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Cada vez se vende menos

El pan se puso verde y engordó su precio: 5% por el dólar

Los reiterados aumentos de la divisa impactan en el precio del trigo, dicen los molineros, que cargan culpas en los productores porque especulan a la espera de nuevas alzas y no les entregan cereal. Las menores retenciones atan precios internos a los internacionales


No hay bolsillo que aguante. El dólar aumenta y el golpe llega a la mesa de los rosarinos también en el pan, que este martes volvió a subir un 5 por ciento con lo que el el precio del kilo ya roza los 50 pesos.

“Mientras suba el dólar, seguirá aumentado el precio del pan”, argumentó ante la consulta de El Ciudadano Gerardo Di Cosco, presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario. Agregó que las molineras les dicen que no pueden conseguir el trigo para fabricar la harina porque los productores agropecuarios especulan con el incremento de la divisa norteamericana y retacean las entregas.

“Nuestra materia prima son comóditis que fluctúan según el precio del dólar. El trigo sigue aumentando y eso se transfiere al precio de la bolsa de harina. En diciembre de 2017, el precio de la bolsa era de 270 pesos y hoy cuesta entre 360 y 390”, comparó.

El incremento llegó este último día de carnaval a los mostradores y es del 5 por ciento en promedio. Por eso, el precio por del kilo se comercializa entre 42 y 47 pesos según los comercios. Es más, añadió el referente empresario: no se descartan nuevos aumentos en el corto plazo.

 

Mercado interno

“Todos los incrementos que sufrimos no lo podemos trasladar a precios porque la gente deja de comprar y el mercado interno ya está muerto”, explicó.

Tarifazos

El rubro, como otros, acusa el impacto de los reiterados aumentos en las tarifas. El más preocupante, destaca Di Cosco, es el del servicio eléctrico reflejado en la boleta de la Empresa Provincial de la Energía. “Hay panaderías que ya no pueden pagar esto y los aportes patronales. El panorama es muy complicado”, afirmó el comerciante.

Sin desacople

La decisión del gobierno de Cambiemos, desde sus inicios, de reducir las retenciones a las exportaciones del agro puso el precio interno de los productos del campo en sintonía con su valor internacional, dando por tierra con el efecto “protector” que esa herramienta puede sostener respecto del mercado local. En el caso del trigo, estos derechos de exportación se bajaron a cero. El Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral, de la Fundación Mediterránea) señala en su último informe –con datos de noviembre de 2017– que la espiga amarilla es la única que se salvó de un retroceso de las ventas externas de granos: aumentaron 2,34 millones de toneladas el año pasado. Aunque su precio global descendió, alrededor de un 3 por ciento por mayor cosecha en Estados Unidos, el aumento de la divisa en Argentina le da a los productores y comercializadores asentados en el país un mayor margen de ganancias, que a falta de regulación estatal no van a resignar para abastecer el mercado interno.