Cultura

Galardón

El francés Emmanuel Carrère ganó el Princesa de Asturias por su “obra personalísima”

El escritor fue distinguido con uno de los mayores premios literarios otorgado por un jurado que consideró que en sus libros el autor desenmascara la condición humana. Sus libros trabajan un híbrido entre la ficción y la realidad y tienen mucho de autobiográfico, como el recién publicado "Yoga"


El escritor francés Emmanuel Carrère fue distinguido con el premio Princesa de Asturias de las Letras 2021 por haber construido “una obra personalísima” cuyos “libros contribuyen al desenmascaramiento de la condición humana y diseccionan la realidad de manera implacable” y dibujan “un retrato incisivo de la sociedad actual”, de acuerdo con el jurado.

El autor de El adversario, Limónov y su más reciente Yoga fue reconocido con este prestigioso galardón porque ha “ejercido una notable influencia en la literatura de nuestro tiempo, además de mostrar un fuerte compromiso con la escritura como vocación inseparable de la propia vida”, según destacó el fallo, que fue leído ayer en una transmisión online donde estuvieron presentes las y los miembros del jurado presidido por Santiago Muñoz Machado y compuesto por nombres como Leonardo Padura, Laura Revuelta Sanjurjo y Carmen Riera Guilera.

Nacido en París en 1957, Emmanuel Carrère es escritor, guionista y realizador francés, diplomado por el Instituto de Estudios Políticos de París. Entre sus obras destacan El adversario, que se llevó todos los aplausos de los lectores y la crítica; Limónov, Una novela rusa, Bravura y El bigote.

Por su obra fue distinguido con el Premio Kléber Haedens, el Grand Prix de la Science-Fiction y el Premio Femina –los tres de Francia– así como también por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara que le otorgó el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.

Las vidas ajenas como pretexto para volver a la propia

Con una impronta que asocia lo confesional, lo descarnado y hasta lo impúdico en estructuras donde las vidas ajenas son muchas veces un pretexto para volver sobre la suya, el escritor y periodista francés Emmanuel Carrère se quedó con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2021.

Novelista, ensayista, crítico cinematográfico, documentalista, cineasta y hasta polemista, el autor es hoy uno de los más destacados narradores franceses, una figura inquieta e irreverente que alterna sus herramientas de expresión entre el cine, la literatura y el periodismo para dar cuenta de una diversidad de intereses que van de la fascinación por la Unión Soviética y la cultura gore hasta los trastornos psicológicos, la espiritualidad, la melancolía de la clase media y el poder de las imposturas.

Carrère es reconocido especialmente por su recorrido en los territorios aledaños a la no ficción: la crónica, el reportaje, la autobiografía y los formatos híbridos que resultan de su mestizaje con la ficción.

Una línea de trabajo que se aparta de sus comienzos ligados a historias mínimas que intentaban retratar una realidad de orden doméstico, en paralelo a ciertas exploraciones ligadas al absurdo y al surrealismo que tuvieron lugar en su narrativa antes de anclar en los relatos tan truculentos o complejos por los que luego se hizo popular.

Su primera novela L’ amie du Jaguar, fue escrita en 1983 y al día de hoy permanece inédita en español. Más difusión tuvo en cambio El bigote, un texto muy breve de 1986 que narra la historia de un hombre que se afeita y a partir de entonces su idea de sí mismo se derrumba para dar paso a un repertorio de sensaciones que van desde la paranoia hasta la depresión y la alienación.

Nueve años después llegó Una semana en la nieve, una novela de factura prolija pero previsible que está centrada en un niño de nueve años que descubre las mezquindades del mundo adulto.

No fue en esa observación de lo ordinario donde Carrère consolidó su estilo narrativo sino en la intersección viscosa donde lo cotidiano es una fachada que se sostiene laboriosamente hasta que el horror se impone con el peso redoblado de lo inesperado y lo inevitable: así lo cuenta en El adversario, el libro donde destripa el engaño de Jean-Claude Romand, el hombre que se había fabricado una prestigiosa vida como médico y que termina asesinando en 1993 a su mujer, sus padres y sus dos hijos cuando estaban a punto de descubrir que era un impostor.

La fascinación del personaje se incrusta en el escritor

Carrère se obsesionó con su historia y durante años le envió cartas hasta que consiguió entrevistarlo y escribió la monumental crónica publicada en 2000 donde reconstruye los hechos con precisión asfixiante, no solo para narrar el macabro epílogo sino cada una de las trampas en que se fue envolviendo a sí mismo el falso médico.

Acaso uno de los aspectos más inquietantes es detectar cómo aquello que empieza como una impostura sencilla termina convertido en un sofisticado mecanismo de engaños que en su punto de complejidad máxima termina empujando a un hombre a trasponer el umbral máximo de la crueldad. La publicación de El adversario, que fue llevada al cine tres años después en una versión protagonizada por Daniel Auteuil, consagró al escritor como un emblema de la no ficción y despejó las vacilaciones o los reparos en torno a los límites de la exposición, propia y ajena.

Desde entonces, el escritor ya no dudó en convertir sus flaquezas o la de sus allegados como material de indagación de sus textos. Sin embargo, no salió completamente indemne de la experiencia.

Algo de la fascinación de Romand había quedado incrustado en el escritor, que en su inconfeso encantamiento con el personaje de su novela llegó a regalarle a su mujer de entonces, Sophie, un anillo de oro blanco revestido con una esmeralda y pequeños diamantes, similar al que el asesino serial le había regalo a su amante.

Harto de la escritura autobiográfica

En 2011, Carrère volvió a dar un nuevo hito en esa intersección borrosa y a veces problemática entre el periodismo y la literatura con Limónov, donde aborda la vida de Eduard Limónov, ensayista, novelista, agitador cultural, activista político, exiliado de la URSS, exmilitar y exmayordomo en Nueva York en los setenta, pero además ícono de la resistencia política contra el régimen de Vladimir Putin y renovador de la literatura rusa.

Con esta biografía novelada el autor obtuvo el Premio Renaudot, el Premio de la Lengua Francesa en 2001 y el Prix des Prix 2011 y más recientemente del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en 2017.

“Estoy harto de la escritura autobiográfica en este momento –confesó Carrère en una entrevista hace cuatro meses–. No me voy a poner a hacer otro libro autobiográfico. No tengo ganas, lo que no significa que no vuelva a hacer otro en unos años”, se atajó por las dudas.

El malestar de sus declaraciones está relacionado con Yoga, su último libro, que acaba de ser publicado en la Argentina.

Formulado con los materiales heterogéneos que suelen confluir en sus novelas, el texto publicado por Anagrama le hace honor desde el título a la disciplina que descubrió tras caer en una nueva depresión, un periodo que coincidió con el fin de su matrimonio con Hélène Devynck.

Y por ahí es donde se filtró esta vez el componente polémico habitual en los lanzamientos editoriales del escritor: enterada de que la obra ventilaba pormenores sexuales escabrosos de la relación en común, la mujer interpuso un recurso legal y el escritor debió sustraer varios tramos del relato.

Este libro también recorre la muerte de su editor, el atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo y su diagnóstico de trastorno bipolar, que lo lleva a una internación de cuatro meses en un hospital. El resultado es un libro poderoso e irregular, pero con el sello de un narrador que aunque en este caso no cautiva tampoco defrauda.

 

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