al mismo tiempo que empezaron a declarar los detenidos. Como consecuencia de esos testimonios, dos de las mujeres, Natalia y Florencia, fueron liberadas aunque siguen vinculadas a la causa. Otra de las muchachas, Paola, que es la esposa del dueño del bar donde mataron al ex líder de la barra de Newell’s, el Toro Gutiérrez, quedó detenida. En tanto, al cierre de esta edición fue liberado Alejandro Urquiza, el policía apodado Angelito Negro. Al igual que a Natalia y a Florencia, se les quitó la figura de partícipes necesarios y sólo pesa sobre ellos la imputación de encubrimiento.

Raúl Barrionuevo, otro de los propietarios del local de Servando Bayo al 1400, donde el viernes a la madrugada asesinaron de cinco balazos al Pimpi Camino, también declaró, aunque continúa preso.

Los testimonios de las jóvenes fueron trascendentes a la hora de comenzar a reconstruir lo que ocurrió esa noche. Ambas jóvenes afirmaron tener una amistad circunstancial con Camino, y en ese sentido dijeron que habían concurrido al bar.

Las muchachas aseguraron que en un momento salieron a fumar y que poco después salió el Pimpi. Ambas aseguraron que vieron salir de una de las esquinas a un hombre joven, con una gorrita, que se acercó a Camino y le comenzó a disparar. Las testigos aseguran que tras escuchar el primer disparo ambas corrieron hacia el interior del bar, donde todos escuchaban las detonaciones. Algunos de los clientes se tiraron detrás del mostrador, otros subieron a la planta alta, pero todos buscaron evitar la balacera, según se desprende del testimonio que varios de los ahora sospechosos vertieron en sede policial y que ayer buscaban ratificar ante el juez.

El sargento Alejandro Urquiza le dijo ayer al juez que se retiró del bar antes de que se produjera la balacera, lo que coincide con el resto de los testimonios. En tanto, Barrionuevo sigue preso.

Mañana está previsto que declare Diego Torres y Apio, aunque no descartaban que también se entragara el Toro Gutiérrez.

La mayoría de los detenidos estaban imputados de encubrimiento agravado y homicidio en calidad de participe, sin embargo tanto a Florencia como a Natalia sólo les quedó el encubrimiento por lo que lograron su libertad.

Uno de los abogados de la mayoría de los sospechosos afirmó ayer que sus clientes iban a repetir lo mismo que dijeron ante la Policía poco después de que el Pimpi fuera asesinado.

El Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación está ubicado en la esquina de Moreno y Montevideo, en el primer piso. En la escalera que está por calle Moreno, pegado, en uno de los  asientos, dos uniformados quedaron allí y no se movieron en toda la mañana.

El lugar es estratégico, ya que allí desemboca también uno de los ascensores. Y por el pasillo de Montevideo, otros dos policías se sentaron toda la mañana frente a los otros dos ascensores. Es por eso que la entrega de Apio se postergó hasta la tarde.

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