Nunca se da por vencido, Central. Siempre tiene un latido más en el corazón. Estaba en desventaja y no se rindió a pesar de la falta de puntería y de las atajadas de Conde. No le dieron un penal clarito. Pero sobre el final el colombiano Roldán le concedió otro dudoso para que Larrondo estampe la igualdad en el debut del Grupo 2 de la Libertadores.
Partido táctico, de mucho estudio. Al menos en los primeros quince minutos. Central se paró con un 4-3-1-2. Buscando abrir la cancha pero intentando terminar por adentro, sin centros aéreos. Nacional, por su parte, con un 4-4-2 muy ordenado, presionando en el círculo central y bien preparado para el contragolpe.
Insinuaron más de lo que concretaron en la primera etapa. Se impusieron los defensores sobre los delanteros. Cinco remates de media distancia de Central y no mucho más. En Nacional, un tiro libre de Victorino que encontró una insegura respuesta de Sosa.
En el último tramo del primer tiempo, Central creció. Jugó más adelantado pero sin vulnerar a Nacional. Dejó una imagen de superioridad, pero sin sorpresa, repentización ni velocidad en tres cuartos.
Nacional salió más decidido en el complemento. Sebastián Fernández estrelló un cabezazo en el travesaño. A Central le costó salir del asedio. De un tiro libre rasante, llegó una mediavuelta de Nicolás López que abrió el marcador en Arroyito.
Entonces sí empezó a jugar Central. Se lo tapó Conde al ingresado Lo Celso. Y también se lo perdió Larrondo, otro que entró desde el banco, definiendo por arriba del travesaño.
Fue todo del Canalla. Doble salvada de Nacional. De Conde a Larrondo. Y en el rebote, Fucile despejó en la línea un disparo de Donatti. Mediavuelta de Herrera apenas desviada.
Y tuvo otra más Larrondo de cabeza. El árbitro Roldán no sancionó una clara mano de Espino. Y sobre el final compensó con un penal dudoso que convirtió Larrondo. Al destino hay que buscarlo. Y Central lo hizo.
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