Espectáculos

El cine nacional domina Mar del Plata

De los 300 filmes, 74 son argentinos , entre ellos tres de competencia internacional: Aballay»,  «Fase 7» y la cordobesa "De caravana". Mientras "Verano Maldito" de Luis Ortega fue retirada de concurso.

El sábado próximo, el Festival Internacional de Mar del Plata cumplirá sus bodas de plata. En verdad, el año pasado tendría que haber cumplido las de oro, porque nació en 1959 (aunque por razones políticas hoy se anota como primera edición una fastuosa muestra no competitiva que el gobierno peronista hizo en 1954). En concreto, el sábado debería ser el 51° festival, pero será recién el 25°, ya que hubo una larga impasse entre 1970 y 1996, cuando lo reinició Julio Maharbiz, indiferente a los maliciosos y los despectivos de siempre. Más concreto aún, esperemos que en los festejos de este 25° aniversario al que se llega como se puede no haya demasiados discursos, ni animador de Canal 7 a los gritos como en el cierre del 2009. Demasiado es que se llega en orden y con buen material.

A 8 pesos la entrada para los comunes, y a 6 para estudiantes y jubilados, se han programado más de 300 títulos, 74 de los cuales son nacionales, entre ellos los tres de competencia internacional: el western gauchesco «Aballay», de Fernando Spiner, sobre cuento de Antonio Di Benedetto, con fuerte elenco y buena caballada, la sátira de acción y ciencia ficción «Fase 7», de Nicolás Goldbart (que ya ganó el premio al mejor guión en el Festival de Cine Fantástico de Sitges) y la comedia de pícaros cordobeses «De caravana», enteramente hecha por actores y técnicos cordobeses, y un cordobés adoptivo como director, Rosendo Ruiz, nacido en San Juan, el mismo que ya llamó la atención en 2005, cuando presentó su mediometraje «Una manga de negros». Sacando cuentas, hay argentinos por todas partes.

Sin ir más lejos, integran el 40% de la competencia latinoamericana, con «Agua y sal» (Alejo Taube, curiosas uniones en una historia de parto y adopción), «Amor en tránsito» (Lucas Blanco, tango y coqueteos), «Caño dorado» (Eduardo Pinto, amor y armas), y «La vieja de atrás» (Pablo José Meza, difícil diálogo generacional). Curiosamente no hay un solo título nacional en la competencia latinoamericana de cortos. Pero hay una buena cantidad, doce, en la competencia argentina. Iban a ser trece, hasta que prácticamente sobre la fecha se bajó uno de los más prometedores, «Verano maldito», de Luis Ortega. Los productores de Costa Films adujeron que algunas demoras en la postproducción le impedirían llegar a tiempo al festival. ¿No habrá sido por miedo al número que le tocó en suerte? Indiferentes a la superstición, entre los competidores restantes aparecen «Antes del estreno» (Santiago Giralt, con Erica Rivas ilustrando intimidades de una actriz), «El camino del vino» (Nicolás Carreras, un sommelier descubre que ha perdido el paladar y sale a buscarlo por viñedos cuyanos y patios uruguayos) y «El mal del sauce», de Nicolás Sarquis, a cuyo padre el festival rendirá un homenaje in memoriam, con una buena copia de «La muerte de Sebastián Arache y su pobre entierro».

Aparte, entre las actividades especiales, cabe anotar el Foro del Programa País, a cargo de Acción Federal del Incaa, que este año contempla especialmente la capacitación de los audiovisualistas del nordeste argentino, el sur brasileño, Paraguay y Uruguay, que traen sus propios trabajos, la presentación del Doctv Latinoamérica II (14 telefilms de otros tantos países, incluyendo Argentina), el Working Progress donde 13 trabajos nacionales a medio hacer compiten sin miedo por ganarse los créditos que les permitan terminar, las «Historias breves 2010» (nueve cortos que se estrenarán recién en 2011, somos argentinos), y el demorado «Revolución, el cruce de los Andes», con Rodrigo de la Serna, que debía emitirse el 17 de agosto.

Asimismo, las proyecciones especiales de «Post, la aventura completa» (Grupo Farsa), «Alfredo Li Gotti, la pasión cinéfila» (Roberto Angel Gómez, sobre el veterano cineclubista), «La campana» (Fredy Torres, fantasía de viaje en el tiempo a bordo de un pesquero llamado «El Morel», que sale del puerto marplatense y se topa con la Guerra de Malvinas), el famoso «Kindergarten» (Jorge Polaco, 1989, otro tipo de fantasía, que en su momento se topó con dos causas judiciales), dos cortos de Boom Boom Kid, el español «Pájaros de papel», con guión del argentino Fernando Castets y Emilio Aragón, alias Milikito (y la participación de su padre, el payaso Miliki), el también español «Fin», del tucumano Luis Sampieri (el mismo de «Cabecita rubia», que debería ser redescubierta).

Párrafo aparte, la recuperación de «Las tierras blancas» (Hugo del Carril), gracias al Museo del Cine; y el homenaje al histórico montajista Antonio Ripoll, de quien se verán doce evidencias de calidad y dedicación, desde la comedia «Arroz con leche», con Angel Magaña, y el drama «La muerte está mintiendo», con Narciso Ibáñez Menta, ambos de 1950, hasta sus trabajos para Leonardo Favio y la primera de Zuhair Jury, «El fantástico mundo de María Montiel».

El resto de la programación incluye al resto del mundo.

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