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Agenda abierta

El papa Francisco recibió en el Vaticano al arzobispo de Rosario

Eduardo Martín le entregó la invitación de la intendenta Fein para que visite Rosario y un informe sobre drogodependencia.


Desde el otro lado del teléfono, a miles de kilómetros de distancia, la voz del arzobispo de Rosario Eduardo Martín suena clara, calma y firme. A poco más de una hora de haberse entrevistado con el papa Francisco durante cincuenta minutos en una audiencia privada en el Vaticano, el titular de la arquidiócesis local dijo a El Ciudadano que fue un encuentro “pleno de alegría” y un “auténtico privilegio que en la actualidad tienen los argentinos”.

Campechano y fiel a su estilo, Franciso mostró estar al tanto de la realidad nacional y provincial cuando al hablar de la actualidad política santafesina le remarcó: “¡Qué ajustadas fueron las elecciones, che!”.

Durante la charla, Martín le entregó un informe sobre drogadependencia en la zona y la carta formal de invitación que por su intermedio le envió la intendenta Mónica Fein para que Bergoglio visite la ciudad cuando venga a la Argentina el año que viene.

“Nos conocemos desde hace muchísimos años, cuando yo era un muchacho que recién empezaba y él ya era el padre Bergoglio. Cuando fue arzobispo de Buenos Aires no podía tutearlo. Ahora hablamos todo el tiempo tratándonos de «vos»”, agregó explicando la sensación de cercanía que flota alrededor del pontífice, uno de sus dones más apreciados.

—¿Qué puede contarnos del encuentro con el Santo Padre?

—En primer lugar quiero destacar el agradecimiento y la alegría que tengo por haber sido recibido por el Santo Padre. La verdad es que es un privilegio único que tenemos en la actualidad los argentinos. Fue una charla distendida, de cincuenta minutos, donde pude compartir el gozo de la fe junto ni más ni menos que al vicario de Cristo. Fue una entrevista a solas sin ningún fotógrafo donde le pedí la bendición para la ciudad. Estuvimos charlando sobre la necesidad de una mayor presencia donde están los humildes, el tema de la drogadependencia que nos aqueja a todos, la vocación sacerdotal. También tocamos el tema de la educación y el uso de la tecnología, además de los medios tradicionales, para difundir la palabra del Señor. Todas ésas son cuestiones que al Papa le interesan muchísimo.

—¿Hace mucho tiempo que se conocen?

—Nos conocemos desde hace muchos años, desde cuando yo era un cura joven y él ya era el padre Bergoglio. Los últimos siete u ocho años, cuando comencé a desempeñarme como obispo, tuve la oportunidad de tratarlo con cierta frecuencia.

—¿Francisco está al tanto de lo que ocurre en la Argentina y particularmente en Rosario?

—El Santo Padre es una persona que está muy al tanto de lo que ocurre en Argentina, y también en Santa Fe y Rosario. En un determinado momento me dijo: «¡Qué ajustadas fueron las elecciones, che!». Está muy informado y atento a todo lo que ocurre. Es una persona muy sabia y lo que hizo en todo momento, más que nada, fue escucharme, tomando nota de las cuestiones que le parecían más trascendentes. Lo que le dejé fue un informe sobre la drogadependencia en la ciudad y zona para que pueda leerlo y estar al tanto de lo que ocurre. Coincidimos en la necesidad de tener una presencia mayor en los barrios más humildes y en eso continuaremos trabajando.

—¿Tuvo algún adelanto acerca de si visitará Rosario cuando venga a la Argentina el año próximo?

—Le entregué la carta que me dio la intendenta invitándolo a visitar la ciudad cuando esté en la Argentina. La tomó agradecido y con una sonrisa y sin hacer mayores comentarios me dijo: “Después la leo”.

—¿Qué impresión le llevó verlo?

—Francisco tiene una cosa absolutamente especial y única. Cuando era el cardenal Bergoglio no lo tuteaba, pero ahora nos estuvimos hablando de vos durante toda la charla.

—¿Cómo lo vio físicamente?

—La verdad es que lo vi muy bien. Le dije: “Jorge, te veo más joven que diez años atrás. ¿Qué es lo que hacés para estar así?”. Me miró fijo y me respondió: “La verdad, no sé”, y nos reímos juntos.

—¿Cómo continúa su estadía en el Vaticano?

—El Papa celebra cada mañana una misa en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde habita, y justamente mañana (por hoy) voy a estar concelebrando la misa con él. El lunes, día del Santo Padre, voy a estar recibiendo el palio, que es una estola de lana de cordero, un signo de comunión que él me entregará. Lo llevaremos y el próximo Día de la Virgen del Rosario tendré el honor de recibirlo en una ceremonia.

Impulso a la Encíclica

El diputado nacional Juan Carlos Zabalza solicitó a sus pares que la Cámara baja declare su beneplácito por el contenido de la encíclica papal Laudato si que reclama una nueva ética política que coloque en la agenda de gobernabilidad la relación existente entre destrucción del medio ambiente, pobreza y explotación económica. El presidente del bloque socialista en la alianza progresista destacó que la encíclica suscripta por Francisco “no sólo trata de la protección del ambiente”, sino que también aboga por un “necesario cambio cultural que nos permita una nueva gobernabilidad”. Zabalza rescató que el documento vaticano sostiene que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental, y las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”.

El palio, un símbolo de la unidad con Roma

El encargado de ceremonial del Vaticano, Guillermo Karcher, señaló ayer a este diario que era “una gran alegría” que un arzobispo argentino reciba el palio que el Sumo Pontífice entregará a monseñor Eduardo Martín, a quien recibió ayer en el Vaticano.

“Estamos hablando de un símbolo muy importante porque habla de la colegialidad, de la comunión de las sedes arzobispales con la sede en Roma”, indicó Karcher, quien explicó que el palio es una estola de lana de cordero, “que se cose el día de Santa Inés y se conserva en urna de plata en la capilla donde está la tumba de San Pedro hasta que es entregado al arzobispo en un acto presidido por el propio Santo Padre”.

Martín lo recibirá el lunes, fecha que es feriado en el Vaticano, en un acto que concluye con una fiesta en honor a San Pedro, patrono de la ciudad, remarcó el funcionario vaticano.

Al ser consultado sobre si Francisco visitará la ciudad cuando venga a la Argentina el año próximo, el oficial de protocolo respondió que “primero hay que organizar el viaje y después ver los lugares que el Papa irá recorriendo”.

“Francisco quiere visitar la mayor cantidad posible de sitios. En este momento se está organizando la visita a tres países de Sudamérica: Ecuador, Bolivia y Paraguay en poco tiempo, y la Argentina está programada para mediados de 2016”, continuó.

Sobre el viaje que realizará la intendenta el mes que viene al Vaticano junto a intendentes de otras ciudades del mundo, Karcher recordó que la actividad estaba siendo organizada por el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, que es el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias.

“Será un encuentro con alcaldes de muchas ciudades del mundo, entre ellas Rosario, y allí se debatirán cuestiones, de las que participará el Santo Padre, relacionadas con el cambio climático y la ecología”, concluyó.

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