Ciudad

El aprendizaje se festeja

Cerca de tres mil familias se acercaron ayer a la Granja de la Infancia para celebrar su 15º aniversario. El espacio ubicado en avenida Presidente Perón al 8000 albergó shows teatrales gratuitos.


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La Granja de la Infancia se vistió ayer de gala. En una jornada a pleno, motivada principalmente por las favorables condiciones meteorológicas, casi tres mil personas participaron de la celebración del décimo quinto aniversario del predio municipal de avenida Presidente Perón al 8000, que en su día recibió una agradable sorpresa: llegó casi al millón y medio de visitantes desde su creación (recuadro).

Tal y como lo hace todos los sábados, domingos y feriados, la Granja abrió sus puertas apenas pasadas las diez de la mañana para que cientos de familias puedan disfrutar hasta las 18 de las actividades gratuitas especialmente preparadas para esta ocasión, entre las que resaltó el show musical teatral Anda Calabaza. No obstante, ello no impidió que los espacios de aprendizaje que ofrece este sector de cinco hectáreas lucieran repletos de chicos que a base de sonrisas otorgaban vida a todo lo que tocaban. “Estamos muy contentos por la gran convocatoria. Este es un espacio de encuentro en el que, además, se disfruta el contacto con la naturaleza”, contó a este diario la directora del establecimiento, Silvia Rizzatti, quien detalló que en la jornada de ayer se recibió la visita de 2.985 personas.

La Granja de la Infancia surgió en 1999 como un proyecto de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad. De este modo, se convirtió en el primero de los tres espacios municipales que integran el Tríptico de la Infancia, conformado además por el Jardín de los Niños (en el parque Independencia) y la Isla de los Inventos (en Corrientes y Wheelwright).

Los proyectos siguen la lógica de un plan de trabajo armónico que se entrelaza y que tiene como principal objetivo, según explicó Rizzatti, “generar una propuesta diferente en la que las familias puedan contactarse con la naturaleza”, generando entre ambos actores un estrecho vínculo que les permite a los más chicos tomar conciencia del cuidado del medio ambiente.

“Algo así como una ecología social”, describió.

En este sitio funcionan seis espacios de aprendizaje para los visitantes: “Hacer y nacer”, donde se siembran vegetales en una huerta para la alimentación tanto de personas como de animales; “Secretos y misterios”, un minilaboratorio de ciencias y experimentos; “Pan y dulce”, destinado, como su nombre lo indica, a la elaboración de productos artesanales; “Cuentos y susurros”, donde se leen relatos y proyectan cortometrajes para promover la participación activa en el cuidado del medio ambiente; “Bosque de papel”, para fomentar la capacidad artística de los más jóvenes, y “Hábitat ribereño”, en el que se exhibe la flora y fauna del río Paraná y sus islas.

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