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El color y la cultura de las islas

El Centro Canario Rosario es un espacio que busca fomentar las riquezas de las islas españolas con integrantes de la comunidad, además de generar espacios con actividades para la integración social.

 

Cada tarde se reúnen adultos mayores para los distintos talleres que ofrece el centro.
Cada tarde se reúnen adultos mayores para los distintos talleres que ofrece el centro.

 

Por: Luciana Sosa

El rescate y la defensa de la cultura y la historia del lugar de origen llevaron a un grupo de canarios a fundar el Centro Canario de Rosario. El inmueble de Juan B. Justo 1453 es el espacio donde cada tarde se difunde la cultura y actividades de las islas más lindas de Europa, además de enseñar cómo expresarse artísticamente. Su presidenta, María Eugenia González, relató a El Ciudadano que las islas tienen su encanto y es justo que la gente se deje seducir por él.

La idea de crear un grupo de canarios en la ciudad surgió luego de la Fiesta de las Colectividades de 1992. “Casi todos los centros regionales de España tenían su puesto, a excepción de las islas, y nos pareció interesante mostrar tanta riqueza cultural y gastronómica en un nuestro propio lugar”, relató González y agregó que una vez finalizado el encuentro se reunieron con varios descendientes de canarios para aunar fuerzas y tener su propio centro cultural.

En 1993 se abrieron las puertas del centro en la zona del parque Alem. Hija de canarios, María Eugenia emprendió esta tarea que hoy lleva 17 años y que cada tarde recibe a vecinos de la zona e integrantes de la comunidad. “Reunirnos fue fácil porque al pertenecer a una comunidad chica, pero particular, siempre hemos buscado contactarnos con pares y una vez que tuvimos la idea y el lugar transmitimos el mensaje para sumar manos y trabajar por la difusión de nuestra cultura”, sostuvo la mujer.

De lunes a viernes, de 16.30 a 18.30, en el salón se realizan actividades como yoga, pintura, teatro para adultos y un taller de la memoria para adultos mayores, con el aval de psicólogos y trabajadores sociales. También hay cursos de bordado típico (al estilo “vainilla” y otro “muy cargado y colorido como los trajes nativos”) de las islas y cerámica, entre otros.

En cuanto al taller de memoria de adultos mayores, la presidenta del centro afirmó: “Este taller es muy especial porque recibimos a los abuelos y cada tarde –ellos vienen una o dos veces por semana, según su grupo e interés– y trabajan con algunos juegos que les ayudan a agilizar su memoria. Hay casos muy severos a los cuales los especialistas se dedican a pleno”, comentó la presidenta del centro cultural en la zona del parque Alem.

“Ellos le dicen ‘la escuelita’, pero es un taller del que participan 60 abuelos. Cada encuentro tiene la práctica de ejercicios que tratan con cada uno porque en varios casos muchos no saben en qué mes se encuentran. Éste es un trabajo muy importante para la sociedad en sí y una manera de integrar a los adultos mayores, porque la situación por la que atraviesan es muy difícil, los deprime y los excluye”, sostuvo González.

Asimismo, estos encuentros tienen un toque especial, algo así como “calor familiar”, como comentó la presidenta del centro, dado que suelen festejar el cumpleaños de algunos abuelos y cada tanto preparan una merienda especial para amenizar la tarde.

A su vez, González manifestó su alegría al recordar que desde el gobierno de las islas llegó una antena por la cual pueden ver el canal televisivo de Canarias en las instalaciones del centro.

Gastronomía canaria

Sobre los platos típicos de las islas, González explicó que además de la típica paella de toda España, los platos característicos de estas islas son el Conejo en Salmorejo y el Potaje (una sopa con toda clase de verduras). “El potaje ha sido por décadas el alimento más nutritivo de las islas. De hecho, no se registró desnutrición ni siquiera en los años de las grandes guerras, porque si bien es un alimento de bajo costo, fue algo que mantuvo en pie a miles de personas”, comentó María Eugenia. Asimismo señaló que otro de los alimentos de la región es el Gofio, es decir, los cereales que hoy se conocen. “Antes se doraba y se molía la harina que había en las islas, eso se consumía con un buen vaso de leche de cabra. Hoy, con métodos más modernos, el Gofio se realiza con cereales y, claro, es más rico”, expresó.

Un poco de historia…

Tal lo explicado por la responsable del centro cultural, “a las islas las colonizaron al mismo tiempo que al continente americano. Muchos fenicios y gringos no se querían alejar de las costas porque, supuestamente, se terminaba el mundo y había miedo de caerse, por eso quedaban en Canarias.

También se supo que hubo una paulatina colonización del archipiélago por parte de españoles, portugueses, genoveses, flamencos, ingleses e irlandeses dedicados a la producción y comercialización de los distintos productos de exportación que se fueron sucediendo a lo largo de los siglos (caña de azúcar, vino, cochinilla, plátano, tomate y papa). Ya en la segunda mitad del siglo XIX comenzó la época contemporánea, dando paso a una economía dependiente del exterior.

En torno a los puertos canarios (escala obligada de los barcos europeos en su ruta hacia África, Asia y América) comenzó a surgir una próspera actividad económica que atrajo la numerosa mano de obra que hoy habita la zona. Asimismo, se originó un intenso proceso de urbanización a costa del progresivo despoblamiento rural que se agudizó a partir de 1960 con el desarrollo turístico.

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