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El canillita, postal del paisaje urbano

El Día del Canillita comenzó a festejarse hace 65 años, el 7 de noviembre de 1947, en memoria de la muerte del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, autor de la obra teatral Canillita, cuyo personaje era un chico que voceaba los diarios por la calle.

El Día del Canillita –que se conmemora mañana– comenzó a festejarse hace 65 años, el 7 de noviembre de 1947, en memoria de la muerte del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez, autor de la obra teatral Canillita, cuyo personaje era un chico que voceaba los diarios por la calle.

La primera vez que ocurrió eso en la Argentina fue el 1° de enero de 1898, en Rosario: “Compre La República“, “La República, a medio peso”, gritaban, para asombro de los transeúntes, los jóvenes vendedores en la pujante plaza comercial y portuaria.

El diario, que había aparecido ese día en la ciudad, fue fundado por Lisandro de la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR).

De la Torre le confió la dirección del diario a Manuel Bilbao, quien ideó esa forma de venta directa.

Hasta entonces, los periódicos se repartían por suscripción a través del correo, lo que llevaba a leerlos con atraso, a menos que se los buscara en la imprenta.

A Bilbao se le ocurrió que la venta ambulante sería un buen negocio para la empresa –el chico cobraba menos que el correo– y para el lector: recibiría el diario en el acto y más barato.

Tan grande fue el éxito, que la competencia copió el sistema de inmediato.

Así –en razón de la miseria imperante– surgió un nuevo oficio, aún sin nombre, conformado por cientos de niños y jóvenes que se ofrecían a vocear los títulos en la calle para vender la noticia fresca con tal de arrimar unos centavos al hogar.

Para acortar el recorrido y llegar antes los chicos viajaban colgados de la parte trasera de los tranvías: trepándose, llegaban rápido al centro, donde a la salida del teatro y del cabaret las ventas se multiplicaban.

Con el tiempo, aparecieron los primeros puestos callejeros fijos, cuya posta fue preciso disputar a golpes o pagando el favor policial, hasta que el coronel Juan Domingo Perón, por aquel tiempo secretario de Trabajo, le aconsejó al que le proveía los diarios: “Hay que sindicalizarse”. Así, cada puesto se normalizó.

¿Quién les puso a los vendedores de diarios el nombre de “canillitas”? Lo decidieron ellos mismos en 1947, en honor a Florencio Sánchez, nacido en Montevideo el 17 de enero de 1875, quien así los había bautizado en la pieza teatral del mismo título que escribiera durante sus años de periodista en Rosario, conmovido por las piernitas flacas de los muchachitos que voceaban los diarios. Pero también, porque en invierno los veía con las narices chorreando como una canilla.

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