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El café pendiente llegó a Rosario

Por Bárbara Wagner / Franco Abba.- La ciudad comenzó a involucrarse a la iniciativa inclusiva para la gente en situación de calle, una idea que proviene de Italia. “No queremos ser una moda, buscamos proyectarlo a futuro”, dijo la impulsora rosarina Noelia Grecco a El Ciudadano.


El café pendiente llegó a Rosario. ¿De qué se trata? Es una iniciativa que invita a pagar de forma anticipada una taza de bebida caliente para quienes no tienen recursos para comprarlo. La idea surgió inicialmente en Nápoles, Italia, y, a través de las redes sociales se extendió a varios países.

La impulsora de la medida en la ciudad es Noelia Grecco, quien vio la imagen de un anciano con las manos sucias de tierra en un coqueto bar italiano a través de la red social Facebook y se involucró con el tema. “Cuando leí la historia que estaba debajo de la foto me emocioné. La compartí con mis amigos y pensé ‘¿por qué no se puede hacer en Rosario?’”, comenta.

En principio no tuvo quórum de parte de sus allegados pero cuando observó, días más tarde, que la iniciativa ya estaba en Argentina, se contactó con los importadores e hizo saber su interés en sembrar la semilla en la ciudad.

En poco tiempo se multiplicaron los colaboradores y hoy en día el equipo de Café Pendiente Rosario ya tiene siete diseñadores gráficos, cinco ilustradores y tres fotógrafos profesionales, sumado a los cientos de apoyos a la idea preguntando simplemente con qué se puede ayudar.

“No queremos ser una moda. Estamos buscando que la medida siga y adoptarla como un hábito, el pensar en la otra persona y tener una sociedad más inclusiva. No es por el invierno, buscamos proyectarlo a futuro”, aclara enfática Noelia, quien se encarga de remarcar que es una medida solidaria y que está lejos de los partidos políticos o de lograr réditos económicos.

La iniciativa que comenzó a rodar por Rosario es simple: los bares que se adhieran a los términos del proyecto muestran en sus vidrieras el logo de Café Pendiente y dentro del local exhiben visible un frasco en el que pueden verse tickets o cucharas de plástico que indican la cantidad de bebidas que hay disponibles.

Cada ciudadano puede aportar pidiéndole al mozo sumar a su cuenta un café pendiente o aprovechando las promociones que idee cada bar o restaurante. “Ellos deciden a qué precio lo dejan, eso no está impuesto. Está a libertad de cada bar”, reveló la impulsora de la medida en Rosario, quien agregó que “en algunos bares de Buenos Aires se estila colocarlo a precio de costo. En otros no, pero añaden algo para comer, como una medialuna o un alfajor. Tampoco está estipulado, lo decide cada dueño”.

Ante la consulta de qué puede pasar en caso de que algunas personas con recursos aprovechen esta posibilidad y pidan un café por simple gusto y no por necesidad, Noelia manifestó que la bebida “está apuntada a todas aquellas personas que viven en la calle. Es muy subjetivo decidir quién puede tomarlo y quién no, pero lo vamos a ir viendo con la marcha, en otros lados (NdR: la iniciativa llegó a Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, La Plata, Almirante Brown y Paraná) no ha pasado”.

“No hay un límite ni restricción de uno o dos cafés por persona. Esta iniciativa está dirigida a la gente que vive en la calle. Para ellos ya es un desafío entrar a un bar, un escenario al que ellos no acostumbran. Es darle la oportunidad de hacer algo que de otra manera no harían”, expresó Grecco.

En Rosario, algunos pretendientes

La iniciativa se hizo famosa y los contactos desde bares no se hicieron esperar. El primer local adherido a Café Pendiente Rosario es “El Bodegón de Charly”, ubicado en calle Entre Ríos 1798 y que se contactó con el equipo para ponerse de acuerdo e informarse a fondo acerca de cómo funciona.

Además, Noelia remarcó que otros bares se interesaron: “Uno en Villa Constitución, otro en Funes y algunos del centro de la ciudad”.

“Los rosarinos van a colaborar, son muy solidarios”, opinó con confianza.

También se encargó de aclarar que pese a que algunos medios dieron difusión a un bar que comenzó a prestar el servicio de café pendiente, ese local no está adherido al equipo local. “Tenemos una organización. Sabemos de qué manera van a utilizar el dinero los bares que se van a asociar. No hay proyectos paralelos. Hay uno solo que se trajo desde Italia a Buenos Aires y yo tomé impronta en Rosario”, expresó y agregó que “ese bar no está adherido, no lo conocemos”.

Lejos de la política

La impulsora de la iniciativa recalcó que la idea es netamente solidaria y que no desean que haya aprovechamientos personales. Por este motivo, el proyecto que presentaron las concejalas Viviana Foresi y Norma López no cayó bien en el equipo rosarino de Café Pendiente, ya que modificaron la estructura y no se comunicaron con ellos.

“Desvirtuaron el espíritu y esperamos que la ordenanza no se vote. Quieren obligar a los bares municipales a hacerlo y con eso se perdería el sentido solidario”, concluyó Noelia.

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