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El plan “Yo sí puedo” alfabetizó a 100 rosarinos en 2015

Aprendieron a leer y a escribir mediante el método cubano que aplica el programa de Alfabetización Municipal.


Este año el Plan de Alfabetización Municipal (PAM) posibilitó que 103 vecinos aprendieran a leer y a escribir a través del método cubano “Yo sí puedo” utilizado por el municipio. Si bien estudiaron en centros culturales, vecinales, centros de salud, clubes, entre otras instituciones, de toda la ciudad, hubo más participantes de la zona sur y oeste. Varios graduados llegaron hasta el programa para sacar su carné de conducir, por lo que se montó un espacio estable de capacitación en la Dirección de Tránsito (Moreno y 27 de Febrero). A diferencia de años anteriores, cuando el Estado primero relevaba la situación y luego definía dónde lanzar con más fuerza el programa, en 2015 fue más simple: la demanda que llegó en llamados a la Secretaría de Cultura y Educación direccionó las acciones. “Esto habla de lo mucho que creció la lucha contra el analfabetismo en la ciudad. Hubo más demanda. Esperemos para 2016 tener más voluntarios”, precisó a El Ciudadano la directora del PAM, Doris Bruggemann.

En alza

El PAM, también conocido como “Yo sí puedo” –por el método de lectoescritura cubano implementado por el municipio desde hace cinco años–, cerró 2015 con buenos resultados, según señalaron las autoridades. Un total de 103 personas en noviembre se hicieron de sus diplomas tras haber aprendido a leer y escribir en un intento por combatir un fenómeno todavía no extinto en la provincia. La iniciativa que lleva varios años a cargo del municipio depende de la Dirección de Educación de la Secretaría de Cultura. A la vez trabaja en articulación con las otras secretarías que conforman el denominado Gabinete Social: Promoción Social y Salud Pública.

El objetivo principal es garantizar el acceso de todos los ciudadanos y ciudadanas a los bienes culturales y fortalecer la participación en los servicios y espacios públicos de la ciudad. La llave de estos procesos empieza con saber leer y escribir.

Desde principios de año llovieron pedidos de distintos puntos de la ciudad. Eran centros culturales, copas de leche, clubes, iglesias y hasta la Dirección de Tránsito de Rosario.

Pedían sumarse como centro de alfabetización y recibir a algunos de los 70 voluntarios que trabajaron como facilitadores en el programa. Los pedidos vinieron de los barrios Libertad, Tiro Suizo, Las Flores, Saladillo, Mangrullo, Villa Banana, Belgrano, Alvear, Sarmiento, Antártida Argentina, Ludueña, Zona Cero, Bella Vista, Pichincha, Empalme y Triángulo.

“En proporción hubo mucho trabajo en la zona sur y oeste. Una novedad fue que en el centro sumamos facilitadores estables para la Dirección de Tránsito”, explicó Bruggemann. Es que incorporaron a personas que llegaron desde otro programa municipal, el Andando, que busca dar medios de vida alternativos a carreros sin el uso de los caballos. Entonces, se sumaron al “Yo sí puedo” para aprender a leer y escribir y, de esa manera, dar el examen teórico para conseguir el carné de conducir, por ejemplo.

“Más allá de las posibilidades que se les abren a todos la idea es sumar cada vez a más alfabetizados a la educación formal”, señaló la directora del PAM.

Como segunda etapa del plan está el Programa de Inserción Socio Educativo (Pised).

Son una serie de propuestas –talleres, capacitaciones, incorporación a la escuela primaria de adultos– para graduados del “Yo sí puedo”.

Los números que faltan

Siempre según contó a este medio la directora del PAM, el municipio no cuenta con estadísticas consolidadas de cuántos habitantes no saben leer en la ciudad. El último registro es del censo nacional 2010. En esa “fotografía”, el departamento (no la ciudad) de Rosario era uno de los distritos con las tasas más bajas de población de más de 10 años analfabeta: 1,57 por ciento. Entre las que más tuvieron estaban los departamentos de 9 de Julio (5,49 por ciento), Vera (5 por ciento) y San Javier (4, 13 por ciento).

A nivel nacional Santa Fe, siempre según el último censo, tenía 1,78 por ciento de población de más de 10 años analfabeta, por detrás de Buenos Aires (1,37 por ciento) y Córdoba (1,47 por ciento). Más complicado era el panorama para las provincias del norte argentino, todas por encima del 3 por ciento.

Voluntarios

Los facilitadores, quienes ofrecen su tiempo y dedicación en forma voluntaria para enseñar a leer y escribir, son capacitados por el municipio. Justamente, desde el Estado invitan a quienes deseen sumarse como voluntarios y formar parte del Plan de Alfabetización Municipal. Los interesados pueden escribir al correo electrónico yosipuedo@rosario.gob.ar o a través del perfil de la red social Facebook.

Desde el Caribe

El método de lectoescritura “Yo sí puedo” nació en Cuba en 2001. Fue pensado para adaptarse a distintos contextos sociopolíticos, y se aplicó en una veintena de países sumando a más de 5 millones de personas al mundo de las letras. Dura tres meses y se basa en clases en formato audiovisual –puede verse en un televisor o una computadora– con la apoyatura de una cartilla de ejercicios para el participante y la asistencia de un facilitador.

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