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El culto a Antonio Gil reunió a unos cien mil peregrinos

Como cada enero los alrededores del santuario, próximo a la ciudad de Mercedes, fueron una romería.

Unas 100 mil personas rindieron culto de veneración ayer al “Gauchito” Antonio Gil, en el santuario ubicado sobre la ruta nacional 123, en la ciudad correntina de Mercedes, a unos245 kilómetrosal sureste de la capital de la provincia.

La Policíaprovincial desplegó un fuerte operativo de seguridad vial junto ala Direcciónde Tránsito de Mercedes y de la capital correntina para evitar accidentes y contratiempos en la celebración a la que los promesantes llegaron desde distintos lugares y especialmente de localidades del Gran Buenos Aires, donde vive la mayoría de los sostenedores de este culto.

También participaron decenas de delegaciones de diversos puntos de la provincia, el país y también de países limítrofes como Uruguay, Paraguay y Brasil.

La tradición popular le adjudica varios “milagros” al gaucho correntino asesinado porla Policíael 8 de enero de 1878 donde actualmente se encuentra la gruta en la que miles de files le rinden homenajes y demostraciones de fe todos los años.

La gente se acercó al sitio del martirio del “Gauchito” (la tumba con sus restos se encuentra en el cementerio municipal de la ciudad), ubicado al costado de la ruta nacional123, aunos8 kilómetrosde la ciudad de Mercedes, en vehículos, caballos y bicicletas, como lo hace en forma cotidiana, pero con características de afluencia masiva en los aniversarios de la muerte de Antonio Gil.

Como todos los años, los devotos prendieron velas rojas, llevaron ofrendas, rezaron, expresaron plegarias, cantaron y bailaron chamamé rodeando la tumba del “Gauchito”, asesinado en 1878, aunque la fecha responde a la tradición antes que a un registro histórico, que no existe.

Según el relato popular correntino, Gil fue perseguido desde 1870 porla Policíatras desertar del ejército faccioso en el que había sido reclutado para luchar durante los enfrentamientos entre autonomistas y liberales que expresaban a los dos sectores en pugna en la política provincial correntina.

El primer “milagro” que se le atribuye a este santo popular correntino es el de haber “curado” al hijo del soldado que lo degolló.

“Al volver a tu casa encontrarás a tu hijo muy enfermo, pero si mi sangre llega a Dios, juro que volveré en favores para mi pueblo”, le habría dicho Gil al soldado.

Tras haber asesinado a Antonio Gil, el milico llegó a su casa y encontró a su esposa llorando con su hijo único muy enfermo, narra la historia popular.

Entonces el soldado desertó del ejército, volvió al lugar donde había matado a Gil, enterró el cuerpo y le imploró perdón y sanación para su hijo, luego de lo cual, tras varios días, el joven enfermo se curó.

Los restos de Antonio Gil fueron exhumados y vueltos a enterrar posteriormente en el cementerio de Mercedes, donde se encuentran, y en el lugar de su muerte se colocó una cruz –la Cruz Gil, como la llaman– a la que comenzaron a peregrinar quienes iban a pedirle favores al alma del difunto.

El lugar, al extenderse y masificarse el culto al “santito” Gil a fines del siglo pasado, se convirtió en un santuario de importantes dimensiones rodeado de puestos que venden toda la icononografía del culto que se le profesa –estatuillas, estampitas, remeras con la imagen, posters y calcomanías y las consabidas banderas, vinchas y velas rojas que lo identifican–, y que en el aniversario anual se extiende por varias cuadras a la vera de la ruta y a ambos lados del sitio al que acuden visitantes de distintos lugares que convierten a la recordación en una romería.

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