Juan Cavia estaba en Tondela, un pueblito de Portugal, presentando un libro mientras el el director Juan José Campanella subia al escenario del Kodak Theatre de Los Ángeles para recibir el Oscar por el filme “El secreto de sus ojos” como Mejor Película Extranjera.
A pesar de que, por la diferencia horaria Cavia se enteró de la noticia al instante y se alegró de saber que, a partir de entonces, sería conocido como el escenógrafo de uno de los dos filmes argentinos que se quedaron con la estatuilla.
La posibilidad de trabajar en “El secreto…” le surgió por medio de Marcelo Pont, el director de arte del film, de quien Cavia había sido asistente en teatro para obras como “Víctor Victoria” y “El hombre de La Mancha”.
Juan es también dibujante, historietista y actor, pero se dedica de lleno a la dirección de arte en publicidad y cine hace cinco años, período en el que también trabajó para videoclips de Andrés Calamaro, Gustavo Cerati, Miranda!, Julieta Venegas, Maná y Ricardo Arjona, entre otros. “Seguí los Oscar por televisión y tuve una mezcla de sensaciones: por un lado la gran felicidad del premio, pero por el otro saber que estaba lejos de todo, en otro país y hablando otra lengua con gente extraña. Igual recibí saludos y felicitaciones vía web”, cuenta sobre ese gran día.
El rol de el escenógrafo es la de realizar intervenciones simples, por ejemplo para adaptar determinadas partes del filme que corresponden a una la época definida cuya mayor parte transcurre en 1975. Pero también dee ocuparse de construir locaciones enteras, como la usada en la escena del ascensor y la cocina del banco, donde trabajaba el personaje de Pablo Rago.
Incluso todo el despacho del juzgado se iba a armar en estudio, y el estaba encargado de los planos y la realización. Finalmente, se consiguió la aprobación una semana antes de filmar y se hizo realmente en Tribunales.
El rodaje se vivió de una manera intensa según Cava “Muchas veces me quedaba a ver trabajar a los actores, pero otras tenía que irme a otras locaciones para preparar los sets”, y agrega que “el tiempo de filmación fue el Standard de una película argentina: tuvimos ocho semanas de previa y ocho de rodaje”.
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